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Este trabajo se propone realizar un llamado de atención sobre cierto reduccionismo que se constata en el tratamiento de la motivación en contextos escolares y académicos. Esto ocurre no sólo en el campo de la literatura experiencial y ensayística, muy abundante sobre el tema, sino incluso en el plano de la investigación académica. En realidad, no se trata tanto de un reduccionismo empírico (al fin y al cabo toda investigación es un recorte empírico), sino teórico, que tiene que ver con un enfoque limitado del problema. Precisamente, nos proponemos llamar la atención sobre ciertos olvidos y restricciones, los cuales no permiten una cabal comprensión del fenómeno motivacional Los déficits a los que aludimos son cuatro, los que serán considerados en el desarrollo del presente trabajo. El primero se refiere a la no vinculación o inserción del problema de la motivación escolar dentro de la cuestión más general de la motivación como fenómeno psicológico general. El segundo concierne a una falta de inserción sociológica de la cuestión motivacional, ya que si bien se trata de un proceso psicológico básico, su abordaje en campos empíricos específicos requiere del análisis de los macro-contextos sociales involucrados. El tercer déficit tiene que ver con una centración casi excluyente en la motivación del alumno, en detrimento de una consideración paralela en torno a la motivación del docente. Finalmente, una cuarta limitación alude a una visión individualista de la motivación y a la carencia de una óptica socio-relacional sistémica. La idea básica que sostenemos y que articula nuestro trabajo es que el abordaje del problema de la motivación académica, o sea de la motivación para el aprendizaje institucionalizado, requiere de un marco teórico más amplio que el que normalmente se emplea, y que en general se remite exclusivamente a este campo empírico, como si éste fuera autosuficiente desde un punto de vista teórico.

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