INVESTIGADORES
RIQUELME graciela clotilde
congresos y reuniones científicas
Título:
Educación de jóvenes y adultos a lo largo de las últimas décadas: aportes de una comparación
Autor/es:
RIQUELME GRACIELA C.
Lugar:
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Reunión:
Jornada; Jornadas Educación y trabajo de jóvenes y adultos a lo largo de la vida. Investigaciones y estudios acerca de las políticas, los sujetos y las experiencias; 2016
Institución organizadora:
Programa Educación, Economía y Trabajo, IICE-FFyL/UBA
Resumen:
La preocupación desde los inicios de los años 1970 de la responsable de esta presentación fueron los problemas del a) bajo nivel educativo de la población, interpretado como el analfabetismo potencial por desuso; b) las diferencias provinciales y regionales, c) las diferencias sociales, d) la segmentación urbana y socio-económica que dificultaban el acceso y permanencia de la población en el sistema educativo, e) las diferencias de género y etarias y f) las consecuencias sobre la ventajas o desventajas para el progreso en la educación (efecto avance acumulativo).Estas cuestiones centrales se han traducido en abordajes conceptuales, líneas de investigación específicas, diagnósticos cuanti-cualitativos que constituyen el acervo de la interpretación sobre la trayectoria y construcción del campo de la educación, la economía y el trabajo. Desde los inicios de los ´90 en el marco del PEET, desarrollamos un enfoque para caracterizar a los grupos de población y sus características personales según el acceso y los logros en la educación, formal, jaqueada por las medidas de política educativa que se tradujeron en dos ideas: los beneficiados y excluidos junto a los grupos en desventaja relativa en el mercado de trabajo.Ambas ideas se desarrollan cercanas a las nociones de riesgo educativo y son totalmente críticas de las ideas de empleabilidad y educabilidad de la población, pues interpretan que las dificultades para ingresar al mercado de trabajo derivan de los problemas de generación de empleo y la escasez de puestos de trabajo, y no en las limitaciones de faltas de adaptación de la fuerza de trabajo a los requerimientos del mercado. Bien es cierto que existe vis a vis situaciones donde la orientación de la formación no coincide con las exigencias de las demandas productivas, pero en términos agregados hay y se han dado problemas estructurales en los mercados laborales no atribuibles a la escasez de recursos humanos. Desde los años sesenta las interpretaciones sobre la escasez y abundancia de recursos humanos fueron motivos de discusión entre especialistas (Llach, Kritz vs Nun) y por otro se plantearon las ventajas relativas de los empleadores ante el crecimiento del nivel educativo de la población, que generaba una sobre oferta relativa de oferta de trabajadores ante un temprano techo de la demanda de empleo industrial, y surgió la noción de devaluación educativa (Tedesco). Luego de la apertura económica en 1976, la retracción del desarrollo interno y el creciente desempleo agudizó la expulsión de la fuerza de trabajo que determinó la aparición del problema de desempleo y el impacto en la demanda de trabajadores con nivel secundario, técnico y hasta universitario. Sin duda el sistema educativo y las instituciones reconocieron directa o indirectamente estos problemas, lo que significó un aislamiento del aparato productivo, un encierro de la escuelas técnicas, que paulatinamente se tornaron endogámicas en la formación de sus graduados, orientándolos a la formación docente superior, y re-ubicándolos en las mismas escuelas técnicas, pues la demanda de operarios y técnicos no existía. La década del ochenta que acompañó a la recuperación de la democracia, no significó grandes cambios en la demanda de recursos humanos, aunque si implicó transformaciones en la política educativa de gran expansión de la escuela secundaria y apertura del ingreso a las universidades, y por ende un notoria crecimiento de la matricula de la educación en ese nivel. Sin embargo, la expansión cuantitativa no fue acompañada por mejoras en la atención en la organización de los contenidos, los docentes como en la infraestructura, que determinaron problemas en la apropiación de conocimientos, y la generación de las interpretaciones de vaciamiento de la formación y las hipótesis de pérdida de calidad. Los noventa supusieron una agudización de la apertura y retracción de la demanda, acompañado por un proceso de concentración de la demanda, y modernización de los servicios por privatización de los mismos, y una más definida retracción del empleo industrial. Las tasas de desempleo aumentan y se argumenta sobre la educabilidad de los trabajadores, cuando la demanda era baja y altamente concentrada. Las discusiones acerca de la falta de adecuación y la necesidad de subsidiar la formación de capacitaciones operativas, fue una de las medidas de la política laboral, que implicó la instalación de alternativas de formación a través de las asignaciones por demand driven y la promoción de ofertas privadas de cursos cortos y operativos, que no implicaban cambios en la formación de los trabajadores, y sí subsidio para el empleo de jóvenes en puestos de baja calificación que requerían formaciones cortoplacistas instrumentales. En paralelo se promocionó la desaparición de la considerada costosa educación técnica, ya que sus ofertas y perfiles de cursos no tenían demanda.En ese contexto, hacia 1997 pudimos participar en diseños de instrumentos de medición de las condiciones de vida de la población tales como:- los bloques de educación y capacitación laboral de la Encuesta de Desarrollo Social y Condiciones de Vida de 1997 y 2001 (EDS) y;- luego, el módulo de Educación de la Encuesta Permanente de Hogares de mayo de 1998 (EPH98).En ambos cuestionarios los supuestos de la educación y formación cuestionaban la política educativa vigente, ya que reivindicaba la educación formal de la población joven y adulta y cuestionaba la promoción de la educación no formal que dispersaba los esfuerzos de los trabajadores en un ?mercado de ilusiones de corto plazo. Volver a estudiar y la recuperación educativa de los jóvenes y adultos fueron postulados centrales, y por ello se defendió indagar sobre las intenciones de la población al respecto, que nos valió la resistencia de equipos técnicos que miraban con desconfianza y hasta risiblemente estos planteos. Las preguntas se realizaron y con el correr de los años, luego del gobierno de la Alianza y la crisis 2001 y finalmente la recuperación de la Argentina con procesos de desarrollo endógeno, sustitutivo de importaciones, fueron el marco de la aparición de programas de ?finalización del secundario?, o de ?segunda oportunidad educativa? así como ?volver a empezar? entre otros hasta los actuales programas FINES, Progresar orientados a los jóvenes y adultos.