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Este trabajo se propone la reconstrucción histórica de la sub-área Audiovisual de la Unidad de Comunicación de QHANA (de ahora en adelante, simplemente, QHANA): una de las experiencias que durante de la década del ochenta en la ciudad boliviana de La Paz, procuró la transferencia de medios audiovisuales a comunidades de base y sindicatos, y/o la producción colectiva y horizontal de videos. Para ello explicaremos los puntos de contacto del caso QHANA, con otros semejantes anteriores a él y contemporáneos -el Taller de Cine Minero, y CIMCA (Centro de Integración de Medios de Comunicación Alternativa-: esto es, el hecho de reivindicar y abonar a la formación de una cultura política democrática desde en plano cultural. Seguidamente, nos interesa discernir las particularidades específicas de la experiencia, dando cuenta de: su encuadre institucional -formar parte de una ONG mayor-; su perspectiva de la educación popular -deudora de Paulo Freire-; sus condiciones materiales de posibilidad -en términos económicos y organizativos-; la trayectoria y pensamiento de quienes llevaron adelante esta experiencia, y su contribución a la escena de producción videográfica paceña -Néstor Agramont y Eduardo López Zavala-, y las características de las dinámicas de creación horizontal -sus potencialidades y limitaciones.Hacia el año 1976, durante la dictadura de Hugo Bánzer, se puso en marcha ECORA (Educación Comunitaria y Radio): un proyecto radial y educativo cuyo objetivo era brindar apoyo a organizaciones campesino-indígenas bajo los postulados políticos y metodológicos de la educación popular propuestos por Paulo Freire. Interrumpiendo la transición democrática, el golpe de Estado de García Meza desactiva y prohíbe ECORA, pero los miembros del equipo mantienen comunicación entre sí, y hacia 1981-1982 aquel programa radial se transforma en un proyecto autónomo, más amplio e integral: el Centro de Educación Popular "Qhana", que en aymara significa "Luz", "claridad". Sus intervenciones -siempre ancladas en organizaciones de base-, combinaban educación, comunicación y producción cultural inscribiéndose en una perspectiva multimedial que incluyó radio, impresos y audiovisuales. Su búsqueda principal era abonar a un desarrollo humano integral de los sectores indígenas, mejorando tanto sus ingresos a nivel económico, como su posicionamiento dentro de la sociedad.A mediados de los ochenta, QHANA obtuvo apoyo de la UNESCO para el desarrollo de un proyecto de Video Educativo Campesino Popular, el cual preveía el fortalecimiento de la acción educativa y organizativa y la consolidación de la Red ERBOL (Escuelas Radiofónicas de Bolivia) a partir de la conformación de una red nacional de registro y otra de difusión. En decidida confrontación con la hegemonía massmediática norteamericana, en pos de potenciar canales de comunicación desde y para los sectores de base, y procurando alimentar los flujos comunicativos entre comunidades y organizaciones, una línea de producción se ligaba a la recuperación histórico-cultural de las tradiciones campesinas; y la otra, los "Qhantañani", la constituían una serie de reportajes y testimonios del movimiento popular. El ya fallecido Néstor Agramont y Eduardo López Zavala, ambos miembros fundadores del Movimiento del Nuevo Cine y Video Boliviano, se hicieron cargo del proyecto y fueron los responsables de la subárea audiovisual, que gravitaba dentro de la Unidad de Comunicación, constituida además por los impresos y la radio.

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