DIVULGACIÓN CIENTÍFICA

Una investigadora del CONICET participó como coautora del Atlas de Hongos más completo del mundo

Se trata de Roxana G. Vitale, doctora en medicina, científica y especialista en diagnóstico de infecciones fúngicas.


Existen muchos libros que explican los diferentes tipos de hongos pero ninguno hasta ahora explicaba específicamente los hongos médicos. La investigadora del CONICET Roxana G. Vitale, doctora en Medicina y especialista en Micología Médica, fue convocada como coautora de un Atlas único en su estilo; un trabajo que abarca la literatura desde los primeros días de los hongos clínicos, que datan de 1840, hasta la actualidad.

La primera edición de este Atlas fue en el año 1995. Luego le siguió una edición en el 2000, otra online y esta cuarta edición, que está online y estará impresa en breve. “Se pretende continuar con la actualización del mismo e imprimir una nueva edición en los próximos cuatro años aproximadamente, dado que hay mucha información que se renueva y se deberá agregar”, aclara Vitale.

En este atlas están todos los nombres de hongos usados en publicaciones médicas: en sus casi 1600 páginas hay capítulos sobre métodos de diagnóstico, antifúngicos, terapia recomendada, filogenia y explicaciones sobre los principales grupos de hongos y complejos de especies. En total son dos volúmenes con setecientas fotos a color. Tiene cerca de ocho mil referencias y cubre las 720 especies capaces de causar infecciones en humanos y otros vertebrados, desde el comienzo de la micología médica hasta nuestros días.

“El Atlas hoy día es influyente y único libro en su estilo. En este momento, la mayoría de los hospitales e institutos más importantes de Europa tienen este libro en el laboratorio de diagnóstico. Incluso ha sido traducido al idioma chino, por lo que es de amplia utilización en dicho país”, explica Vitale, que además trabaja en susceptibilidad antifúngica -que se trata del estudio de la capacidad de inhibición de drogas antifúngicas frente a hongos- y dictó durante quince años el Curso de Micología Médica junto al Dr. GS De Hoog en el Westerdijk Institute, anteriormente conocido como el Centraal bureau voor Schimmelcultures (CBS), Holanda; un centro de referencia con la mayor colección de hongos del mundo, en donde se realizan trabajos de alto nivel científico.

“Cuando terminé la carrera de Bioquímica trabajé en diagnóstico en general, pero siempre me gustó la microbiología. Así fue como empecé haciendo una pasantía en el Hospital Centrángolo de Vicente López, con la Dra. Laura Rodero, quien me ofreció luego ir con ella al Instituto Malbrán y me hizo conocer el mundo de los hongos y de la investigación. Aprendí mucho de su gran capacidad e ideas innovadoras. También concurrí al Servicio de Micología del Hospital Muñiz, donde aprendí el diagnóstico y la clínica de las infecciones fúngicas junto al Dr Ricardo Negroni”, comenta Vitale. Más adelante, se especializó en Micología Médica y realizó su doctorado en Medicina en Holanda. Eso le permitió entrar en contacto con los principales referentes en hongos del mundo.

Ahora, como investigadora del CONICET, Vitale centra su trabajo diario en el Hospital Ramos Mejía, en donde recibe interconsultas de distintos hospitales del país, realiza el diagnóstico de infecciones fúngicas e interviene en la recorrida de pacientes en algunos servicios del hospital, así como se dedica a proyectos de investigación a nivel nacional e internacional.

“En general –señala Vitale- la gente asocia a los hongos con infecciones en las uñas o piel y se desconoce la variedad de enfermedades que pueden ocasionar”. Se refiere a que los hongos pueden producir infecciones sistémicas que involucran distintos órganos, como los pulmones, el hígado, la piel, los riñones, el cerebro, y hasta se pueden diseminar a través de la sangre. “Las personas pueden ser inmunocompetentes o inmunodeprimidas, siendo éste último grupo los que tienen más riesgo de padecer enfermedades fúngicas”, explica Vitale. “De hecho, las mismas se han incrementado mucho durante los últimos años debido al incremento por ejemplo de quimioterapias, pacientes con transplantes, con SIDA, hospitalizados por largo tiempo, entre otros factores. Muchas veces las infecciones fúngicas no se sospechan y la mortalidad es elevada. Por esto, considero que es de suma importancia estar informado acerca de esta situación. Si se conoce más, se puede pensar y hacer un diagnóstico más rápido, que ayude a indicar un tratamiento temprano para mejorar la evolución y pronóstico del paciente”, concluye la investigadora.