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Desde hace varias décadas, la investigación ha documentado asociaciones entre la comprensión y producción de gestos y el desarrollo temprano del lenguaje (Rowe et al., 2022, Rowe y Goldin Medow, 2009). Sin embargo, algunos estudios recientes han señalado que es la coordinación multimodal de las herramientas semióticas que conforman la comunicación prelingüística antes que su cantidad o diversidad el factor predictor más decisivo en la transición al lenguaje (Donellan et al., 2019; Murillo et al, 2018). A su vez, dicha coordinación multimodal se encuentra fuertemente asociada al grado de ajuste de las respuestas del adulto en el marco de las interacciones tempranas con sus hijo/as (Hirsh-Pasek et al., 2015). Se denominan hablantes tardíos (HT) a aquellos niños/as que alrededor de los dos años muestran una demora en la emergencia del vocabulario expresivo (P 10-20) no atribuible a trastornos del neurodesarrollo o discapacidad sensorial (Rescorla y Dale, 2013). Si bien las investigaciones dedicadas a examinar la comunicación prelingüística en contextos naturales en este grupo han sido más bien escasas, sus hallazgos demuestran que la comprensión del lenguaje, el uso de gestos, la interacción social y el juego constituyen factores clave a la hora de determinar la persistencia o transitoriedad del retraso (Delehanty et al., 2018; Morgan et al., 2020). En este trabajo se compara, desde un enfoque multimodal, la diversidad y grado de coordinación de las herramientas semióticas, las funciones comunicativas expresadas, la complejidad en el uso de objetos y las estrategias de andamiaje ofrecidas por el adulto en las interacciones entre 8 niños/as hablantes tardíos (HT, P

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