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Hay un momento o contenido de verdad en los textos adornianos, que iluminan las condiciones del presente en el que fueron escritas. En verdad, se trata de construir una interpretación en Adorno con su propio método, con sus propias estrategias de interpretación crítica. El ensayo sobre Baudelaire de Benjamin, "El París del segundo imperio en Baudelaire" (Benjamin, 1938) y sobre todo el debate epistolar que generó con Adorno entre 1938 y 1939 (Buck-Morrs, 1977), arrojan algunas claves metodológicas. También lo hace Adorno en su tesis sobre el problema estético en Kierkegaard donde la categorías del idealismo son leídas como imágenes del "intérieur burgués" (Adorno, 1933); o el ensayo sobre Schönberg, donde la disonancia dodecafónica es interpretada como el lamento mudo de la naturaleza oprimida (Adorno, 1948). Dice en ?El ensayo sobre Wagner": "Intentaba combinar análisis sociológicos, de técnica musical y estéticos para que los análisis del «carácter social» de Wagner y de la función de su obra iluminaran la estructura interior de la misma. Pero además, y esto me parecía más esencial, yo quería leer los resultados técnicos en términos sociales, como claves de hechos sociales? (Crítica de la cultura ii, p.628). En la tardía Teoría Estética, Adorno toma de Durkheim la categoría de fait social para pensar el nivel heterónomo de la obra de arte. Entonces, tomando a su vez nosotros la maniobra de Adorno, podríamos construir la noción de hecho intelectual (fait philosophique) como un el hecho social (fait social), en el mismo sentido de verdades sociales inintencionales. Esto es, hechos sociales manifestados en los resultados técnicos, verdades escritas entre líneas, encerradas monadológicamente, descifradas por el análisis filosófico, en la crítica inmanente de las formas del material. Este es el propósito de este trabajo.

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