CIECS   20730
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SOBRE CULTURA Y SOCIEDAD
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
SEGUIMIENTO DEL DESARROLLO EN BEBÉS DE ALTO RIESGO: APLICACIÓN DE LA ESCALA ARGENTINA DE INTELIGENCIA SENSORIO-MOTRIZ EN UNA MUESTRA DE SAN LUIS, ARGENTINA.
Autor/es:
HAUSER, P.; MILÁN, T.; GONZÁLEZ, C.; OIBERMAN, A.
Lugar:
Lima
Reunión:
Encuentro; ENCUENTRO ACADÉMICO ALAPSIDE (ASOCIACIÓN LATINOAMERICANA DE PSICOLOGÍA DEL DESARROLLO; 2015
Institución organizadora:
ALAPSIDE
Resumen:
Encuentro Académico A L APSIDE (Asociación Latinoamericana de Psicología del Desarrollo)Lima -Perú2015Título: Seguimiento del desarrollo en bebés de alto riesgo: Aplicación de la Escala Argentinade Inteligencia Sensorio-Motriz en una muestra de San Luis, Argentina.Introducción:(Preguntas centrales de la propuesta. Síntesis de la revisión de laliteratura)Los bebés de alto riesgo son aquellos que al momento de nacer, ya sea por circunstanciasprenatales, como perinatales o posnatales, requieren de cuidados especiales, indispensablespara lograr su supervivencia así como para disminuir la posibilidad de aparición de trastornosfuncionales graves durante la infancia. Estos bebés mayoritariamente están internados en superiodo neonatal en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) y tienen un riesgoelevado de presentar secuelas (Guía de Seguimiento del Recién Nacido de Riesgo, 2003,Nikodem, 2009). El camino que siga el desarrollo del bebé de alto riesgo podrá ser muyvariable, algunos egresan de la terapia neonatal, crecen y se desarrollan correctamente;mientras que otros pueden tener problemas físicos, dificultades en el desarrollo mental, en elárea motora, del comportamiento y/o sensoriales.A pesar de las complicaciones iniciales, seha demostrado que numerosos factores pueden contribuir a un desarrollo positivo de los bebésde alto riesgo. Entre estos factores, se ha destacado el buen funcionamiento del vínculo2madre-bebéy el apoyo brindado a los padres por parte de los equipos de salud(Winnicott,1971/1987, Nikodem, 2009).Es decisivo que los padres reconozcan la importancia que tendrán en el desarrollo de sus hijoslos controles frecuentes por lo menos hasta el ingreso escolar, ya que allí pueden evidenciarsealgunas dificultades relacionadas al aprendizaje. Estos pequeñosdeberán ser incluidos en unPrograma de Seguimiento que cuente con un equipo interdisciplinario formado por unpediatra y/o neonatólogo, un psicólogo especializado en desarrollo, un fonoaudiólogo, unterapista físico y un terapista ocupacional. En cada visita el bebé debe ser evaluado por losintegrantes del equipo según sus antecedentes y/o patologías y según su edad, para poderevaluar de manera integral los diversos aspectos del desarrollo y del crecimiento, y en caso deser necesario realizar consultas con especialistas o indicar la terapéutica a seguir (Guía deSeguimiento del Recién Nacido de Riesgo, 2003). Es indispensable considerar en esteprograma los aspectos mencionados anteriormente, pero sin dejar de lado el seguimiento delas interacciones entre los bebés y sus progenitores durante los primeros años de vida, ya quecomo bien señala Fogel (1991) los individuos se desarrollan a través de sus relaciones con losotros.En este escrito se presentan resultados preliminares de una investigación, en la que se realizóun seguimiento del desarrollo durante el primer año de vida de una muestra de bebés de altoriesgo en un hospital público en la provincia de San Luis, Argentina. Se seleccionaron paraesta presentación, los resultados correspondientes a las evaluaciones cognitivas llevadas acabo mediante la aplicación de la Escala Argentina de Inteligencia Sensorio-Motriz (EAIS)(Oiberman, Mansilla & Orellana, 2002). El objetivo de esta presentación es subrayar laimportancia del seguimiento del desarrollo de estos bebés, haciendo especial énfasis enlaimpronta que las interacciones tempranas pueden tener en el desarrollo durante el primer añode vida de los mismos.Aspectos metodológicos:La investigación se desarrolló en el Servicio de Neonatología de un hospital público en laprovincia de San Luis, Argentina. La muestra está formada por 35díadas madre-bebé. Seincluyeron lactantes