CIECS   20730
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SOBRE CULTURA Y SOCIEDAD
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
La revolución de junio de 1943: una mirada desde Córdoba
Autor/es:
TCACH, CESAR
Lugar:
Comodoro Rivadavia
Reunión:
Congreso; XV Jornadas Interescuelas Departamentos de Historia; 2015
Institución organizadora:
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco
Resumen:
En un texto reciente, Fernando Devoto muestra como la incertidumbre que rodeó a la Revolución durante los primeros meses, potenciada por algunas medidas contradictorias y ciertas dosis de ambigüedad, habilitó la convivencia involuntaria de expectativas contrapuestas sobre su orientación político-ideológica. Corroborando lo presumido por Devoto, ilustran didácticamente esta situación dos imágenes contrapuestas: mientras la Alemania hitleriana, la Italia fascista y la España franquista fueron los primeros países importantes de la época en reconocer al nuevo gobierno, el presidente-general Ramírez otorgaba entrevistas a los dirigentes estudiantiles antifascistas de la FUA (Federación Universitaria Argentina) y les solicitaba su colaboración. A la luz de estas circunstancias, el escenario político cordobés presentaba rasgos singulares. Córdoba era gobernada desde 1936 por el radicalismo sabattinista (yrigoyenista), no se practicaba el fraude electoral, no había presos políticos ni gremiales, y los partidos de izquierda gozaban también de un clima pleno de libertades públicas. Enfrentado a un Partido Demócrata sumido en una irresuelta crisis política, era sede también de una poderosa guarnición militar (la División Cuarta de Ejército) y una influyente Iglesia Católica. Se trataba de un gobierno cuyas prácticas políticas y orientación ideológica distaban de parecerse a las del gobierno nacional. Empero, el golpe del 4 de junio implicó también el punto final para las autoridades provinciales. Al día siguiente, el gobernador radical Santiago del Castillo (electo en 1940), presento su ?renuncia indeclinable? y envió dos telegramas al ?General de Brigada a cargo del Gobierno de la Nación?, Arturo Rawson. En el primero reconocía al nuevo gobierno, le comunicaba que se había declarado la ley marcial en todo el territorio provincial y que en conocimiento de los fines expuestos por la proclama militar, ?expresa su adhesión a los mismos por compartirlos?. En el segundo, (respuesta a otro de Rawson) informaba que reinaba el orden y la tranquilidad en Córdoba. Unas semanas más tarde, tras delegar provisoriamente su mando en el comandante de la IV División de Ejército Gral. Justo Salazar Collado, asumió como interventor federal en la provincia, el general de infantería Alfredo Córdoba (oriundo de Mendoza).