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"Me casé con una estrella" (1951) se presenta como un valioso caso de análisis respecto de las condiciones y formas de producción del cine industrial argentino y su carácter transnacional. Aquí convergen tres potentes personalidades que habían logrado aunar, cada uno de forma singular, el halo inalcanzable de la "estrella" y la astucia del empresario: el ídolo popular argentino Luis Sandrini, la exitosa cantante valenciana Concha Piquer, y Luis Cesar Amadori, "hombre orquesta" y hacedor de éxitos. Los tres aportaron capitales propios, se asociaron y formaron "SPA Producciones" -Sandrini-Piquer-Amadori Producciones-, empresa que financió el título que nos convoca y que no volvería a producir después ninguna película.En primera instancia nos proponemos describir las condiciones materiales de existencia del film reconstruyendo la escena histórica desde la cual emerge indagando, entre otras cuestiones, sobre posibles apoyos o facilidades económicas que el peronismo podría haber ofrecido a los productores. En segunda instancia, avanzaremos sobre su análisis representacional atendiendo especialmente a la puesta en escena, la organización del sistema de personajes, la figuración visual de las estrellas principales, el uso dramático y espectacular de la canción popular española, las mediaciones oblicuas por las que la vida política argentina aparece en la diégesis, y los diversos niveles de intertextualidad y autoreferencialidad autoral. Sospechamos que es el carácter bifásico de sus productores "estrellas-empresarias", aquello que se pondrá en escena en la superficie textual: economía y representación, dinero y misterio, se corresponden y asocian con eficacia gracias a la argamasa de la canción y el dispositivo de suplantación.

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