CIENCIA Y SOCIEDAD
Se realizaron las “Jornadas para la revalorización de saberes, prácticas culinarias y cultivos andinos” en La Quiaca
Charlas para todo público sobre la arqueología de la Puna jujeña y la Quebrada de Humahuaca y talleres de cocina con productos andinos.
Con el objetivo de revalorizar la cocina andina de raigambre prehispánica, se realizó el encuentro “Arqueología Prehispánica de Jujuy: Jornadas para la revalorización de saberes, prácticas culinarias y cultivos andinos”, que tuvo lugar los días 6 y 7 de septiembre, en el Salón del Hotel de Turismo de La Quiaca.
Las jornadas fueron organizadas de manera conjunta por el Instituto de Ecorregiones Andinas (INECOA, CONICET-UNJu), el Instituto de Datación y Arqueometría (InDyA, CONICET- Provincia de Jujuy – UNT – UNJu), la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (Unju) y el Instituto de Educación Superior N° 1 de La Quiaca, donde se dicta la Tecnicatura en Cocinas Regionales y Cultura Alimentaria, bajo la coordinación de la profesora Silvia Alanis. En este encuentro participaron 70 personas, entre estudiantes de la tecnicatura y público general de La Quiaca y alrededores.
La doctora Clarisa Otero, investigadora en el INECOA, contó que el grupo de arqueología, junto a investigadores de otras disciplinas del instituto, viene ofreciendo distintas capacitaciones en la provincia de Jujuy desde hace varios años. Algunas de estas capacitaciones, brindadas al municipio de Purmamarca, se enmarcaron como Servicios Tecnológicos de Alto Nivel (STAN); otras se instrumentaron mediante un convenio con el Ministerio de Turismo y Cultura de Jujuy para trabajar en Humahuaca, San Salvador de Jujuy y en General Libertador San Martín. En los inicios del proyecto, se había apuntado especialmente al asesoramiento para el desarrollo turístico de la región.
A este último taller de La Quiaca se le agregó un “condimento especial”: una cocina en vivo. “Nuestra intención fue dar a conocer las evidencias materiales de diferentes sitios arqueológicos de Jujuy que reflejan la trayectoria histórica de estas prácticas culinarias. Al mismo tiempo, brindar información sobre la disponibilidad de diversos recursos para la elaboración de comidas a base de maíz, papa, calabaza, ají, quinoa, maní y frutos andinos, como el airampo. Es importante destacar los múltiples beneficios de estos productos que, al igual que la carne de llama, aportan muchos nutrientes por su valor proteico y vitamínico”, expresó Otero.
El resultado fue un trabajo articulado entre científicos, docentes y alumnos de la tecnicatura en cocinas regionales. Los alumnos estuvieron a cargo de la preparación de las distintas recetas y también utilizaron utensilios de origen prehispánico, como recipientes de cerámicas y morteros de piedra. Al respecto, Gabriela Musaubach, docente investigadora de la UNJu expresó: “Al recuperar y revalorizar estos productos, saberes y prácticas tradicionales, será posible integrarlos al acervo actual patrimonial referido a las formas ancestrales de preparación, servicio y consumo de los cultivos andinos. De esta manera, se enriquecerá nuestro patrimonio cultural y gastronómico tanto tangible como intangible”.
El intercambio de saberes se plasmó también en un recetario andino y de cocina fusión que será presentado en formato manual y que contendrá una recopilación de cómo eran las comidas en el pasado y cómo son en el presente. “Este tipo de acciones nos gratifican porque participan personas de distintas localidades y comunidades originarias. Nosotros escuchamos sus saberes que nos llevan al pasado y ellos nos cuentan cómo sus abuelos procesaban los alimentos y cómo lo hacen ahora. El diálogo es siempre muy enriquecedor”.
El grupo de extensión, integrado por investigadores y becarios del INECOA, del InDyA y la UNJu, se consolidó en estos últimos años con el fin de revalorizar las prácticas y saberes tradicionales para integrarlos al conocimiento científico que se genera a partir de las investigaciones. “Esta es una de las tantas acciones que nos proponemos continuar desarrollando para trabajar de manera articulada con la comunidad jujeña”, concluyó Otero.
Tanto los STAN como los convenios fueron gestionados por la Oficina de Vinculación Tecnológica de Salta (CCT Salta-Jujuy).
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