CIENCIA CON IMPACTO SOCIAL
Saberes científicos y populares dan respuesta a necesidades de la comunidad campesina de Cerro Negro del Tirao en Salta
Mediante una investigación colaborativa, que comenzó en 2015, y de la que participan especialistas del CONICET, de otras instituciones y los propios pobladores se brindan soluciones vinculadas con el agua, la energía, la producción, la educación y otras áreas.
Mejoras en las obras de energía y de agua multipropósito (consumo y riego), un invernadero para ampliar la diversidad de cultivos, la comercialización de papas y quesos y otros proyectos que se hicieron realidad en la localidad de Cerro Negro del Tirao, en la Provincia de Salta, son resultado de un proceso colaborativo de investigación-acción del que participan especialistas del CONICET, de otras instituciones y la propia comunidad.
En una reciente visita a ese paraje rural, ubicado a cerca de 3500 metros colindante al Parque Nacional Los Cardones y habitado por catorce familias dedicadas a la actividad agropecuaria, la presidenta del CONICET Ana Franchi destacó “que lo que se hace en Cerro Negro del Tirao, un lugar difícil por el clima, la lejanía y la altura, es un lindo ejemplo de cómo el trabajo en territorio de científicas, científicos y personal del CONICET con otros actores y en diálogo con la comunidad puede resolver necesidades sociales. Es muy emocionante ver todo lo que en conjunto han hecho y siguen haciendo para mejorar la vida de estas familias”.
En 2015 y junto a la Fundación Somos Parte, Silvina Belmonte e integrantes de su grupo de trabajo “Planificación Energética y Gestión Territorial” del Instituto de Investigaciones en Energía No Convencional (INENCO/CONICET-Universidad Nacional de Salta), llegaron a Cerro Negro del Tirao porque desde el INTA y el municipio de Rosario de Lerma les pidieron realizar un primer acercamiento para conocer sus necesidades y ayudar a resolverlas.
“El agua y la salud fueron las primeras prioridades que surgieron conversando con los pobladores. Convencidos de una ciencia que debe llegar al territorio comenzamos a gestionar diversas estrategias en la búsqueda de soluciones concretas”, indicó Belmonte, investigadora del CONICET, doctora en Ciencias con orientación en Energías Renovables e Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente. Y continúa: “Recorrer los cerros y acercarse a su gente siempre te maravilla, por la diversidad de paisajes y de saberes que resguardan, pero también te moviliza y te compromete, porque es una realidad completamente diferente a la de las ciudades. Cada viaje es escuchar y aprender”.
Claudio Quipildor, poblador de Cerro Negro del Tirao, afirmó: “Muchísimas gracias por todo lo que están haciendo, por ayudarnos y darnos una mano. Estamos muy agradecidos con la visita de Silvina, los chicos y chicas de su equipo, compañeros, colegas y autoridades. Somos parte del proyecto, compañeros en esta labor, sigamos hacia adelante, trabajemos a la par, ustedes ponen una cuerda y así vamos adelante, en la unión está la fuerza. Con mi gente, ya saben, estamos dispuestos en todo lo que se pueda hacer; ya tienen la confianza en mí y en la comunidad. Estamos logrando hacer todo lo que se pensó hacer”.
Proceso de investigación colaborativa
En el año 2017, el grupo de Belmonte logró gestionar el proyecto de investigación “Innovación tecnológica, valor agregado y sustentabilidad en sistemas de producción agropecuaria de la región andina salteña” financiado por el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología (COFECyT) para continuar avanzando en el diseño e implementación de soluciones en Cerro Negro del Tirao.
“A través de este proyecto, se lograron avances muy significativos en la escuela y toda la comunidad, en relación a mejoras en el acceso al agua con fines multipropósito, es decir, para consumo y riego”, afirmó Belmonte.
Asimismo, dado que en esa localidad la economía familiar se basa en el manejo de ganado (principalmente cabras y ovejas), se trabajó en la promoción de la sanidad animal mediante un botiquín sanitario comunitario y el apoyo a la producción de pasturas de cebada y avena para complementar la alimentación, así como también en la valoración de los cultivos andinos que se realizan en la zona (variedades de papas, habas y arvejas).
Todo este trabajo, destacó Belmonte, se realizó de una manera colaborativa, integrando los saberes de la propia comunidad con saberes científicos y técnicos de nuestro grupo y de otras instituciones. “Este diálogo e integración de saberes se da en todo el proceso de investigación acción, por ejemplo, en el diseño, la ejecución y el seguimiento de las obras de agua; el desarrollo de propuestas para el manejo sanitario de los animales y el manejo agroecológico de los cultivos”, agregó la investigadora del CONICET.
Desde el año 2021, los nuevos proyectos que se gestionaron estuvieron vinculados a prácticas agroecológicas, redes solidarias de comercialización y aplicaciones de energía solar y se financiaron a través del COFECYT y del Programa Nacional de Tecnologías e Innovación Social (PTIS) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. “Una característica particular de estos nuevos proyectos es que lograron integrarse con otras comunidades de los cerros de Salta donde también estamos trabajando: la comunidad originaria Kolla Kondorwaira de Potrero de Castilla (departamento La Caldera) y varias comunidades del Pueblo de Tastil de la Quebrada del Toro (departamento Rosario de Lerma)”, indicó Belmonte.
En 2022, el proyecto obtuvo un financiamiento de la Convocatoria Proyectos Especiales de Innovación Social (PEIS), convocatoria conjunta del CONICET y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT). El proyecto se fortalece en el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales disponibles en Cerro Negro del Tirao (agua, radiación solar, leña y pastizales), en el reconocimiento y la valoración de los saberes y prácticas locales (tecnologías ancestrales, trashumancia, ontología del Buen vivir), en la construcción conjunta de nuevos conocimientos a partir del diálogo de saberes, la innovación tecnológica y el trabajo colaborativo.
En estos proyectos se arman redes de vinculación entre actores sociales de diversos sectores: facultades de la Universidad Nacional de Salta, el INTA AER Valle de Lerma, el Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF) NOA, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) Sede Salta, otros grupos de investigación, entes gubernamentales (municipios, Ministerio de Educación de la provincia, SENASA, Parques Nacionales y otros) y no gubernamentales (fundaciones, organizaciones comunitarias, cooperativas, redes solidarias, mesas territoriales y otros) y las propias comunidades.
“Cuando nos preguntan sobre los resultados concretos de los procesos de investigación, vienen a nuestra mente las mejoras en las obras de agua de la escuela y las familias, el invernadero de la escuela, los campos sembrados, las papas y los quesos comercializados a un precio más justo”, señaló Belmonte. Y continuó: “Pero también vienen a nuestra memoria: los acuerdos logrados, la organización comunitaria, los nuevos conocimientos co-construidos, la valoración de un sistema trashumante sostenible socio-ambientalmente, los intercambios de productos y prácticas que comienzan a visualizarse, las coplas de los niños y las estrategias que persisten en el tiempo para habitar estos lugares alejados”.
De la visita a Cerro Negro del Tirao también estuvieron presentes Rául Becchio, director del CONICET Salta-Jujuy; Alejandro Hernández, director del INENCO, Teodora Sarapura, presidenta de la comunidad Kolla Kondorwaria de Potrero de Castilla; Analía Gopar, coordinadora del INTA AER Valle de Lerma e integrantes del equipo de trabajo del INENCO, del INTA y de otras instituciones.