de ambos sexos, considerados de alto riesgo desde el punto de vistamédico. Se evaluó el desarrollo cognitivo durante el primer año de vida de los lactantes, paralo cual se administró la EAIS (Oiberman, Mansilla & Orellana, 2002) cuando los mismosasistían al control pediátrico mensual en el Consultorio de Seguimiento para Niños de AltoRiesgo. La Escala se administra a partir del Estadio III de la inteligencia sensorio motrizsegún Piaget, a partir de los 6 meses hasta los 30 meses, y está compuesta por cuatro series3A:Exploración del Objeto, B:Búsqueda del Objeto, C:Utilización de Intermediarios yD:Combinación de Objetos.La EAIS evalúa de manera esencialmente cualitativa los procesoscognoscitivos en el niño; es posible localizar a cada niño en un estadio final o resumen, deacuerdo a los resultados obtenidos en cada una de las series evaluadas. Este estadio medianose traduce luego en un percentil que indica el nivel de desarrollo alcanzado por el niño deacuerdo a su edad: el P10 supone retraso en el desarrollo cognitivo, el P25 indica riesgo y lospercentiles superiores o iguales a 50 indican que el desarrollo cognitivo se encontraría dentrode los parámetros esperables o normales para la edad (Oiberman, Orellana & Mansilla, 2006).Resultados:En primer lugar, se realizó una caracterización demográfica de la muestra. Respecto de losbebés, se consideróla edad gestacional al momento de nacer, el peso de nacimiento y eldiagnóstico médico por el cuál ingresaron al Consultorio de Seguimiento para Niños de AltoRiesgo; las madres fueron caracterizadas en función de la edad y el nivel educativo alcanzado.En cuanto a los puntajes obtenidos en la escala, el 82,9% de los bebés evaluados (29 bebés)obtuvieron percentiles dentro de la normalidad de acuerdo a su rango de edad, es decir unpercentil igual o superior a 50. Mientras que un 17,1% (6 bebés) de la muestra obtuvopercentiles por debajo de este valor, 3 de ellos alcanzaron lo que se denomina percentiles deriesgo (P25), y otros 3 bebés obtuvieron percentiles que indican un retraso en el desarrollocognitivo ya que no han logrado realizar de manera satisfactoria las pruebas esperables parasu edad (P10). Es de destacar, que los 6 bebés que obtuvieron percentiles por debajo del P50forman parte del grupo de nacidos prematuros.Se analizó si existía asociación entre el percentil obtenido por los bebés en la EAIS y el niveleducativo materno mediante la prueba estadística Chi Cuadrado de Pearson, lo que arrojó unvalor de 22,338 por lo que existiría asociación entre las variables. Se puede notar que loslactantes cuyas madres contaban con estudios primarios incompletos obtuvieron solopercentiles menores o iguales a 50 (2 bebés), mientras que en el otro extremo, los bebés cuyasmadres poseían un nivel educativo terciario/universitario completo o incompleto obtuvieronsiempre percentiles superiores o iguales a 75 (7 bebés).También se indagó si existíaasociación entre el puntaje obtenido por los niños en la EAIS y el peso de nacimiento. Elvalor de Chi Cuadrado fue de 16,533 por lo que habría asociación entre las variables. Sepuede destacar que los bebés con un peso adecuado al momento de nacer alcanzaron unpercentil igual o superior a 50 en todos los casos (4 bebés). A medida que disminuye el pesode nacimiento comienzan a aparecer percentiles por debajo de la normalidad.4Durante la administración de la EAIS se puso especial atención en las interacciones entre elbebé y la madre durante la tarea. Del total de la muestra, 16 bebés (46%) evidenciaron interésante las tareas propuestas. Frente a esta conducta de los bebés, 12 madres no intervinieron; 3madres intentaron demostrarles a sus hijos cómo resolver la tarea aún antes de que ellos lointentaran o pidieran ayuda; 1 madre buscó estimular verbalmente a su hijo a fin de quecompletara la prueba. Otro subgrupo formado por 7 bebés (20%), éstosse mostraron irritados,molestos ante la dificultad que implicaba la tarea, ya que no podían obtener de formainmediata lo que deseaba y debían esperar para lograrlo. Frente a esto, 3 madres nointervinieron; 2 madres trataron de dirigirse verbalmente hacia sus hijos para tranquilizarlos yestimularlos a continuar; 1 madre trató de contenerlo corporalmentey