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El presente trabajo pretende analizar la incidencia de potencias emergentes en los países de América del Sur y la necesidad de fortalecer un espacio regional de diálogo. Consideramos que el mismo debe estar orientado a superar las experiencias del pasado y coordinar políticas para enfrentar los desafíos, y aprovechar las oportunidades que presenta un mundo crecientemente multipolar. En este sentido la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) aparece, a nuestro entender, como el proyecto regional con mayores posibilidades de convertirse en un foro a través del cual se pueda alcanzar consensos y establecer posturas regionales comunes ante los principales centros de poder externos. Analizaremos la constitución de este espacio regional a través de los desafíos que conlleva la llegada de nuevos actores de peso internacional a América del Sur. Concentraremos nuestra atención en dos casos: por un lado China, porque se presenta como una alternativa real a los Estados Unidos y a la Unión Europea en términos comerciales y de inversión. Por otro India, cuya apertura comercial comienza a principio de los noventa, favoreciendo su presencia en la región sudamericana. Esto se ve reflejado en el crecimiento sostenido de los intercambios comerciales a partir del 2003. A su vez, el tamaño de ambas economías, permite pensar en la inserción de toda América del Sur, elemento que favorecería la cooperación. El espacio regional de diálogo sería, entonces, un primer paso hacia la conformación de una región que se constituya en polo de atracción tanto para China como para India, ya que América del Sur no es un área prioritaria para ninguna debido a la distancia geográfica y cultural. Debemos diferenciar la modalidad de aproximación de cada una hacia la región, pero no cabe duda que para ambas, América del Sur puede ocupar un lugar de relevancia dada la complementariedad de las economías.