CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES

Un novedoso estudio aporta pistas sobre el desarrollo de los caimanes de Argentina

Una becaria del CONICET describió cómo evoluciona el cráneo cartilaginoso de esos reptiles durante su etapa embrionaria.


En biología se llama ontogenia a la hoja de ruta que sigue un organismo a lo largo de las distintas etapas de su vida. Los estudios ontogenéticos son una herramienta fundamental para otras disciplinas tales como la paleontología ya que a partir de ellos se obtiene información muy valiosa: en base al conocimiento del desarrollo del esqueleto de especies actuales se pueden realizar inferencias en fósiles relacionados con ellas y, de este modo, contribuir a la historia evolutiva de los distintos grupos. En eso trabaja la becaria del CONICET María Victoria Fernandez Blanco, quien acaba de publicar un artículo en Journal of Anatomy en el que describe de qué manera comienza y se va modificando durante la etapa embrionaria el cráneo de las dos especies de caimanes que habitan hoy en Argentina.

El estudio exhibe parte de los resultados que Fernandez Blanco obtuvo en el marco de su tesis doctoral, en la que realizó un análisis morfológico del esqueleto de dos representantes de aligatóridos –uno de los tres grandes grupos en los que se dividen las distintas especies de cocodrilos– presentes en el país: Caimán yacaré y Caimán latirostris. En esta publicación en particular, la experta se centró en cómo evoluciona el condrocráneo, o cráneo cartilaginoso, es decir la estructura primogénita que envuelve el encéfalo y los órganos de los sentidos de estos caimanes, que posteriormente va siendo reemplazada por huesos.

“Se trata de dos especies ampliamemte distribuidas en Sudamérica. Se las encuentra en Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y en nuestro país, fundamentalmente en las provincias de Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Misiones, Salta y Santa Fe”, cuenta la profesional que se desempeña en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (FCNyM, UNLP), y agrega: “En este trabajo me centré en las etapas más tempranas del desarrollo, haciendo un análisis de la cabeza en su estado cartilaginoso describiendo qué pasa en cada estadio embrionario y comparando ambas especies entre sí y con otras”.

Para hacerlo, Fernandez Blanco realizó tres campañas a la provincia del Chaco en 2012, 2015 y 2018 con el objetivo de colectar huevos de caimán. “Una primera dificultad es calcular cuánto tiempo de desarrollo tiene cada huevo. Como referencia fue muy útil el trabajo de una investigadora argentina, Josefina Iungman, que estableció estadios embrionarios en C. latirostris utilizando su morfología externa, y también fue fundamental el aporte de habitantes del lugar que avisaron en qué momento las hembras hacían las puestas. Por otra parte, la manipulación de los huevos requiere de ciertos cuidados ya que tanto durante el traslado como en el proceso de incubación deben permanecer en la misma posición en la que han sido depositados en el nido. Esto se hace para no alterar la cámara de aire que se encuentra dentro y así evitar la muerte del embrión. Asimismo, como la idea es impactar lo menos posible sobre las poblaciones de estos animales, se tomó una cantidad limitada aunque suficiente de muestras de cada especie”, narra la experta.

La recolección de huevos se hizo en el establecimiento rural y refugio de vida silvestre Estancia El Cachapé cerca de la ciudad de Resistencia, donde tiempo atrás funcionó un criadero de caimanes. “Lo primero que se hace con cada ejemplar es depositarlo en formol. Luego, utilizando una técnica que permite transparentar los tejidos blandos se consigue observar el detalle de los huesos y cartílagos, es decir dónde están, en qué etapa y cómo se va formando cada uno de esos elementos”, comenta.

El seguimiento diario le permitió a Fernandez Blanco establecer una secuencia de desarrollo de los elementos del cráneo, que se configura como el primer trabajo en su tipo referido a caimanes. “Si bien existen algunos estudios embrionarios en cocodrilos, mayormente de muchos años atrás, no hay prácticamente nada hecho en estas especies de caimanes presentes en Argentina”, destaca.

Para finalizar, la experta subraya: “Estos trabajos descriptivos de anatomía básica son útiles en muchos sentidos. Ver qué pasa en etapas preeclosionales es importante porque, por ejemplo, quizás lo que en un adulto se observa como un único hueso, en realidad está formado originalmente por dos que se fusionaron. Conocer estos detalles es muy valioso”.

Por Marcelo Gisande.

Sobre investigación:

María Victoria Fernandez Blanco. Becaria posdoctoral. FCNyM, UNLP.