Qué pasó con mi cuerpo antes, durante y después de transitar durante un año la escuela del Penal

CAMILA PEREZ

Buenos Aires

Seminario; Seminario Interno Transdisciplinario; 2018

Secretaria de Investigaciones Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini

Frente a la hostilidad de la cárcel y sus violencias descomunales e infinitas que se imprimen en cada cuerpo que la habita considero ético documentar experiencias que enseñen a resistir. La experiencia de alfabetización tiene que darse a conocer, traspasar los muros, me dicen los alfabetizadores y yo pienso ¿con quiénes compartirla?, ¿de qué modo es más justo presentarla? ¿quiénes sabrán valorarla? ¿Por qué tengo que escribirla yo?. Cuando los rostros de las estadísticas y de las denuncias se convierten en personas cercanas, cuando es uno de nuestros estudiantes el que puede ser apuñalado de la noche a la mañana, cuando en el juzgado nos enfrentamos a la desidia que los familiares de los presos conocen de memoria, cuando una piba baja muy "pasada? del pabellón, la tallerista/investigadora, mujer, joven, blanca, de clase media, que viene de la calle siente que no puede sostener la contradicción de querer salir corriendo (como si fuera posible olvidarse del inframundo) o de responder con más violencia a los responsables de tanta impunidad? y entonces los compañeros privados de su libertad ambulatoria y los compañeros militantes sostienen la invitación a compartir, a construir momentos de alegría, a pasar a la acción que habla en sí misma y nos sostiene. Por todos aquellos que el sistema desapareció, asesinó y destruye por goteo, estamos inventando formas de resistir.El año que fui al Penal (2017) desde mi rol de investigadora fue uno de los peores de mi vida y sus secuelas, que no entienden de cronologías gregorianas, siguieron hasta el año siguiente y cada tanto vuelven a emerger. En esta presentación me interesa plantear tres escenas extremas que ejemplifican las violencias que me atravesaron como observadora participante.