finalmente 1 madre semostró molesta frente a la conducta de su hijoregañándolo.Por otra parte, 7 bebés (20%)estuvieron dispersos, teniendo dificultades para dirigir la atención a la tarea que se lesproponía; frente a esta situación 3 madres reaccionaron intentando mostrarles insistentementelos objetos, buscando captar la mirada de sus hijos; 4 madres no intervinieron. Finalmente, 5bebés (14%), se mostraron temerosos frente a los elementos de la prueba; solo 1 madrerespondió a esta conducta de su hijo intentando estimularlo verbalmente para queaprehendiera el objeto, y 3 madres no intervinieron ante esta situación.En conexión con estos resultados, podemos advertir que los lactantes que obtuvieron elpercentil más bajo (P10) fueron aquellos que durante la evaluación se mostraron dispersos (3niños), mientras que sus madres intentaban con cierta inquietud y rapidez demostrarles cómorealizar la tarea propuesta (2 madres) o bien permanecían sin intervenir sin percatarse enapariencia de la dificultad de su hijo (1 madre). Otro de los bebés que se mostró dispersoalcanzó un percentil de 25, su madre intentó demostrarle cómo resolver el problemapropuesto. Entre aquellos bebés que tuvieron dificultades para tolerar el tiempo que implicabala realización de la tarea y aceptar que no siempre la misma respondía a sus deseos, 1 bebé nopudo avanzar más allá de ese estado de frustración, su madre respondió regañándolo y obtuvoun percentil por debajo de lo esperable (P25). Mientras que el resto (6 bebés) obtuvopercentiles 75, 90 y 100, sus madres respondieron tratando de tranquilizarlos verbal ocorporalmente y estimulándolos a continuar en la tarea (3 madres), o bien no intervinieronante esta situación (3 madres).Por otro lado, los bebés que evidenciaron interés desde un primer momento en participar de laevaluación, atendiendo a la tarea que se les propuso, presentaron percentiles superiores oiguales a 50 en 15 oportunidades, y solo en un niño el percentil fue de 25, su madrepermaneció observando la actividad sin participar. Las restantes madres en su mayoría5permanecieron observando atentas la conducta de sus hijos, sin intervenir (11 madres), otras 3madres se mostraron algo ansiosas ante el tiempo requerido por sus hijos para responder eintentaban demostrarles cómo hacerlo antes de que ellos buscaran ayuda o se los indicara elexaminador, 1 madre estimuló verbalmente a su hijo. Por último aquellos bebés que semostraron temerosos ante la propuesta de la tarea y necesitaron unos minutos para observar yluego aproximarse al objeto alcanzaron siempre percentiles iguales o superiores a 50. Susmadres esperaron sin intervenir en 4 oportunidades y 1 madre estimuló verbalmente a su hijapara que se acercara a los objetos.Mediante la prueba estadística Chi Cuadrado de Pearsondemostró laasociación existente entreel comportamiento del bebé y el rendimiento obtenido en la escala, entre el comportamientomaterno y el percentil obtenido por el bebé en la escala, así como también se encontró unaestrecha relación entre el comportamiento del bebé y el comportamiento de la madre durantela administración de la EAIS.Discusión:Nikodem (2009) afirma que las experiencias precoces tienen una gran influencia en el logrode las adquisiciones; las características que adopten estas interacciones y las relacionesinterpersonales son fundamentales en los primeros tres años de vida del niño, a tal punto quepueden llegar a modificar aspectos funcionales y anatómicos tanto a nivel del sistemanervioso central, del sistema endócrino así como de la conducta.Los resultados de nuestra investigación nos permiten corroborar lo señalado por distintosautores (Guía de Seguimiento del Recién Nacido de Riesgo, 2003, Nikodem, 2009) respectode los múltiples caminos que puede tomar el desarrollo en estos niños de riesgo. Encontramosque aquellos bebés con antecedentes perinatales de gravedad, como retardo en el crecimientointrauterino, prematurez extrema y/o mayor tiempo de internación, pudieron sortear estasdificultades iniciales y alcanzar un desarrollo cognitivo adecuado para su edad dentro delmarco de interacciones satisfactorias, continentes y de sostén con sus madres. También seobservó una asociación entre la