III FORO MUNDIAL DE DERECHOS HUMANOS

Eureka: Preguntas a la ciencia en el Foro Mundial de Derechos Humanos

En una emotiva actividad organizada por el CONICET y el Banco Nacional de Datos Genéticos, Paula Logares, la primera nieta recuperada a partir del ‘Índice de Abuelidad’ respondió a preguntas de estudiantes de quinto año.


En el Centro Cultural Kirchner se presentó “Eureka ¡Re! preguntas a la ciencia” organizado por el área educativa del CCT CONICET-CENPAT en Puerto Madryn y el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) con el apoyo de la Dirección de Relaciones Institucionales del CONICET con el objetivo de ofrecer a estudiantes de quinto año de la Escuela María Claudia Falcone la oportunidad de entrevistar, en el marco del III Foro Mundial de Derechos Humanos, a Paula Logares, la primera nieta recuperada a partir de estudios genéticos en 1984 y a su abuela, Elsa Pavón.

Cabe mencionar, que previamente al encuentro desde el área educativa del CCT CONICET-CENPAT sostuvieron una charla con las y los estudiantes para brindar la información necesaria y explicar la dinámica de la actividad. Eureka tiene como objetivo incentivar la curiosidad y promover la vocación científica, a través del interés y los saberes de las y los propios estudiantes. Son ellos y ellas quienes eligen qué preguntas realizar.

Durante el  encuentro, estudiantes preguntaron sobre las sensaciones que tienen cada año al recordar el 24 de marzo, hablaron sobre el derecho a la identidad, cómo contrarrestar el negacionismo, y el sentir de ellas dos al reencontrarse y reconocerse como nieta y abuela.

“Esto me sensibiliza mucho porque justamente hoy es importante resaltar la cuestión social, la contención y los vínculos que es lo que forma parte de la identidad. La sensación que tengo los 24 de marzo es que es una fecha que tiene que ver con lo social, mis padres hacían parte de la Facultad de Agronomía así que los últimos años y a nivel personal siempre acompañó este proceso”, expresó Paula.

Por su parte, Elsa recuerda esa fecha con nostalgia y aseguró que ver la consecuencias de la violencia tanto para ella como abuela como para el país “es duro, fuerte e inolvidable”.

A la pregunta de cómo fue ese primer encuentro entre Paula y su abuela en el Juzgado seis años después de haber sido apartada de sus padres, tanto Paula como Elsa relataron cada una su sentir pero coinciden en que fue un momento muy difícil. “A mi me llevaron al Juzgado sin decirme lo que iba a pasar y me fueron desprendiendo de la gente que me llevaba. Me contaron todo lo que había pasado sin ningún cuidado, por lo que mi primera reacción fue de rechazo. Lo que me estaban diciendo era algo fuerte. Mi abuela había llevado fotos. Luego de esto, cuando empiezo a vivir bajo la custodia de ella empezamos hacer un reconocimiento del vínculo, acomodarnos con hábitos y costumbres. Fue algo importante para mí, hemos vivido con mucho cuidado y respeto mutuo”.

En cuanto al tema de la importancia de la identidad Elsa manifiesta que: “Paula tenía que regresar a su familia, saber su verdadero nombre, el de sus padres y tenía que saber que fue querida, amada y proyectada. Todos los niños y niñas que fueron apartados tenían el derecho a saber que fueron amados porque sabiendo esto puedes iniciar a construir tu identidad”. Por su parte, Paula, asegura que no tiene recuerdos conscientes de sus padres, de su casa pero sí sabe que tiene muchos inconscientes y por eso “la construcción de la identidad es continua y se sostiene, con todo el bagaje pasado”.

Al final, Elsa, resaltó: “Hace 45 años estoy hablando de este tema,  eso de dar discursos tantas veces va perdiendo el sentido real, así que me gustó mucho esta actividad, porque hay mucha información en internet, en los libros pero preguntar lo que cada uno quiere saber va más allá y hace parte de la construcción de la memoria”.

Antes de cerrar la actividad, la presidenta de la CONICET, Ana Franchi, agradeció la participación activa de las y los jóvenes. “Les agradezco por tomarse el trabajo de investigar y estar aquí. Cuando nos preguntan ¿cómo hacemos para continuar, que se preserve la verdad, que haya justicia y tener un mejor país? mi respuesta es que deben exigir el derecho a la ciencia, porque son todos y todas ustedes las y  los jóvenes los que tienen ese derecho. Es la sociedad en general la que con sus demandas puede exigir tener un mejor país”. Además, resaltó el trabajo del Consejo con la creación de la Comisión de la Memoria a través de la cual se investigó, por primera vez y se reparó y reconstruyó los legajos de ocho integrantes del organismo víctimas del terrorismo de Estado.

Del encuentro participaron por parte del CCT CONICET-CENPAT, el director, Rolando González José, el coordinador del área educativa, Alejandro Cannizzaro, la y el integrante del proyecto Ciencia e Identidad, Soledad Leonardi y Marcos Sourrouille. También estuvieron presentes: el director de Relaciones Institucionales del CONICET, Alejandro Dabrowski y la directora del BNDG, Mariana Herrera Piñero.