PROGRAMA DE PROMOCIÓN DE VOCACIONES CIENTÍFICAS DEL CONICET
Encuentros de ciencia en escuelas técnicas
Intersecciones actúa en la pluralidad de disciplinas, es un puente entre los tiempos de la ciencia, sus aportes y la educación secundaria. Se invita a nuevos diálogos y a promover la cultura científica.
Intersecciones es el nuevo ciclo de actividades del Programa de Promoción de Vocaciones Científicas (VocAr) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y se propone como un espacio institucional para que científicas y científicos compartan contenidos de interés para la comunidad educativa, jóvenes, infancias y público general. La propuesta de trabajo inició en la Escuela Técnica de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) y tuvo como objetivo acercar la ciencia a la educación secundaria, dar a conocer qué es el CONICET y cómo se trabaja en el ámbito científico.
Las actividades en Avellaneda fueron organizadas en conjunto entre el Centro de Investigaciones de Arte y Patrimonio (CIAP, CONICET-UNSAM), la Escuela Secundaria Técnica de la UNDAV, el colectivo creativo Circularia y el CONICET, a través del Programa VocAr. La jornada de comunicación pública de la ciencia contó con la participación del investigador Pablo Pellegrini en el Taller “Controversias Científicas” y, con Emiliano Kakisu para el encuentro “Ciencia en tu vida”, el cual permitió un diálogo abierto con estudiantes sobre la bebida BIBA, desarrollada a base de quínoa agroecológica, donde los y las jóvenes fueron anfitriones de la actividad.
Intersecciones busca visibilizar cómo las distintas disciplinas científicas pueden trabajar de manera articulada para atender problemas actuales que enfrenta la sociedad a la par que promueve contenidos científicos de interés en un estilo y formato amigable. Ejemplo de esto es el taller “Fotohistoria”, que propone pensar la fotografía como herramienta para conocer la propia historia y la sociedad en la que vivimos y, el taller “Dejando impronta” el cual utiliza la técnica de grabado para plasmar su entorno, ya sea su barrio, su familia, sus amigos y amigas como también mostrar a personas que por su actividad y/o cualidad se destacan en su círculo barrial/territorial. Los talleres fueron dictados por las profesionales Vanesa Iglesias, Liliana Recarey y Cecilia Gallardo del CIAP, CONICET-UNSAM y contaron con la participación de más de 50 niños y niñas de entre 11 y 15 años.
“Si analizamos las controversias científicas, podemos comprender mejor el funcionamiento de la ciencia y el lugar de los debates contemporáneos sobre la misma, mi investigación no es divulgación, pero se acerca mucho porque investigo casos, que son historias atrapantes y generan interés” afirma el investigador Pablo Pellegrini. Y continúa “éstas actividades en la escuela son muy importantes, porque generan curiosidad y porque acercan una cultura científica en general al mostrar nuestras formas de pensar y hacer ciencia”.
La jornada de actividades permitió intercambiar saberes y dio lugar a que los y las estudiantes de la tecnicatura en tecnología de alimentos compartan con el investigador Kakisu la huerta que tienen en la escuela como también sus espacios de producción y manipulación de alimentos. “La tarea de investigar se identifica con la mirada de cuando somos niños o niñas, con mirada original, indagando porqué las cosas son así, dudando y re preguntando, es una tarea que podemos hacer todos y todas” sostiene Kakisu y continúa, “el primer punto importante para investigar es ese apego a la realidad, ese entusiasmo y motivación; el segundo factor es la observación, la cual es un aspecto cognitivo fundamental, que implica mirar la realidad con una integralidad y, en tercer factor es la creatividad, la imaginación, para proyectar esa idea un poco más allá”.
El encuentro cerró con una degustación de la bebida a base de quinoa y con una ronda de preguntas y respuestas sobre sus beneficios como alimento noble y nutritivo desarrollada por científicos y científicas del CONICET, en el marco del Plan Argentina contra el hambre, porque mejora la nutrición de la población, la seguridad y la soberanía alimentaria. “Nosotros tenemos como slogan tómala como más te guste porque trabajamos en cuidar su alto contenido de proteínas, fortificado en vitaminas, calcio, con aporte de fibras y sin sacarosa o azúcar de mesa, porque los consumidores cada vez exigen los alimentos sin azúcar, sin gluten ni conservantes” sostiene el investigador.
Es importante destacar que la bebida BIBA nace de un acuerdo de la Gerencia de Vinculación Tecnológica (GVT) del CONICET que gestó un grupo de investigadores e investigadoras a través de un consorcio entre el Consejo y las Universidades Nacionales de La Plata (UNLP), Lanús (UNLA), Luján (UNLU) y Quilmes (UNQ), con la pyme argentina BABASAL S.R.L.