INVESTIGADORES
HUGO Ayelen Amelia
congresos y reuniones científicas
Título:
Parasitosis intestinales en comunidades aborígenes Mbyá-Guaraní de la provincia de Misiones, Argentina
Autor/es:
DIGIANI, M. C; NAVONE. G. T.; ILCOW, C.; HUGO, A. A.
Lugar:
Acapulco. México.
Reunión:
Congreso; XIV Congreso Latinoamericano de Parasitología; 1999
Resumen:
Se realizó durante 1998 un estudio sobre enteroparasitosis en las comunidades aborígenes de Kaaguy Poty y Takuapi (Mbya-Guaraní) asentadas en las localidades de Aristóbulo del Valle y Ruiz de Montoya, Misiones, Argentina. Los objetivos consistieron en determinar las especies presentes, su distribución en la población hospedadora y eI mecanismo de transmisión parasitaria. Los casos individuales se estudiaron a traves del examen coproparasitológico y se evaluó eI problema a nivel poblacional a través de una encuesta comunitaria que se diseñó de acuerdo a las características de la población, realizándose a nivel de la unidad doméstica. Para el análisis coproparasitológico se utilizó el método de Ritchie modificado (formol-éter). Se analizaron 57 muestras fecales entre las cuales sólo un resultado fue negativo y se observaron entre 1 y 7 especies por individuo. Se detectó la presencia de Blastocystis hominis (66,66%), Entamoeba coli (63,15%), Endolimax nana (19,29%), Iodamoeba butschlii (12,28%), Chilomastix mesnili (1,75%), Giardia lamblia (14,03%), Hymenolepis nana (33,33%). Trichuris trichiura (1,75%), Strongyloides stercoralis (38,60%), Enterobius vermicularis (7,02%), Ascaris lumbricoides (31,25%) y Uncinarias (92,98%). La mayoria de las especies parásitas pertenecen al grupo de los geohelmintos o seudogeohelmintos, y no parece haber grupos de riesgo definidos por edad o actividad en la parasitación por uncinarias, indicando eI mismo grade de exposición de todos los miembros de la comunidad a las formas infestantes. Respecto de S. stercoralis, la prevalencia sería decreciente con el aumento de edad. Del mismo modo, A. lumbricoides resultó más frecuente en niños que en adultos, sin duda por estar aquellos mas en contacto con el suelo en sus actividades de juego. La presencia de formas que se transmiten por contaminación fecal resultó en cambio azarosa y parece estar mas asociada a las conductas individuales que al agua de consumo, ya que los hábitos de defecación no se encuentran asociados a los cursos de agua y esta no representaría un factor importante en la dispersión de estas formas a nivel comunitario.