VINCULACIÓN TECNOLÓGICA

Lanzan manual para el manejo de recursos genéticos en actividades de investigación y desarrollo científico

Su autora es la investigadora del CONICET Luciana Silvestri y contó con el apoyo de la Gerencia de Vinculación Tecnológica del Consejo. El objetivo es que sirva como herramienta para garantizar la correcta implementación de normativas internacionales y nacionales.


Con el objetivo de genera herramientas y capacidades institucionales que permitan un mejor manejo de las actividades de investigación y desarrollo que impliquen el acceso a recursos genéticos (ya sean de origen vegetal, animal, microbiano o de otro tipo) se acaba de publicar el manual Acceso a recursos genéticos y distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de su utilización en Argentina, con textos de la investigadora del CONICET Luciana Silvestri. La publicación es la coronación de un proyecto de fortalecimiento institucional impulsado por la Gerencia de Vinculación Tecnológica del Consejo.

“El manual está destinado a crear una herramienta que facilite y garantice que tanto el CONICET, como el personal que se desempeña en su ámbito, puedan cumplir efectiva y eficientemente con las normas vigentes en materia de acceso a recursos genéticos y distribución de beneficios”, explica Silvestri. Aunque, como señala su autora, la publicación, que desde hoy se encuentra disponible para descargar de forma gratuita, en principio está dirigida a personal del CONICET, se espera que pueda ser útil a toda la comunidad científica nacional.

En Argentina, las actividades vinculadas al acceso y utilización de recursos genéticos se encuentran reguladas por el Protocolo de Nagoya (PN), un acuerdo internacional que se inscribe bajo la órbita del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), al que el país adhirió en 2017.

“El texto explica pormenorizadamente y de forma sencilla el Protocolo de Nagoya. Se trata de ofrecer una herramienta simple, que vaya al meollo de la cuestión y que sirva para cumplir las disposiciones del Protocolo y la reglamentación nacional dictada en consecuencia. Asimismo, el manual pone el acento en las oportunidades de colaboración científica que ofrece el Protocolo, las cuales, a pesar de estar al alcance de la comunidad científica, han sido poco aprovechadas hasta el momento. De esta forma, el manual muestra cuáles son estas oportunidades y cómo se pueden concretar”, afirma Silvestri, quien desarrolla sus actividades como investigadora en el Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (IADIZA, CONICET-UNCUYO-Gob. Mza.)

El proyecto de fortalecimiento institucional en el que se enmarca esta nueva publicación responde a la necesidad de generar herramientas para conservar y utilizar de forma sostenible la diversidad genética, así como de distribuir de manera equitativa los beneficios que se generen a partir de su uso entre los países usuarios y proveedores de los recursos. En este sentido, también se desarrollaron en el CONICET, desde 2022, un conjunto de actividades fundamentales para la creación y el fortalecimiento de las capacidades internas del organismo en la temática. Entre ellas se destacan, en primer lugar, la capacitación del personal del Consejo, mediante la realización de seis talleres durante el año 2022 en las regiones de Cuyo, Patagonia, Centro, Norte, Provincia y Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la GVT del CONICET. En segundo término, el desarrollo de mejores prácticas sobre acceso a recursos genéticos y distribución de beneficios, las cuales permitirán a la comunidad científica cumplir eficazmente con las disposiciones del régimen vigente y facilitar así las investigaciones, desarrollos, transferencias y otras prácticas que realizan sobre recursos genéticos. Entre las actividades realizadas se incluye también el desarrollo y mejoramiento de contratos y modelos contractuales sobre distribución de beneficios en beneficio del CONICET.

De esta forma, la publicación del manual es un punto culmine de dos años de esfuerzo y dedicación. Su elaboración estuvo acompañada por Fidel Pérez, personal de apoyo del CONICET y coordinador de la Región Norte de la GVT, quien trabajó codo a codo con Silvestri.

“El manual pretende ser un punto de partida y guía para que tanto investigadoras e investigadores, personal de apoyo, como becarios y becarias tengan una primera referencia sobre el tema y se vean estimulados a realizar consultas institucionales en etapas tempranas de sus proyectos, de manera de contar con accesos regulares a los recursos genéticos”, señala Pérez. Además, destaca que “la GVT ha sido pionera en este tema, suscribiendo, en los últimos años, convenios de condiciones mutuamente acordadas para el uso comercial de diversos recursos genéticos con diferentes provincias. Con la primera edición de este manual, esperamos que el proceso de acceso a los recursos genéticos provenientes de la biodiversidad sea entendido más fácilmente y que no sea visto como una barrera al desarrollo y transferencia de tecnologías”.

En relación a las problemáticas prácticas que la publicación del manual puede colaborar a resolver, Silvestri señala que hay ciertas complejidades relacionadas con el marco normativo actual para el acceso a recursos genéticos y distribución de beneficios, que impactan negativamente en actividades de investigación y desarrollo. “Por un lado, la comunidad científica se enfrenta a desafíos para acceder a estos recursos de manera eficaz, eficiente y conforme a la ley. Por otro lado, enfrentan dificultades para enviar y recibir material genético desde y hacia otros países, en el contexto de proyectos de investigación colaborativos con instituciones extranjeras. Además, la comercialización de desarrollos biotecnológicos con terceros se ve obstaculizada por diversas cuestiones relacionadas con el sistema legal. Estas complejidades son las que el manual pretende ayudar a abordar y a solucionar, al menos en parte”, señala la investigadora.

De acuerdo con Silvestri, la participación o distribución de los beneficios derivados del uso de recursos genéticos con los países que los proveen es la contrapartida para que éstos otorguen el acceso a los mismos. Al establecerse que las Estados tienen derechos soberanos sobre sus recursos naturales, incluidos los genéticos, se les reconoce tienen potestad de decidir sobre su acceso y utilización. “A fin de que dicho acceso no se obstaculice por requerimientos legales absurdos, los usuarios de recursos, ya sean empresas, institutos de investigación, organismos de ciencia, universidades u otros organismos, aceptan distribuir los beneficios que se deriven de esta utilización -como los resultados de la investigación o los royalties- con el país que los proveyó”, señala la investigadora, y agrega que la forma de participación “de manera justa y equitativa” hace referencia a principios de justicia distributiva que permitan achicar la brecha tecnológica de los países menos avanzados respecto de los más desarrollados. “El mecanismo además pretende ser un incentivo para la conservación de la biodiversidad a favor de los países proveedores. De modo que, si estos países conservan, y, por lo tanto, no usan su riqueza natural para otros fines, se reconoce como justo y equitativo que se beneficien entonces de los recursos genéticos que proveyeron y que en definitiva fueron posibles porque ellos conservaron sus hábitats naturales y no cambiaron su destino”, concluye.

Para descargar el manual haga clic en el enlace