CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES

La política pública educativa vista desde el día a día escolar

¿Qué se hace visible cuando el foco está puesto en las interacciones cotidianas? El estudio de política pública desde el análisis del día a día, cara a cara, es un campo poco explorado.


Por Ana Inés Heras* y Virginia Unamuno**

Usualmente no se toma el ángulo de la interacción para enfocar el estudio de política pública educativa. Los estudios en esta área se han preocupado sí, muchas veces, por evaluar los alcances de algún diseño nuevo cuantificando resultados, por distinguir los cambios en la legislación o en normativas específicas a lo largo del tiempo, o bien por buscar comprender relaciones entre cambios de orientaciones ideológicas en los estados-nación y los diseños de políticas públicas vigentes. Estos enfoques tienen como objeto de estudio unidades de análisis vinculadas a macro-estructuras.

Menos comunes son los estudios que toman unidades de análisis basadas en interacciones cotidianas, sobre todo en nuestro país. Por ejemplo: ¿Cómo se ve la inclusión educativa en prácticas de aula, concretamente? ¿Qué dispositivos pedagógicos específicos se ponen en marcha en escuelas donde más de una lengua es legitimada? ¿Qué pautas de comunicación se construyen cuando los docentes se encuentran a intercambiar sobre la normativa que los rige? ¿Qué quiere decir una política educativa intercultural cuando se analizan los intercambios en contextos universitarios?

Estos tipos de interrogantes se responden en una serie de artículos que componen un número especial de la Revista Archivos Analíticos de Política Pública Educativa, que acaba de publicarse con nuestra coordinación. Los trabajos presentados recorren diferentes territorios en nuestro país, y también la de países como México y Gran Bretaña. Así es posible advertir algunas continuidades entre geografías muy distantes y algunas discontinuidades entre lugares muy cercanos.

En tanto que especialistas formadas en áreas complementarias —educación, antropología y sociolingüística— nos interesó poner de relieve qué aporta el cruce de estas áreas. Los artículos asumen así una combinación de enfoques que permiten analizar e interpretar las interacciones cara a cara y su vinculación con escenarios más amplios.

Tomados en su conjunto, los estudios presentados apelan no solamente al primer cruce inicialmente propuesto (etnografía, sociolingüística, educación, política pública) sino a otras yuxtaposiciones necesarias, por ejemplo con la sociología, el análisis institucional, la ciencia política, la historia, los estudios culturales, la filosofía. De este modo, una primera conclusión interesante es que el ángulo del estudio de la interacción apela, por necesidad interpretativa, a otros campos del conocimiento.

El conjunto de trabajos permite además comprender lo que ocurre aquí y ahora en tanto que algo producido en relación a su contexto histórico reciente y/o más remoto. Interrogantes del tipo: ¿por qué siguen vigentes lineamientos ideológicos que se generaron en otros momentos históricos? ¿Quiénes han sostenido tal o cual lineamiento de política educativa a lo largo del tiempo y por qué? ¿Y en tensión o disputa con quiénes? Para pensar también estos interrogantes en el marco del rol que nos compete como investigador@s, estos estudios hacen muy visible que en nuestra capacidad de generar conocimiento estamos inmersos en tramas de disputas que no podemos desconocer.

El enfoque asumido nos ha permitido poner de relieve también que lo que se considera política educativa no es un lineamiento escrito de una vez y para siempre. Se trata, más bien, de una trama que se teje en niveles concurrentes. Estos niveles son tanto los espacios áulicos como los de las escuelas como instituciones, que ponen a su vez al campo educativo en vinculación con sus sociedades. De esta manera, examinada desde el ángulo de la interacción, se advierte que la política pública educativa es extremadamente dinámica. Su re-definición se produce en diferentes momentos y lugares, por ejemplo, en las interacciones de aula, en las reuniones de docentes y personal escolar, en los encuentros entre familias y personal escolar, en las vinculaciones entre comunidades territoriales en que se alojan los espacios educativos.

Se dibuja una conclusión de orden tal vez muy general, pero no menos importante: es necesario pensar a las escuelas como campos de elaboración de política pública, y en tanto tales, son potencialmente lugares naturales también de investigación educativa por parte de los actores que conviven en ella en forma cotidiana.

Según se confirma, sobre todo en algunos de los resultados presentados en los artículos, es necesario dar lugar a formas en que ese conocimiento se produzca, de modo tal que lo que de hecho sucede (que la política pública es constantemente redefinida en lo cotidiano) esté legitimado como modo de entender y hacer lo educativo. Por lo mismo importará poner en cuestión cuáles son los aportes de diferentes actores educativos a la construcción de política pública y también a su análisis e interpretación.

 

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* Ana Inés Heras es investigadora independiente del CONICET en el Centro de Estudios Desigualdades, Sujetos e Instituciones (CEDESI) de la Universidad Nacional de San Martín. Es Doctora y Magister en Educación por la Universidad de California, Santa Bárbara. Fue becaria Fulbright entre 1995 y 1998, e Investigadora Docente en la Universidad de Santa Bárbara, Estados Unidos, entre 1995 y 1998. Se especializa en etnografía y sociolingüística interaccional aplicadas al estudio de procesos sociales. Preside el Instituto por la Inclusión Social y el Desarrollo Humano, unidad de CyT vinculada por convenio al CONICET.

**Virginia Unamuno es investigadora independiente del CONICET en el Instituto de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Es sociolingüista, especializada en estudios del bilingüismo y la educación. Doctora en filología por la Universidad de Barcelona, trabajó durante más de 15 años en la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente su investigación se centra en la inclusión de las lenguas indígenas en las propuestas de educación bilingüe en la Provincia de Chaco. Es docente de las Universidades Nacionales de San Martín y Tres de Febrero. Entre sus publicaciones destacan los libros Lenguas, diversidad y escuela y Prácticas y repertorio plurilingües en Argentina.