Dificultades y potencialidades de la vida escolar de jóvenes en espacios segregados

LANGER EDUARDO

Santa Fé

Congreso; V Congreso de Problemáticas Sociales Contemporáneas. Infancias y juventudes en los escenarios culturales actuales; 2011

Universidad Nacional del Litoral

Partimos de la premisa que las dinámicas generadas en las tramas escolares durante las dos últimas décadas -en una Argentina cargada de múltiples reformas educativas-, profundizan los procesos de fragmentación y segmentación educativa del sistema educativo en general y del nivel secundario en particular, por lo tanto, expresan y producen desigualdad social. Sin duda, no se trata de fenómenos nuevos -ver Baudelot y Establet (1990) en Francia, Bowles y Gintis (1981) en EEUU y Braslavsky (1985) y Llomovatte (1990, 1991) en la Argentina-, pero los procesos de exclusión social en territorios hiperdegradados han estrechado estas realidades educativas hasta nuestros días. Así, las escuelas del conurbano bonaerense son escenarios donde se expresan a diario la profundización de las desigualdades sociales. Uno de los nuevos rasgos que identificamos en la vida escolar en territorios hiperdegradados, principalmente, tiene que ver con cómo los sujetos cobran nuevos sentidos en cuanto individuos activos que participan en sus propios gobiernos y, por tanto, cómo las estrategias de gobierno prometen crear individuos que no necesitan ser gobernados por otros, sino que se gobernarán y controlarán por sí mismos, “sujetos libres para sacar el mayor provecho de la propia existencia, mediante la gestión responsable de sus vidas” (Rose, 1997, p. 28). Es decir, sujetos que se cuidarán solos. En la actualidad, la vida escolar en territorios urbanos hiperdegradados expresa estas reconfiguraciones en la cual los individuos pasan a ser sujetos activos en sus propios gobiernos. El Estado sigue siendo responsable del gobierno y financiamiento de la educación, pero habría, en términos de Foucault (1990), una suerte de “desinversión” o ahorro de energía ya que se sirve de los propios sujetos para llevar adelante un gobierno más eficaz. A la vez, pensamos algunas experiencias actuales en escuelas en territorios urbanos hiperdegradados desde cómo docentes y alumnos procuran crear espacios de reflexión y acción que tiendan a mirar y potenciar la cotidianeidad barrial en el espacio escolar y en el paisaje urbano más amplio retomando, abarcando y dejando a los estudiantes decidir, producir, crear y expresarse sobre aquello que les interese, que les guste, que los convoque como problema. Esta tarea resulta extrema compleja porque se busca escapar –resistir u oponerse- a aquello que pueda resultar escolarmente rutinario, pero a la vez se procura encontrar algo que pueda sorprender a los estudiantes, generar en los otros un desafío. La complejidad de esta tarea asume toda su visibilidad y, a la vez, interpela nuestras formas de pensar la tarea educativa, y también, creemos, las de los otros actores escolares. Las experiencias actuales a las que nos referiremos en la escuela, refieren a la vida de los sujetos, a las dinámicas de la vida escolar pero, especialmente, a las producciones que estos jóvenes realizan donde expresan sus intereses, preocupaciones, deseos y/o aspiraciones. Es decir, la potencia de vida de los jóvenes expresada a través del deseo, la resistencia y la productividad que implica la posibilidad de lo nuevo.