Cacodelphia, teatro ordenador del mundo

MAGDALENA CÁMPORA

HyperFeira. Arts and Literature International Journal

Stony Brook University

Lugar: New York; Año: 2003 p. 1 - 14

1533-6999

Adán Buenosayres (1948), de Leopoldo Marechal, se cierra con la catábasis del héroe a la oscura ciudad de Cacodelphia (libro VII). Contracara de “la ciudad de la yegua tobiana”, la ciudad infernal es un escenario que reproduce, con el lenguaje del teatro, escenas y personajes de la Buenos Aires descripta en los seis primeros libros. El mundo representado en la oscura ciudad es en este sentido un reflejo depurado de los ornatos y disimulos que atenúan la realidad social de la ciudad visible: los hechos ocurridos en Cacodelphia son hechos del mundo, pero en ellos se ven con claridad los hilos de la estructura real, las pulsiones que luego serán convertidas en deseos estructurados. El autor respeta además la noción de castigo inherente a toda infierno y el valor simbólico tradicionalmente asociado a la pena, pero subvierte el tratamiento al recurrir a lo grotesco. Los personajes no se agotan, según el sistema clásico de condena infernal, en un castigo continuo, sino que se ven obligados a corregir y a reactuar situaciones narradas en los libros precedentes. De esta manera, el mundo de arriba, en la oscura pero inteligible ciudad, se ve deformado; en esa deformación se revela sin embargo parte de su esencia.