La cultura popular en el teatro de resistencia

MARTÍN GONZALO RODRÍGUEZ

Perpignan

Congreso; I COLLOQUE INTERNATIONAL "Théâtre, culture et patrimoine en Argentine et en Amérique latine: entre néolibéralisme et populismes (1990-2016)"; 2016

Instituto de Investigación en Teatro (DAD, UNA) - CRESEM/Université de Perpignan

El artículo se propone como un intento de definición del teatro de resistencia que se inicia con el estreno de Postales Argentinas (1988) de Ricardo Bartis. Asociado a lo que Alejandro Catalán denomina "producción de sentido actoral", partir de este estreno y en el marco del Sportivo Teatral por el propio Bartis, van comenzar a desarrollar su producción los directores más destacados del teatro de resistencia. Alejandro Catalán, Analía Couceyro, Alfredo Ramos, Bernardo Cappa, Eugenio Soto y Sergio Boris, son algunas de las figuras que se incluyen en él. El teatro de resistencia es una de las formas posibles de nuestra posmodernidad teatral,entendida no como "puro relativismo" o como "la forma cultural del capitalismo avanzado" sino en los modos en que esta forma se alimenta de aquello que la modernidad desecha, recupera esos restos de distintos modos, a veces distanciándose de ellos, exhibiéndolos de manera extrañada y otras recuperándolos en sus aspectos míticos o sentimentales oponiéndose a un teatro moderno domesticado. Para ello incorpora de manera activa aquello que la modernidad desecha: objetos del pasado que van adquiriendo sentidos diversos pero también géneros y formas actorales, gestos y tonos marginados u olvidados que conservan en su interior energías a la espera de ser liberadas. En este trabajo esbozamos tres de las formas que adquiere el teatro de resistencia pensado en estos términos y en las tensas relaciones que entabla con la cultura popular: 1) la resistencia desde la cultura, que estudiamos a partir del análisis de Barrocos retratos de una papa de Analía Couceyro, 2) la resistencia desde el margen, categoría pensada a partir del análisis de Viejo solo y puto de Sergio Boris y, 3) la resistencia desde el mito, pensada apartir de Es un sentimiento, de Bernardo Cappa. Se trata de tres formas aún demasiado contenidistas, aúndemasiado vinculadas a una interpretación cuyo interés quizás radique más en lo que dejan afuera que en las cuestiones que abordan pero que constituyen puntos de partida para seguir pensando un teatro para cuya delimitación se requieren aún muchas precisiones.