INVESTIGADORES
KAPLAN Carina Viviana
artículos
Título:
La naturaleza afectiva del orden social. Una cuestión rezagada del campo de la sociología de la educación
Autor/es:
KAPLAN, CARINA VIVIANA
Revista:
Sudamérica
Editorial:
Departamento de Sociología. Facultad de Humanidades. Universidad Nacional de Mar del Plata
Referencias:
Lugar: Mar del Plata; Año: 2018 vol. 9 p. 117 - 128
Resumen:
El orden social es de naturaleza fundamentalmente afectiva. Apesar de este supuesto, es dable entrever que lo sentimental ha tenidoun tratamiento residual en la tradición de la teoría social contemporáneaen general y en la sociología de la educación en particular. Enconcordancia con lo que hace notar Bericat Alastuey (2000), afirmamosque las teorías sociológicas de la emoción, explícitamente concebidasen tanto tales, no pueden encontrarse con anterioridad a la década de losochenta del siglo XX. ?La construcción social de la realidad (?) haprestado escasa consideración a la realidad emocional de los seressociales concretos y a la realidad emocional de las sociedades? (BericatAlastuey, 2000, p. 146).Las contribuciones teórico-empíricas de la sociologíafiguracional de Norbert Elias junto a las de la sociología constructivistade Pierre Bourdieu nos aproximan a un enfoque del comportamientohumano que requiere pensar los procesos sociogenéticos ypsicogenéticos en simultáneo. Por consiguiente, los procesos deconstrucción y transformación educativa solo pueden ser aprehendidosen mutua conexión; ligando los cambios de largo alcance de laestructura social y la estructura psíquica o emotiva.Si las estructuras emocionales y las estructuras sociales son lasdos caras de una misma moneda, ello significa posicionarse en unhorizonte epistemológico donde ni las emociones pueden sercomprendidas sin tener en cuenta la dimensión estructural material delo social, ni esta última puede ser interpretada si no se pone en juego laproducción de la subjetividad.En la medida en que las emociones están condicionadas por loscontextos sociales no es posible comprenderlas si no atendemos laperspectiva relacional de los seres humanos (Kemper, 1990). Desde unamirada sociohistórica y sociocultural, es preciso dar cuenta del cambioestructural de los seres humanos en la dirección de una mayorconsolidación y diferenciación de sus controles emotivos y, con ello,también, de sus experiencias subjetivas y de su comportamiento. Al pensar la afectividad es preciso asumir que ésta no puede serreducida al despliegue de una interioridad individual deshistorizada. Latrama de toda emoción es siempre relacional y situada. Lo que nostransporta, como anticipábamos, a presupuestos teóricos derivados deconceptualizaciones que se proponen superar la dicotomía objetivismosubjetivismo donde individuo y sociedad ya no se piensen comoentidades separadas sino que se impliquen en una argumentación quepermita una comprensión de las existencias individuales y colectivas delos seres humanos en su integralidad.A los fines de reflexionar sobre este carácter procesal en elcampo de la práctica de investigación, el presente trabajo ensaya unaserie de reflexiones e interrogantes teórico-empíricos acerca de cómose estructuran las disposiciones para sentir en los procesos desocialización escolar. Las emociones constituyen dimensionesfundantes para la comprensión analítica de los sujetos, las prácticas ylas instituciones educativas.Insistamos en que la estructura afectiva no es una formacióndada sino que es el resultado de un proceso de transformación culturaly de interacción cotidiana. Por tanto, las emociones portan uncomponente biológico que no puede escindirse de lo simbólico. Elorden emotivo no es fijo. Una perspectiva de análisis sobre la vidaemocional en la trama vincular escolar precisa partir de la premisa deque ninguna de las formas de comportamiento ni las disposiciones parasentir, por más asimiladas que las tengamos, pueden catalogarse comonaturales, aunque así se perciban y se vivencien (característico de ladinámica de la naturalización).Los comportamientos sociales son producto de continuosmovimientos inconstantes. Lo mismo sucede con las emociones y lossentimientos. De ello se desprende que la estructura emotiva escambiante y necesita ser anclada en procesos sociohistóricos yculturales más amplios. Así, el yo siento se complementa con elnosotros sentimos en configuraciones singulares y en las relaciones conlos otros. El orden escolar colabora en la producción de ciertas tramasy prácticas de afectividad.