IIGHI   05432
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES GEOHISTORICAS
Unidad Ejecutora - UE
artículos
Título:
Aborígenes chaqueños: de la conquista al respeto por su cultura. Una historia inconclusa
Autor/es:
HUGO HUMBERTO BECK
Revista:
Suplemento Antropológico
Editorial:
Universidad Católica
Referencias:
Lugar: Asunción; Año: 2007 vol. XLII p. 357 - 374
ISSN:
0378-9896
Resumen:
El Gran Chaco americano fue el ámbito geográfico donde la resistencia del aborigen a los intentos de ocupación realizado por los blancos configuró uno de los conflictos más extensos de la historia, habiéndose iniciado a principios del siglo XVI y concluido recién en la segunda década del siglo XX. Hasta mediados del siglo XIX el “territorio indio del norte” como designó a la región chaqueña Martín de Moussy, fue el dominio indiscutible de los primitivos habitantes de estas tierras. Pero a partir de la organización nacional (1853) y bajo el impulso de los sucesivos gobiernos argentinos se produjo la conquista definitiva y la efectiva incorporación de estas tierras al Estado nacional. El Gran Chaco argentino fue el hábitat de numerosas tribus nómades, que la moderna antropología ha clasificado en tres familias lingüísticas: guaycurúes, matacos mataguayos y lule-vilelas; integradas por varias naciones diferentes. Muchas de ellas han desaparecido, y en la actualidad sólo perviven en la provincia del Chaco tres etnias: tobas (Qom), mocovíes (ambas de la familia guaycurú) y wichis (de la familia mataco-mataguayo). Este trabajo describe las relaciones entre blancos e indios desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad, tomando como referencia la política del Estado respecto de los aborígenes. Así ha sido posible establecer cuatro diferentes etapas: ofensiva-defensiva; de sometimiento-colonización; de integración; y de respeto y valorización de la cultura aborigen. La investigación se ha centrado, principalmente, en los dos últimos períodos –hasta ahora menos estudiados- para evaluar en qué medida las nuevas concepciones basadas en el respeto por las culturas diferentes han modificado el trato con las poblaciones autóctonas de la provincia del Chaco. La larga historia de las relaciones entre blancos y aborígenes del área chaqueña indica que las mismas han pasado desde una manifiesta hostilidad en la época de conquista a un tiempo actual de comprensión y respeto; pasando por fases intermedias en las cuales se trató de preservar la vida de los indígenas –considerados valiosa mano de obra- pero desterrando su cultura a fin de convertirlos en ciudadanos indiferenciados de la sociedad argentina por medio de la aculturación. El cambio de mentalidad del blanco se concretó de modo lento y gradual. Para ello debió abandonar el concepto de superioridad de la cultura occidental y aprender a valorar a otras civilizaciones según cánones de éstas y no sólo desde su propia óptica. En la medida que ello acontecía, fue modificándose la política hacia los aborígenes. Sin embargo, esta positiva evolución se manifestó más en la legislación que en el trato cotidiano, donde aún perviven prejuicios e injustas discriminaciones. Así lo demuestran las injustificadas demoras por parte de las autoridades en cumplir efectivamente con los derechos aborígenes amparados en las leyes que el propio Estado ha sancionado. Para transitar el último tramo de esta historia inconclusa es necesario entonces que la nueva concepción filosófica que subyace en las leyes del aborigen y en los nuevos preceptos constitucionales, alcance también a la mentalidad y a la conducta de todos los actores sociales. Sólo así podrá saldarse esta deuda de antigua data.