Representaciones de lo rural en Bernardo de Palissy (1857) de Alejandro Tapia y Rivera

MARTÍN RODRÍGUEZ

Perspectivas teatrales

Galerna

Lugar: Buenos Aires; Año: 2008; p. 183 - 190

Para sus contemporáneos Alejandro Tapia y Rivera fue el iniciador de la literatura en Puerto Rico. Sin embargo, para los historiadores del siguiente siglo como Antonio Pedreira y Manrique Cabrera el fundador de la literatura nacional va a ser Alonso con El gíbaro (1849). Resulta indudable que la vertiente costumbrista del romanticismo terminó por imponerse sobre la cosmopolita por razones que exceden lo cronológico, ya que en términos estrictamente cronológicos, el drama de Tapia Roberto D ‘Evreux (1847) antecede en dos años a la obra de Alonso. Tomando como base las ideas de José Luis González, este artículo se propone avanzar sobre el estudio de la producción dramática de Alejandro Tapia y Rivera, deteniéndose especialmente en los modos en que se representa en ellas el espacio rural y cómo esta representación se vincula con una idea del Arte que pone en primer plano lo permanente y lo esencial, renegando de lo accidental y contradictorio. Nuestra hipótesis es que este autor hace un uso metafórico del exotismo (en este caso de una campiña francesa alejada en el espacio y en el tiempo) para referirse a la situación rural y social de Puerto Rico. Despojado de sus méritos de precursor por una crítica que desprecia su cosmopolitismo y que prefiere ver en El gíbaro el “alma nacional”, no son capaces de percibir que, mientras que Alonso critica al campesinado puertorriqueño desde su romanticismo costumbrista como expresión de atraso y primitivismo y festeja su extinción como progreso, Alejandro Tapia y Rivera, como “político romántico” desarrolla desde su cosmopolitismo, una imagen positiva e idílica del campo, otorgándole tanto a él como a sus habitantes (que, como en el Martín Fierro poseen un saber que no se adquiere en los libros doctos) un lugar en la conformación del Puerto Rico futuro.