Sodomía y judaísmo en la Gobernación del Tucumán (siglo XVII)

FEDERICO SARTORI

Sucre

Congreso; X Congreso de la AEB (Asociación de Estudios Bolivianos); 2019

Asociación de Estudios Bolivianos

El 10 de agosto de 1619 un hombre de nación portuguesa llamado Juan de Acuña de Noroña fue tomado prisionero en Santiago del Estero, ciudad donde residía desde hacía varios años, trabajando a un tiempo de sastre y mercader. Acusado por el gobernador del Tucumán, don Luis de Quiñones Osorio, de haber cometido el pecado nefando con un esclavo suyo, fue encerrado y torturado, junto al secuestro de todas sus posesiones. El largo derrotero judicial que siguió el caso, llevó a que el reo fuese sentenciado dos veces a la muerte en la hoguera, la segunda de las cuales se hizo efectiva. La presencia de su nombre y de su historia en los documentos inquisitoriales limeños y tucumanos, se extiende hasta casi cuatro décadas después de su muerte en 16250, debido principalmente a la incansable persecución del Santo Oficio contra su incalculable y dispersa fortuna. Asimismo, su recuerdo como judío ?relajado? en las llamas de la Inquisición sobrevivió a su muerte y permaneció por décadas en la memoria de la sociedad tucumana de que había sido parte, hasta alcanzar, como una especie de ?herencia delictiva?, a su hijo adoptivo ?y homónimo-, acusado veinte años después también de prácticas judaizantes por la Inquisición. Estas causas, caracterizadas principalmente por las irregularidades procesales ejecutadas a favor de los ministros inquisitoriales que tomaron parte en ella, hacen emerger entre sus pliegues de manera involuntaria la historia de cientos de hombres y mujeres que, de una u otra manera, se habían relacionado con aquél rico mercader y sastre portugués.