El príncipe guerrero

MARIANA CERVIÑO

Londaibere

MAMBA (Museo de Arte Moderno de Buenos Aires)

Lugar: Buenos Aires; Año: 2019; p. 38 - 45

Alfredo nació en una familia ligada a las grandes propiedades de la pampa húmeda, que ambos padres habían heredado por separado en la provincia de Entre Ríos . La moral tradicional propia de este sector social, reforzada en su momento de declive , marcó los años de su crianza, el clima de esa casa, donde las pautas de honorabilidad imponían cierto silencio: no había discusiones ni se exponían los conflictos. Las pautas de comportamiento tradicionales, tendieron a reforzar algunas de las características de la experiencia homosexual de aquéllos años. En un ambiente regido por la no intervención en la vida sentimental de sus miembros, la discreción, la indiferencia, el silencio, el aislamiento, fueron los comportamientos con los cuales se tramitó el asunto en lo doméstico, sin escándalos, sin preguntas.Como muchos homosexuales que vivieron esa experiencia en una época donde los miembros de ese colectivo no eran considerados por la ley ni por la sociedad, sujetos de derechos, había vivido la violencia más cruda, encarnada, por ejemplo, en compañeros de trabajos ocasionales. Respondió a esa crueldad con la actitud de los santos: una imperturbable suavidad fue su rasgo distintivo. Vestía por ese entonces de blanco, el color del pacifismo. ?Era Jesús?, coinciden sus seres cercanos. Como señala el sociólogo Ernesto Meccia, la carencia de recursos de contestación a la condena social fue rasgo propio de la época, y produjo el ?inquietante efecto de ?etificar? el dolor, de darle un ?valor? a la desgracia homosexual; en suma: de tratar el sufrimiento casi como un dogma a cumplimentar en el silencio de la vida cotidiana [?]" . "Esa clase de experiencias", sigue el autor, "vividas en medio de la clandestinidad y con pocas palabras a disposición para cuestionarlas los introducía en ese tiempo muerto y seguro de la homosexualidad del que hablamos?. Si se vincula esa consideración general sobre la vivencia de la homosexualidad hasta los años noventa con, en su caso particular, el código de honorabilidad y silencios que había respirado en su casa, ambos elementos concurrentes probablemente hayan producido en Alfredo su actitud mística, rasgo que resaltan todos quienes lo conocieron.