DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER Y LA NIÑA EN LA CIENCIA
“Sería deseable que haya más mujeres en STEM: en todas las áreas de ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas”
La investigadora del CONICET Ana Moretti remarca el aporte fundamental de la mujer en la ciencia a lo largo de la historia y la importancia de visibilizar su trabajo para promover la participación y despertar vocaciones científicas en las niñas.
Ana Moretti es especialista en microbiología de los alimentos y desarrolló su doctorado en el Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencia y Tecnología de los Alimentos (CIDCA, CONICET-UNLP-CICPBA). Su tema de estudio es el kéfir de agua, una bebida fermentada milenaria producida con gránulos de kéfir. Según explica, “estos gránulos, que son como masas gelatinosas y de aspecto similar al coliflor, contienen cientos de microorganismos vivos (bacterias y levaduras) que son benéficos para nuestra salud al ingerirlos y se llaman probióticos”.
Por su expertise, en el año 2020, el equipo de investigación en el que participaba Moretti, fue convocado por una empresa productora de kéfir de agua –llamada Build Consulting S.R.L.- que necesitaba asesoramiento para producirlo a escala industrial, para un trabajo que fue enmarcado en un convenio que finalizó en el año 2021. Lo que hicieron fue verificar que, al escalar la producción, no se perdieran las características fisicoquímicas y microbiológicas propias de la infusión elaborada a pequeña escala. “La tecnología de escalado que desarrollamos puede ser utilizada por cualquier empresa que quiera producir esta bebida”, aclara Ana Moretti”
A mediados del año pasado el kefir de agua fue incorporado oficialmente al Código Alimentario Argentino (CAA), a partir de un artículo generado por la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL). Esto fue posible gracias a un grupo de especialistas del CONICET convocados para asesorar al Instituto Nacional de Alimentos (INAL-ANMAT) con el objetivo de determinar características microbiológicas y fisicoquímicas de muestras de kéfir de agua producidas por emprendedores argentinos.
El desafío de ser científica
Como investigadora científica, Moretti destaca que la conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia “es importante para recordar lo que fuimos construyendo las mujeres a lo largo de los años, pero sería importante que todos los días sean un recordatorio y no sólo para la comunidad científica sino para toda la sociedad”.
Desde que era chiquita sentía especial interés por la naturaleza, los animales y las plantas, pero también le gustaban los libros y películas donde había que investigar y “descubrir” acertijos. “Me acuerdo de ir los fines de semana con mi familia al campo y de caminar por todos lados, juntando hojas y flores, y alimentando a los animales”, cuenta la investigadora y agrega: “Creo que esos momentos fueron importantes para después definir qué carrera seguir”. En ese sentido, aconseja a “la niña interesada en una carrera científica, que mantenga activa esa chispa y curiosidad, indispensable para ser una científica”. Y que, aunque “a veces se puede poner difícil el camino, siga apostando a eso: la esperamos con los brazos abiertos para seguir recorriendo este camino de aprendizaje juntas”.
Actualmente, gran parte de su trabajo se desarrolla en el Laboratorio de Investigación de Nuevos Alimentos y Nutrición (LINAN) perteneciente a la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR). Allí (estudia diferentes formas de almacenar los gránulos de kéfir de agua por largos períodos de tiempo, sin afectar su estado; por ejemplo, a temperaturas muy bajas o secándolos a temperaturas altas. Ello incluye el estudio de bacterias, hongos y levaduras, que son seres vivos propios del kefir que se pueden ver con ayuda de un microscopio. “Como en el gránulo de kefir de agua hay distintos microorganismos y cada uno se comporta diferente -explica Moretti- el desafío de mi trabajo, y lo que más me gusta, es pensar experimentos para tratar de descubrir formas posibles de conservar vivas a esas bacterias y levaduras del gránulo”. Además, disfruta el trabajo en equipo con sus compañeras del LINAN: investigadoras, becarias doctorales y tesinistas. “Trabajar en equipo también es parte del aprendizaje de la vida científica”, remarca la investigadora.
Según la especialista, en lo que refiere a la representación de mujeres en el área de la microbiología, “hay un gran número de científicas trabajando, sin embargo, “sería deseable que haya más mujeres en STEM: en todas las áreas de ciencia, tecnología, ingenierías y matemáticas, y ocupando distintas posiciones, desde becarias hasta jefas de laboratorio y decanas y/o rectoras de universidades” sostiene.
A diez años del primer “Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia”
En diciembre de 2015, la ONU implementó un Día Internacional anual para reconocer el rol crítico que juegan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología.
Moretti considera que una de las formas de promover la participación de niñas en la ciencia es a través de convocatorias y actividades que estén pensadas con ese fin. “Creo que sería importante poder visibilizar el trabajo que hacemos las científicas, participando en espacios de intercambio de preguntas y respuestas” y, como propuesta, destaca que “sería interesante poder realizar visitas a los laboratorios y/o llevar experiencias del laboratorio al aula relacionadas con los temas que estudian en la escuela. Todas estas instancias son oportunidades para despertar a la científica interior que podemos tener dentro”, enfatiza.
Su referente femenino en la ciencia es Graciela De Antoni, una de las primeras investigadoras pioneras en el estudio del kéfir, quien también fue la primera y única decana mujer de su facultad. “Es una mujer muy inteligente y con mucho empuje, con la cual tuve el orgullo de formar parte de su equipo de investigación y actualmente continuamos trabajando en el área de extensión universitaria”, afirma Moretti.
La especialista hace hincapié en el aporte fundamental de la mujer en la ciencia a lo largo de la historia, al cual equipara al realizado por el hombre. “Un claro ejemplo de esto es el descubrimiento del radio y el polonio, dos elementos radiactivos de la tabla periódica, por parte de Marie y Pierre Curie (año 1898)”, afirma, y señala también los casos de Rosalind Franklin, y su aporte fundamental en el descubrimiento de la estructura del ADN en 1953, y de Esther Lederberg, y sus investigaciones sobre la forma de organización del material genético en las bacterias (1958). “Sin embargo, muchos de estos hallazgos científicos realizados por mujeres no tuvieron el reconocimiento correspondiente”, concluye.
Ana Moretti forma parte de la actividad Ciencia en Juego del Programa VocAr, que tiene como objetivo iniciar un diálogo entre estudiantes y personas que se dedican a la investigación científica en el que todas las inquietudes, reflexiones y comentarios son bienvenidos. Se trata de una serie de etapas sencillas luego de las cuales los estudiantes entrevistan al especialista elegido. Entonces, ¿qué se le puede preguntar a la científica? ¡Lo que quieran!
Por Florencia Verrastro