La estrella y el ceniciento: o cómo hipnotizar los oídos y la mirada para recobrar una hija, sin traicionarse

MARIA GABRIELA AIMARETTI

CABA

Congreso; VII Congreso Iberoamericano de Estudios de Género y XII Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres; 2017

Facultades de Filosofía y Letras y Ciencias Sociales de la UBA, y la Universidad Nacional de Quilmes

Como parte de un trabajo de investigación más amplio y en curso, en el cual se estudia la presencia de estrellas españolas y el uso de la canción popular en el cine argentino del modelo clásico-industrial, esta ponencia se concentra en la película Me casé con una estrella (Luis César Amadori, 1951), para analizar los caracteres semánticos, dramáticos, plásticos y sensuales que distinguen a su protagonista femenina: la valenciana Concha Piquer. El film funciona a partir de una peculiar economía material, ideológica y simbólica entre lo femenino y lo masculino que nos proponemos describir y problematizar, a fin de advertir sus paradojas e interacciones con el imaginario socio-sexual del período.Creadora de la canción española, con una soberbia personalidad, independencia y poder de decisión sobre sus proyectos artísticos -de los cuales era además su productora-; al momento del rodaje, Piquer venía de desarrollar una extensa estancia de trabajo en Argentina a partir de la cual había ganado popularidad. Aprovechando el favor del público, Concha se asocia económica y artísticamente con Amadori y Luis Sandrini -a la sazón su co-protagonista-, forman la empresa SPA y producen la película que nos ocupa, que resulta un éxito de taquilla. Se trata de un caso excepcional, "anómalo", dentro de la industria cinematográfica: una mujer gestiona sus recursos e invierte capitales propios en paridad de condiciones con dos colegas varones.En el plano de la representación, la película funciona gracias al maridaje entre el tono propio del melodrama maternal y el de la comedia de enredos motorizados, respectivamente, por ambas estrellas. Si bien la protagonista despliega agencia dramática y potencia sensual en tanto que figura máxima de una compañía teatral; como mujer, en el ámbito privado, sufre por la anhelada tenencia de su pequeña hija que permanece en custodia del abuelo paterno. El anciano ha puesto en duda la honra de la madre -justamente por ser una cantante- y se niega a entregar a la niña sin garantías de salvaguarda de sus intereses (morales y económicos). Esa garantía va a pagarla el protagonista masculino, pero "comprando" la fantasía de un ceniciento, es decir, la boda con la estrella, en lo que es en realidad una mera "fachada legal" con la cual la protagonista recobra a su hija sin dejar de dedicarse apasionadamente a su vocación como cantante.