CIENCIAS BIOLÓGICAS Y DE LA SALUD

Revelan la dinámica poblacional del ocelote en la Selva Misionera con el mayor relevamiento a nivel mundial sobre la especie

Un estudio de especialistas del CONICET en Misiones analizó la población de este felino, clave para la salud de los ecosistemas, en áreas protegidas. Los resultados muestran la estabilidad de la especie en entornos bien conservados.


Un equipo de especialistas del CONICET llevó a cabo un estudio inédito sobre la dinámica poblacional del ocelote (Leopardus pardalis), uno de los felinos más sensibles a los impactos humanos. La investigación, basada en datos recopilados durante catorce años en áreas bien preservadas del Bosque Atlántico en la provincia de Misiones revela que la población de esta especie se ha mantenido estable.

Los resultados, obtenidos a partir de un extenso muestreo, permitieron identificar a más de 200 individuos y caracterizarlos, por lo que se trata del estudio con mayor cantidad de datos de ocelotes a nivel mundial. La investigación establece una línea de base fundamental para futuras evaluaciones sobre el impacto de la fragmentación del paisaje y otras amenazas.

El artículo que da cuenta de este estudio fue publicado recientemente en el Journal of Mammalogy. El trabajo fue liderado por Paula Cruz, investigadora del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET-UNaM), junto con otros miembros de esta unidad ejecutora y del Instituto de Ciencias de la Tierra, Biodiversidad y Ambiente (ICBIA, CONICET-Universidad Nacional de Río Cuarto).

Como depredador, el ocelote cumple un rol ecológico fundamental en el ecosistema misionero, controlando poblaciones de roedores y compitiendo con felinos más pequeños, lo que contribuye al equilibrio de la cadena trófica.

Sobre la relevancia de este tipo de estudios, Cruz enfatizó que “para que un sistema esté saludable es necesario tener presencia de los ocelotes. Cumple un rol fundamental en un ecosistema misionero. Estudiar a esa especie que es tan sensible a los cambios nos permite adelantarnos y evitar que en esos ambientes se pierdan otras especies”. Esto es crucial para la provincia de Misiones, cuyo ecosistema selvático es un emblema en Argentina y requiere de una comprensión profunda de sus especies clave para garantizar su conservación a largo plazo frente a la deforestación y otras presiones antropogénicas.

El estudio se centró en un área continua de más de mil kilómetros cuadrados que incluye el Parque Nacional Iguazú y la Reserva Forestal San Jorge, una zona caracterizada por su alta protección y bajo acceso humano. Para evaluar la dinámica poblacional del ocelote, el equipo de investigación realizó siete relevamientos sistemáticos con cámaras trampa entre 2004 y 2018, analizando casi 14 mil días de muestreo.

“Aunque es uno de los felinos más abundantes en Misiones, el ocelote es poco conocido. Si bien hay estudios que estiman la densidad de su distribución en toda América, hay pocos antecedentes de la tendencia poblacional, que es lo que le pasa a la población a lo largo de tantos años”, explica Cruz, destacando el carácter inédito de esta investigación que toma registros desde el año 2004. En aquel entonces, señala, había muy pocos equipos en el mundo que utilizaran esta tecnología de registros con cámara-trampa, metodología que ahora está mucho más extendida.

Los datos se analizaron utilizando modelos de captura-recaptura de población abierta espacialmente explícitos, una metodología avanzada que permite estimar parámetros demográficos robustos como la supervivencia y la tasa de crecimiento poblacional, separando la mortalidad de la emigración y el reclutamiento de la inmigración.

Una especie vulnerable

El ocelote es el felino más abundante en las áreas protegidas del Bosque Atlántico de Argentina, pero está catalogado como Vulnerable en el país debido a su extrema sensibilidad a los impactos humanos. En zonas donde el bosque se fragmenta o degrada, la especie desaparece rápidamente. Por ello, su presencia es un indicador de la salud de los bosques nativos bien conservados.

Para identificar a cada ocelote, el grupo de investigación usó como registro los patrones de sus manchas, que son únicos y funcionan como “huellas digitales” individuales. Esta identificación se realizó para todos los individuos captados por las cámaras trampa, lo que permitió seguir a cada uno a lo largo del tiempo. En total, fueron identificados 213 individuos para todo el periodo de muestreo, entre los que se contaron 103 hembras, 86 machos y 24 ejemplares en los que no se pudo determinar el sexo.

Los resultados clave de esta investigación revelaron una dinámica poblacional estable para el ocelote en las áreas estudiadas del Bosque Atlántico de Argentina. La tasa anual de crecimiento poblacional de la especie, que se estimó en 1.0, indica que no hubo variaciones significativas a lo largo de los catorce años de estudio, es decir, que no aumentó pero que tampoco disminuyó.

La densidad de ocelotes también se mantuvo constante, fluctuando entre 7.85 y 10.53 individuos por cada cien kilómetros cuadrados. Esto sugiere que las áreas protegidas de Misiones funcionan como importantes y estables “áreas fuente” para las poblaciones de ocelotes.

El estudio también detectó diferencias significativas en el comportamiento entre machos y hembras. Los machos se desplazan considerablemente más que las hembras y utilizan áreas de actividad de mayor tamaño. La escala espacial de detección fue mayor para los machos que para las hembras. Esto se alinea con la expectativa de que los machos tienen rangos de acción más amplios, mientras que las hembras son más filopátricas, es decir, más fieles a sus territorios a lo largo del tiempo.

Además, esta investigación de largo plazo permitió el hallazgo de los ocelotes silvestres más longevos registrados hasta la fecha, como una hembra registrada con al menos 19 años de edad. Otra hembra alcanzó los 16 años y fue fotografiada con una cría pequeña, lo que extiende considerablemente la edad reproductiva máxima conocida para la especie en la naturaleza.

Anteriormente, se estimaba que los ocelotes vivían alrededor de 10 u 11 años en estado silvestre. El macho más longevo registrado en este estudio tenía al menos 12 años de edad. Estos datos resaltan la importancia de los estudios a largo plazo para obtener estimaciones robustas de los parámetros de supervivencia y reclutamiento, y para comprender la verdadera longevidad de las especies en su hábitat natural.

Referencia bibliográfica:

CRUZ, P., DI BITETTI, M.S., COSTA, S., PIZZIO, E., DE ANGELO, C.D., PAVIOLO, A. . Stable population dynamics of the Ocelot (Leopardus pardalis) in well-preserved Atlantic Forest areas. Journal of Mammalogy. https://doi.org/10.1093/jmammal/gyaf049

Área de Comunicación CONICET Nordeste