INVESTIGADORES
AIMARETTI Maria Gabriela
capítulos de libros
Título:
Coreografías de la protesta y figuraciones del conflicto social en el documental boliviano de la década del ochenta: de Las banderas del amanecer (Grupo Ukamau, 1983) a La marcha por la vida (Alfredo Ovando y Roberto Alem, 1986)
Autor/es:
AIMARETTI, MARIA GABRIELA
Libro:
Que histórias desejamos contar?
Editorial:
Fundação Memorial da América Latina
Referencias:
Año: 2019; p. 337 - 362
Resumen:
En el marco de una investigación mayor y en curso, este trabajo tiene por objetivo aproximarse a las formas de representación que en el documental boliviano de la década del ochenta adquirieron la protesta y el conflicto social en tanto que cajas de resonancia de complejos procesos socio-políticos que se vivieron desde el desmoronamiento de la dictadura de Hugo Bánzer en 1978 y el inicio de la transición democrática, hasta 1989. Sin soslayar continuidades y diferencias dentro de este ciclo histórico, cabe destacar que la historia reciente y el presente, fueron núcleos temáticos preferidos, y es en esta recurrencia donde queremos situar la mirada y proceder al análisis comparado de un corpus audiovisual mixto.Dirigido por Jorge Sanjinés y Beatriz Palacios Las banderas del amanecer (1983) es un largometraje en 35 mm. con el cual el Grupo Ukamau retorna a Bolivia tras largos años de exilio. Paralelamente aparecen los primeros trabajos de la joven productora Nicobis, formada en 1981 por Alfredo Ovando y Liliana De La Quintana, entre los que sobresalen el video Lucho: vives en el pueblo (1983) y el documental para la televisión Movilización, pan y libertad (1983), que problematizaron el pasado reciente -la dictadura- y el presente social en crisis. Por último, al calor de un proceso en el que los sectores populares y trabajadores vieron con estupefacción aceleradas y radicales transformaciones en su sistema de vida, se producen Café con pan (Nicobis, 1986) y La marcha por la vida (Alfredo Ovando y Roberto Alem, 1986).Inspirados en los planteos de Gonzalo Aguilar (2015, 2015b), proponemos utilizar tres figuras para recorrer y constelar las producciones mencionadas: rostro, como catalizador de afectación, rostrificación del conflicto en la imagen, cifra personal de acceso a la memoria y la historia; cuerpo, en tanto que resto y residuo de la violencia y la desposesión; y coreografía, como dinámica colectiva de los muchos cuerpos ordenados bajo ciertas direcciones/impulsos que organizan desplazamientos.Resultado de prácticas sociales y significantes, e insertos en un proceso más amplio de reivindicación y reinvención de la vida democrática, estos discursos visuales son eco y representación de los asuntos públicos, y se producen y circulan en los territorios de la cultura y lo político: configuran relatos de memoria para un presente de disrupción y dislocación social y son la forma -justa- que encuentran sus realizadores para intervenir en el proceso histórico en curso.