PROGRAMA NACIONAL CIENCIA Y JUSTICIA

Mercedes Di Pasquo: cuando analizar los microorganismos permite resolver un crimen

La experta en Palinología impulsa la aplicación de la disciplina en casos forenses.


Diamante es un punto brillante en el mapa, un departamento en la provincia de Entre Ríos que tiene veinte mil habitantes y un ciudadano ilustre: un Microscopio Electrónico de Barrido, que llegó al municipio en 2016, de la mano de la palinóloga y paleobotánica del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Mercedes Di Pasquo. “Fue fundamental contar con esta herramienta –dice la científica- porque permite estudiar las muestras con un poder de resolución enorme”. El microscopio facilitó el trabajo que Di Pasquo realiza junto a su equipo analizando las esporas, el polen y demás microorganismos que provienen de épocas muy remotas y se distribuyen en el medio ambiente -en la tierra y en el agua- como sedimentos, revelando pistas sobre el pasado de la humanidad. Y no solo eso: el mismo procedimiento puede aplicarse al área forense, a través de los microorganismos presentes en una escena del crimen, que pueden llegar a dar pistas para definir el origen o lo sucedido en un delito. Di Pasquo impulsa esa línea de trabajo dentro del Programa Nacional Ciencia y Justicia.

“El polen, las esporas y los microorganismos son tan microscópicos que es imposible limpiarlos por completo de una escena del crimen. Y siempre nos hablan del ambiente de origen. Entonces, esos microorganismos son evidencias muy importantes para conocer la procedencia de un cuerpo o poder develar los avatares que sufrió”, señala Di Pasquo, una de las profesionales que desde hace varios años impulsa el desarrollo de la Palinología Forense en el país.

“A través de esta disciplina –explica Di Pasquo- uno puede saber, por ejemplo, si el contenido de fitoplancton en los pulmones de una persona tuvo que ver con la última aspiración antes de ahogarse, o se ahogó porque lo ahorcaron manualmente y entro aire antes de morir, o qué otra situación pudo acontecer, hasta donde las evidencias lo permitan. De alguna manera, esa información sobre un crimen o una muerte surge del estudio que hacemos los palinólogos a partir de los microorganismos: los palinomorfos”.

 

El origen

Tanto la Paleobotánica como la Palinología, las dos especialidades a las que se dedica Di Pasquo desde que se convirtió en investigadora del CONICET en 2002, están íntimamente vinculadas con la evolución de la vida en la Tierra. Los microorganismos, explica, fueron los primeros seres que habitaron nuestro planeta desde hace 3800 millones de años, y los microfósiles entre otros, el polen y las esporas derivados de las plantas, que fueron evolucionando en el tiempo, propiciaron cambios en los suelos, la atmósfera y los cuerpos de agua. Esos cambios, a su vez, permitieron que aparezcan los animales: desde formas primitivas hacia el final del Proterozoico hasta grupos tan conocidos como los dinosaurios, ya extinguidos, y los mamíferos entre los cuales, más tarde, se originaron los seres humanos. “Los microorganismos nos sirven para entender por qué estamos acá, cómo llegamos a este estado de la evolución. Nos hablan de nuestro origen. Se puede decir que descendemos de esos microorganismos del Precámbrico”.

Del análisis de las plantas que habitaban en el pasado se puede inferir cómo eran las épocas remotas, si eran cálidas, frías o qué características ambientales tenían. Y de la Palinología derivan, también, los tres productos que usamos como fuente de energía: tanto el petróleo como el gas y el carbón, que surgen de los microorganismos y también de la descomposición de restos vegetales que se acumulan en los sedimentos y que luego, con el tiempo, la degradación y otros cambios que sufren los depósitos conteniendo materia orgánica, son sometidos a procesos de calentamiento o presión para terminar derivando en dichos productos. Di Pasquo, hoy, está abocada al estudio estratigráfico: a determinar desde cuándo y cuál es la fuente que pudo generar dichos compuestos a partir del estudio de rocas obtenidas de perforaciones de pozos de petróleo, gas y carbón, para favorecer el encuentro de potenciales yacimientos en el subsuelo.

“Los palinólogos no somos famosos como los paleontólogos que estudian los dinosaurios, sin embargo estamos muy emparentados en cuanto al estudio de formas fósiles, aunque para ello tenemos que usar el microscopio, no investigamos cosas grandes, y nos dedicamos a obtener información de la vegetación y del fito-zooplancton del pasado”, concluye Di Pasquo, quien preside la Asociación Latinoamericana de Paleobotánica y Palinología desde 2009, se radicó en Diamante en 2010 y desde allí impulsa la Palinología Forense en grupos de trabajo tanto en Diamante y en La Plata.

Encuentro de Paleobotánicos y Palinólogos

En julio pasado, Di Pasquo fue la principal responsable de la organización del XVII Simposio Argentino de Paleobotánica y Palinología, junto con otros investigadores y becarios de Diamante y de otras instituciones del país.

El simposio se llevó a cabo por primera vez en la provincia de Entre Ríos, en las ciudades de Paraná y Diamante, entre el 30 de julio al 9 de agosto. Contó con 160 participantes del país y del resto de América. Allí, la Dra. Leticia Povilauskas, de la Universidad Nacional de La Plata, quien se dedica a la Palinología Forense, fue promovida por Di Pasquo para ser coordinadora de una sesión especial dedicada a esta temática, y para dictar un curso sobre Metodologías en Palinología Forense, el cual contó con numerosos participantes que asistieron al evento y otros que se sumaron para asistir a dicho curso post-evento.

Toda la información sobre el simposio puede verse en los siguientes sitios:

Página ALPP

Página del Simposio

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