diminución del peso de nacimiento y la aparicióndepercentiles más bajos en la prueba; de manera contraria a medida que aumentaba el niveleducativo materno se incrementaban los percentiles obtenidos por los bebés.Labin&Taborda (2014) exploraron la asociación existente entre el nivel educativo materno yel rendimiento intelectual de 50 niños y adolescentes entre 6 y 16 años en la ciudad de SanLuis, Argentina mediante la utilización del WISC IV. Las autoras encontraron una asociaciónsignificativa entre el nivel educativo materno alto y un mejor rendimiento de los sujetos en elíndice Comprensión Verbal del WISC IV, por lo que el nivel educativo materno podría6considerarse como predictor del rendimiento intelectual del niño. En nuestra investigación, sibien se trata de una muestra diferente, también se obtuvo una asociación entre el percentilobtenido por el bebé en la EAIS y el nivel educativo materno, notando que los bebés cuyasmadres poseían estudios primarios incompletos obtuvieron percentiles iguales o menores a 50,mientras que los bebés cuyas madres tenían máximos niveles educativos(terciario/universitario incompleto o completo) siempre obtuvieron percentiles superiores a75.A partir de nuestros resultados también podemos señalar una asociación entre la disposicióndel pequeño para abordar la EAIS junto al comportamiento materno y el percentil obtenido enla evaluación. Aquellos bebés que se mostraron dispersos y con dificultades para tolerar lacomplejidad y el tiempo que implicaba la tarea, junto a una actitud materna ansiosa o másbien distante, obtuvieron como resultado percentiles que indicarían riesgo y retraso en eldesarrollo cognitivo. Solo en uno de los bebés evaluados la disposición fue positiva ante latarea, pero no pudo resolverla obteniendo un percentil de riesgo. Por el contrario, aquellosbebés que también se mostraron dispersos o con dificultades para tolerar el tiempo de la tarea,y las madres acompañaron esta situación intentado tranquilizarlos y/o estimularlos, o biensimplemente no intervinieron, el puntaje obtenido en la evaluación mejoró. Si bien nopodemos desconocer el riesgo biológico de los niños de la muestra ni la posibilidad depresentar secuelas durante la infancia, es posible inferir que la actitud materna continente, desostén y metabolización podría funcionar mitigando este riesgo y las dificultades deldesarrollo, contribuyendo de esta manera a un mejor desempeño en la evaluación. En elsentido contrario, podemos notar que algunos bebés que no tuvieron situaciones perinatalesy/o posnatales tan complejas, ya que por ejemplo nacieron a término, o fueron prematurosmoderados, con un peso cercano al adecuado, pero con dificultades en las interaccionestempranas madre-hijo, presentaron complicaciones en su desarrollo posterior.Los resultadosrespecto de las interacciones madre-bebé se presentan en detalle en publicaciones anteriores(Hauser & Milán, 2012, Hauser et al, 2014).Finalmente, destacamos la utilidad de contar con un instrumento como la EAIS, validado yadaptado a la población de niños argentinos, de gran utilidad para los profesionales quetrabajamos en el campo de la Salud Infantil, ya que permite estudiar el desarrollo cognitivocomo un proceso dinámico y además permite conocer otros aspectos del psiquismo tempranotales como la tolerancia a la frustración, el modo de acercamiento a los objetos, la reacciónfrente a las situaciones problemáticas, entre otros aspectos que surgen en el curso de laadministración de la prueba en presencia de adultos significativos,lo cual también nos permiteinferir ciertas características ligadas a la interacción vincular y actitudes maternas frente a lasconductas de su hijo.Conclusiones:A partir de nuestra investigación enfatizamos sobre la importancia de los primeros años devida en el crecimiento, la maduración y el desarrollo posterior del niño así como el impactoque el medio familiar, cultural y social pueden tener sobre los mismos. Nuestro interés noreside en poner el acento en el riesgo biológico o las interacciones tempranas, uno o el otro,cómo determinantes del desarrollo del niño en los primeros años de vida, por el contrario,pretendemos complejizar el modo de entender el proceso del desarrollo.8