Una aproximación a las concepciones de sujeto y subjetividad en la perspectiva del actor

IVANNA PETZ; VALERIA IÑIGO CARRERA

Salta

Congreso; VIII Congreso Argentino de Antropología Social; 2006

Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta

Nuestra particular práctica antropológica nos plantea de manera cotidiana la necesidad de llevar adelante la reflexión teórica y metodológica sobre la antropología, y en especial sobre las condiciones de ejercicio de la intervención social en las que se realiza la tarea etnográfica y el rol del antropólogo en tanto sujeto implicado. No es la primera vez que encaramos esta reflexión, habiendo adquirido distintos matices las preguntas que nos han guiado en ella. Más allá de las respuestas más o menos inmediatas que la misma demanda para avanzar en la práctica, hemos intentado sistematizar aquello que vamos pensando. Dan cuenta de ello nuestras ponencias colectivas (elaboradas en el marco del Programa Permanente de Extensión, Investigación y Desarrollo en Comunidades Indígenas) en los últimos dos congresos nacionales de antropología social en la Argentina (realizados en los años 2000 y 2004), en los que era central la preocupación por los campos de aplicación y el compromiso social de la disciplina antropológica. En el primero de ellos, presentamos un recorrido y análisis de las prácticas antropológicas y etnográficas en nuestro medio reflexionando en torno a la constitución de su campo y a sus contrapuntos con las políticas hacia aquellos “otros internos”, tomando como referencia inicial a la llamada etnografía fenomenológica argentina (por considerarla paradigmática y a la vez productora de un modelo de intervención etnográfica con fuertes anclajes en prácticas etnográficas actuales y en el imaginario político). Esto, en tiempos en que la llamada cuestión indígena comenzaba a recorrer una nueva coyuntura a partir de la configuración de un “reconocimiento” por parte del Estado de ciertos derechos a los pueblos indígenas de la Argentina a través de una serie de dispositivos y disposiciones jurídicas, y de una forma específica de definición /delimitación de las incumbencias del antropólogo en tanto poseedor del saber que legitimaría ciertas decisiones políticas en el marco de la reproducción del proyecto estatal. En el segundo, nuestra reflexión buscó ahondar en el carácter mismo de la intervención antropológica como parte de la producción de conocimiento (práctica científica) y de la práctica política, haciéndose manifiesta la imposibilidad de disociar ambas prácticas y de transformarlas en dos aspectos irreductibles entre sí. Sostuvimos entonces que el conocimiento científico no debe autocondenarse a detenerse en la interpretación sino que debe ir más allá si lo que se propone es la acción transformadora de la realidad, revelándose así el carácter político de una producción de conocimiento conjunta y crítica. En ambas oportunidades puede leerse una línea de continuidad que continúa hoy motivando este trabajo. Esto es, y en contrapunto a los términos tradicionalmente enmarcados en la denominada (auto) reflexividad antropológica, reducida a la problemática existencial del investigador, la necesidad de la reflexión. Necesidad que no es meramente una expresión de honradez epistemológica o de ser políticamente correcto, sino que implica, en última instancia, una construcción diferencial del objeto científico, y ese conocimiento diferencial es por lo tanto crítico (en contrapunto con el saber hegemónico). Ahora bien, y atendiendo a lo planteado por Menéndez (2002), en el sentido de que la mayoría de los antropólogos, a pesar de preocuparse casi inéditamente en la actualidad por recuperar el sujeto, no explicitan ni reflexionan sobre la concepción de subjetividad que manejan, las cuestiones anteriormente referidas nos plantean una serie de dilemas vinculados a las formas de producción de los sujetos por el conocimiento hegemónico, sobre lo cuál abundaremos en el presente trabajo.