INVESTIGADORES
LACUNZA Ana Betina
congresos y reuniones científicas
Título:
Comportamientos agresivos y variables de personalidad. Datos preliminares sobre adolescentes tempranos de Tucumán
Autor/es:
LACUNZA, A.; CABALLERO, V.; GETAR, C.; GRONDA, M.; LAZARTE, E.; VARGAS, A.
Lugar:
San Luis
Reunión:
Congreso; XVI Reunión Nacional y V Encuentro Internacional de la Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento; 2017
Institución organizadora:
Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento
Resumen:
Introducción: un comportamiento es considerado agresivo si pretende causar daño o lesión a otros, que a su vez, perciben el daño como consecuencia del accionar del agresor. Su análisis supone considerar la edad de inicio, su permanencia en el tiempo, su severidad como las dificultades para la remisión. Existe cierta controversia respecto a las teorías que explican el comportamiento agresivo. Algunas afirman que el comportamiento agresivo supone procesos socioafectivos que interactúan y dan cuenta de ciertas variables de personalidad (Caprara y Cervone, 2000) mientras que otras sostienen que su aprendizaje es a través de la observación de modelos o por la experiencia directa (Bandura y Ribes, 1975). Sin embargo, estas teorías también reconocen la presencia de una estructura biológica que impone límites a los comportamientos agresivos, a lo que se agregarían las particularidades ambientales. Junto a las variables de personalidad y de contexto, las diferencias por género permiten analizar el comportamiento agresivo. Se ha encontrado mayor tendencia empática en las mujeres como mayor predisposición a la agresión en los varones, aunque estas diferencias deben analizarse considerando otras variables, por ejemplo, los estilos de crianza. Objetivo: describir los comportamientos agresivos verbales, físicos como los rasgos de personalidad de adolescentes escolarizados, según el género. Método: estudio transversal, descriptivo-correlacional, ex post facto, retrospectivo. La muestra intencional incluyó a 146 adolescentes tempranos escolarizados de 11 años, residentes en una zona periurbana, al noroeste de la provincia de Tucumán. El 44% de los participantes eran mujeres mientras que desde los sociodemográfico se halló que el 52% de los jefes de hogar de estos adolescentes tenían ocupaciones de baja calificación, como trabajadores por cuenta propia. Se les administró la Escala de Agresividad Física y Verbal (AFV) (adaptación Del Barrio, Moreno & López, 2001), el cuestionario de Personalidad para niños y adolescentes (EPQ-J) (Eysenk & Eysenk, 2007) y una encuesta sociodemográfica. La administración fue grupal previa firma de consentimientos informados y asentimientos. Se trata de un estudio en curso, realizado en conjunto con el Sistema Provincial de Salud (SIPROSA), en el marco del plan de mejora de la carrera de Psicología (UNT) y la línea prioritaria de investigación Prevención y abordaje de la violencia (SIPROSA). Resultados: Los adolescentes varones referían más comportamientos agresivos verbales y físicos respecto a sus pares mujeres, aunque estas diferencias no fueron estadísticamente significativas. Este grupo también se percibía con mayor dureza emocional comparados con el grupo de mujeres (t = 2.45, P = .015). Se halló que los adolescentes con mayor percepción de dureza emocional referían mayor recurrencia de comportamientos agresivos verbales (r = .540, p < .01) y físicos (r = .564, p < .01). Por su parte los adolescentes con mayor inestabilidad emocional mostraban más comportamientos agresivos verbales (r = .267, p < .01). Discusión: Estos datos preliminares muestran una mayor presencia de comportamientos agresivos entre los varones, lo que es coincidente en estudios sobre comportamiento agresivo y género. Asimismo la vinculación entre comportamientos agresivos y el rasgo de dureza emocional sigue la propuesta de Eysenck en su modelo de personalidad. Los datos preliminares muestran que la dureza emocional es la dimensión de personalidad más relevante en su vinculación al comportamiento agresivo. Sin embargo, esta afirmación debe corroborarse con una muestra más amplia, donde por ejemplo, se considere el papel de la edad en estos resultados. El estudio plantea la importancia que tiene la identificación de las diferencias individuales y los comportamientos agresivos para el diseño de estrategias de intervención que propicien un ajuste saludable del adolescente en este periodo del desarrollo.