CIECS   20730
CENTRO DE INVESTIGACIONES Y ESTUDIOS SOBRE CULTURA Y SOCIEDAD
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Saberes invizibilizados y resistencias rituales. Algunas reflexiones desde una experiencia situada.
Autor/es:
MARIANA JESÚS ORTECHO
Lugar:
Lim
Reunión:
Otro; VI Coloquio Internacional de Filosofía Política. Saber y poder, perspectivas decoloniales; 2014
Institución organizadora:
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Resumen:
Tal como lo han señalado numerosos autores latinoamericanos, los múltiples procesos culturales vinculados a la operacionalización de la colonialidad del saber han encontrado sustento mediante la imposición de ciertos sistemas de representación, considerados como legítimos para construir y vehiculizar sentidos sociales, susceptibles de nominarse "conocimiento". De esta manera, la matriz de subalternización de identidades étnicas racializadas sigue reproduciéndose hoy, casi con total obediencia, desde un conjunto de instituciones y prácticas contemporáneas que ignoran -y por tanto, niegan- otras formas de representación, diferentes a las dominantes.Autores como Walter Mignolo (1991) han indicado el modo en que el sistema alfabético de representación se impuso en América desde las instancias de conquista y colonización, negando y rechazando toda otra forma de representación, incluso (ícono)gráfica, como recurso válido para soportar sentidos, vinculados a la memoria y cultura de los pueblos. De esta manera, la posibilidad de relatar los hechos (de construir la historia de las Américas) se circunscribió a las posibilidades representacionales de los sistemas escriturales alfabéticos de representación y a la voluntad de aquellos grupos que poseían las habilidades, en rigor semióticas, para usarlos. Ahora bien, este señalamiento que se hunde en las primeras situaciones de encuentro entre Europa y América, y que explica con gran claridad el modo en que se operacionalizó discursivamente la colonialidad del saber, puede ser tomado para explicar, denunciar, y fundamentalmente intentar transformar los hábitos -precisamente interpretativos y representacionales- que aún hoy se erigen como dominantes en el espacio social general y en el mundo de las ciencias, al menos sociales y humanas, de modo particular. Desde estas consideraciones, entonces, cabe preguntar(nos)cuáles son aquellos rasgos semióticos que siguen imponiéndose, funcionando como mecanismo de subalternización de otras formas de representar sentidos, presentes y pasados, que en suma constituyen el conocimiento social de los grupos hoy descalificados por sus características culturales, sociales y económicas; es decir de los grupos o sectores populares. Ahora bien, la identificación y comprensión de estas modalidades, establecidas e impuestas como legítimas, resulta enteramente insuficiente si no se acompaña de un intento (al menos un intento) por adentrarse en otros mundos semióticos posibles, atravesados por otros sentidos, por supuesto éticos pero también estéticos. Este último gesto se orientaría a indagar en torno a aquello que Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel (2007), en la introducción al texto por ellos compilado El giro decolonial, nominan como "resistencia semiótica". Esta línea de reflexión resulta particularmente interesante si se la considera como una alternativa para pensar a las resistencias (sociales y culturales) más allá de las nociones de esfuerzo, revuelta y organización, características de los modelos interpretativos dominantes en las perspectivas críticas de los estudios sociales. La resistencia, desde esta perspectiva, podría entenderse como un proceso muchas veces invisible a nuestros ojos, que habita en las prácticas cotidianas y se expresa mediante lenguajes que no sólo prescinden de los sistemas alfabéticos de representación sino que exceden por mucho el uso de la palabra, en su versión escrita e incluso oral. En relación a lo dicho, el presente trabajo pretende aportar una serie de reflexiones y numerosas preguntas respecto de las modalidades de representación que nuestros hábitos interpretativos desestiman como recursos válidos para construir y vehiculizar sentidos sociales susceptibles de nominarse "conocimiento", y que se constituyen frente al horizonte homogeniezador cultural dominante como mecanismos de (auto)afirmación y resistencia. De esta manera, se plantean las siguientes preguntas como un modo de quebrar algunos supuestos que, se entiende aquí, no pueden ser eludidos y necesitan ser revisados si se espera abordar de un modo profundo los mecanismos de colonialidad, hoy: ¿De qué forma se producen (y reproducen) los valores culturales (sub)alternos en nuestras sociedades latinoamericanas contemporáneas? ¿Por qué considerar en la actualidad, a las "culturas populares" como depositarias de saberes disidentes? ¿Es posible comprender o tan siquiera referir, mediante las alternativas representacionales dominantes, lingüísticas y argumentales, a esos sentidos presuntamente diferenciados, que con frecuencia se reivindican en el "saber popular"? ¿Sería posible desplazar los cuestionamientos desde los "productos", es decir desde "los saberes", hacia los "procesos" que generan determinados conocimientos, orientando la reflexión a los recursos de representación que les dan emergencia? Desde estas reflexiones y preguntas, es que se propone indagar en torno a la forma de representación ritual, performática, característica y constitutiva de cualquier práctica social, como un modo de ingresar en la comprensión de los recursos de representación que la cultura popular dispone desde el discurrir de las acciones de la vida cotidiana. Vale aclarar que las reflexiones que aquí se recuperan provienen de un proceso investigativo que integra dos instancias, una teórica ?de exploración y análisis bibliográfico- a otra empírica, situada, vinculada a una experiencia de acompañamiento a diferentes iniciativas socio-comunitarias en un barrio popular de la ciudad de córdoba. La orientación metodológica del trabajo aquí presentado se alinea a las metodologías cualitativas, y particularmente a aquellas que proponen la integración y el diálogo entre instancias de lectura, análisis, elaboración conceptual y observación participante en campo. Vale aclarar asimismo que las reflexiones que se han generado sobre esta experiencia popular particular de ningún modo se consideran transferibles (aplicables o generalizables) al universo de "lo popular" en términos generales. De modo enteramente diferente, la observación pormenorizada de este pequeño fragmento de cultura se considera una oportunidad para aportar y enriquecer a la comprensión de ese espacio mayor, y desde luego abstracto, que suelen nominarse como cultura (latinoamericana) popular. En lo que respecta al tratamiento teórico, el material que se dispone para este diálogo teórico-empírico proviene del autodenominado Proyecto Decolonial (Mignolo, 2007), fundamentalmente a través de los aportes de Santiago Castro-Gómez (2007, 2005), y sus críticas teórico-epistemológicas, Catherine Walsh (2006, 2005) y sus reflexiones vinculadas al diálogo de saberes y encuentros interculturales y Walter Mignolo (2010, 2003, 1998) y Zulma Palermo (2003) en lo que a crítica semiótica se refiere. Vale asimismo mencionar que el abordaje de la cuestión cultural popular y la caracterización de las formas de representación ritual se hacen desde algunos aportes de la obra de Rodolfo Kusch (1976, 1975), como un modo de buscar una articulación entre esta reflexión centrada en los recursos representacionales de autoafirmación y resistencia, domésticos y cotidianos, que traman las prácticas, en este caso populares y contemporáneas, pero que también pueden entenderse vinculadas a horizontes culturales indígenas, negados desde hace siglos mediante la empresa de colonialdiad.