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La reconstrucción de las características del campo artístico en el momento de emergencia del Rojas como posición diferenciada, nos obliga a ampliar el foco de nuestra observación hacia atrás en el tiempo, y hacia los costados en el campo cultural más general. Hacia atrás, porque dicha emergencia es parte de un proceso de transformaciones que comienza con el regreso de la democracia. En este sentido, para palpar la magnitud de estas transformaciones la reconstrucción se remonta al período previo a 1983 cuando la asunción del gobierno democrático marca una ruptura. La visibilidad de ésta, sin embargo, demora de manera variable según los espacios de los que se trate. Hacia los lados, por dos razones. En primer lugar, porque los rasgos del campo artístico, sus actores, sus espacios y tipos de sociabilidad han perdido en estos años previos a la democracia parte de su autonomía y habrá que buscar fuera de sus límites las manifestaciones más activas. Y en segundo lugar, porque en lo que hace específicamente al Rojas como grupo de artistas, los individuos que lo conformaban se encentran en su mayoría fuera del campo artístico. Así es como el origen del principio de unificación del grupo hacia adentro, y el modo de sociabilidad que los caracteriza, deben buscarse en los espacios sociales que transitaban en el período anterior, que son otras zonas del campo cultural que unifican diversas prácticas. Observaremos así que los artistas del Rojas coinciden en el período previo en sus ubicaciones en el campo cultural fuera del campo artístico, en espacios homólogos respecto del centro de éste, razón por la cual, si no han tenido contactos personales antes, se producirán afinidades entre ellos con gran rapidez y naturalidad. Ambos conjuntos de razones hacen que en este caso sea de vital importancia considerar otras zonas del campo cultural más amplio, para luego ubicar en él al campo artístico, y allí a los artistas del Rojas y sus producciones.

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