POLITICAS DE GÉNERO Y DIVERSIDADES

Conversatorio: las mujeres que desafiaron el techo de cristal

Científicas del CONICET compartieron trayectorias y desafíos de presidir organismos de ciencia y tecnología en el marco del 150 aniversario de la creación de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.


El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) participó del conversatorio organizado por la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ANCEFN) en el marco de su 150 aniversario. Gloria Dubner, vicepresidenta de la Academia e investigadora del CONICET en astrofísica, encabezó el encuentro del que participaron la presidenta del CONICET Ana Franchi, la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) Adriana Serquis, la secretaria general electa de la Organización Meteorológica Mundial Celeste Saulo y la gerente de proyectos satelitales de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) Josefina Peres.

El techo de cristal remite a la idea de una superficie invisible que actúa de límite para el ascenso de mujeres y disidencias a los puestos de tomas de decisiones, no se trata de limitaciones impuestas por leyes o prohibiciones implícitas; es el resultado de ambientes de trabajo hostiles, de falta de estímulo y reconocimiento, falta de visibilidad de logros, sumado a consideraciones del orden personal, por ejemplo: ¿podré ser capaz yo de hacer eso?, ¿cómo equilibro mi tiempo de trabajo con las responsabilidades de la familia?, ¿me presento a ese concurso? son sólo algunas de las preguntas y reflexiones que estuvieron presente en el conversatorio que tuvo lugar en el Centro cultural de la Ciencia y contó con la participación y exposición de mujeres de ciencia premiadas en Latinoamérica y en el mundo.

Entrevistada por la periodista Nora Bär la presidenta del CONICET Ana Franchi afirmó “mujeres y hombres empezamos la carrera científica, la mayoría de la veces, desde el mismo lugar, pero el camino es distinto, siempre está presente el tema de los cuidados de los niños y niñas  como de las personas adultas y también se encuentran los sesgos y estereotipos de género en la formación que complejizan los trayectos” y, sostuvo: “la palabra sororidad la hemos practicado desde siempre entre compañeras de estudio, colegas, amigas y familia y son esas redes las que nos sostienen y con las cuales construimos y militamos la licencia por maternidad de las becarias, los jardines y la amplitud de políticas en género y diversidad”.

Celeste Saulo comparte que hace 40 años atrás cuando ella empezó a estudiar no sabía qué era la meteorología, pero su familia la apoyó y eso resultó indispensable. Y en la actualidad, ante la secretaría general de un organismo internacional afirma: “aunque no tengo experiencia en diplomacia, en los 150 años de la organización meteorológica mundial también soy la primera mujer, me toco romper varios techos de cristal creo que es una cuestión de época y de animarse a transitar nuevos terrenos, pero diciendo lo que no se conoce. La honestidad intelectual es clave para tener apoyo” y agrega: “en muchos casos me he encontrado con personas que no sabiendo algo intentan mostrar que, si lo saben y eso los desacredita, creo que saber decir ‘yo no sé’ me ayudo aún en una instancia compleja. 108 países me eligieron de los 193 y creo que fue por haber sido clara y transparente sobre lo que me parecía importante hacer ”.

La presidenta de la CNEA, Adriana Serquis afirmó “para muchas mujeres de nuestra generación y más jóvenes la salida profesional era el magisterio y sí, yo además soy profesora de enseñanza primaria, pero de chica también me encantaba hacer experimentos con temas relacionados con la energía y tenía cierta pasión por la matemática y la ciencia aplicada”, y agrega: “liderar o estar a cargo de un proyecto, de un grupo, de una institución, significa para nosotras responsabilidad y para la mayoría de los hombres significa poder, el poder de decidir y el problema es la expectativa que se genera cuando una quiere tener otro modelo basado en los consensos, por estar a cargo de grandes proyectos en una institución de energía atómica muy verticalista, pero si vale la pena cuando ciertas decisiones se hacen por consenso tienen una potencia que no la tienen cuando son unilaterales e impuestas con ese mandato del modelo patriarcal”, sostuvo la científica.

Por su parte, Josefina Peres de la CONAE compartía que las cicatrices del techo de cristal implicaban también sentir culpa por una maternidad elegida: “me voy a quedar afuera de las cosas, era mi temor cuando nacieron mis mellizos y trabajo sobre ese equilibrio todo el tiempo, sobre las elecciones que tome, me ayudó mucho hacer danza, para equilibrar el mundo masculinizado del trabajo con mi femineidad y mi estilo”.

La ronda de aportes y debates entre mujeres lideresas contó con la participación de científicas destacadas por premios nacionales e internacionales como L´Oreal UNESCO y Premio KONEX, galardones con más de 20 años de ediciones en Argentina, que tienen como objetivo visibilizar y honrar mujeres que hacen descubrimientos como también distinguir y despertar vocaciones científicas y referencias en ciencias en las más jóvenes. Fueron parte del panel: Mariana Weissmann, Ana Belén Elgoyhen, Cecilia Bouzat las tres distinguidas con premios por su trayectoria en ciencia y Silvia Ponce Dawson, presidenta designada de la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada, institución centenaria que también por primera vez tienen una mujer latinoamericana en la presidencia.

En este panel se problematizó sobre la carrera científica desde el rol de las becarias, la importancia de esa ayuda económica para la formación de recursos y sobre la utilidad de la discriminación positiva en una sociedad desigual. Fueron parte del debate las becarias del CONICET Jesica Peralta, Naila Martínez, Priscila Pagnota y Rocío Nores. Acompañaron en el evento Guillermina D´Onofrio responsable del Programa Nacional para la Igualdad de Géneros en Ciencia, Tecnología e Innovación del MINCyT y Brenda Bianquet, representante de L´Oreal UNESCO “Por la mujer en la ciencia”.