IDEAUS - CENPAT   25626
INSTITUTO DE DIVERSIDAD Y EVOLUCION AUSTRAL
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
ACIDOS GRASOS EN LA CERAMICA ARQUEOLOGICA DE LOS LAGOS MUSTERS Y COLHUE HUAPI. BAJO SARMIENTO, PROVINCIA DEL CHUBUT
Autor/es:
GURÍN, CELESTE; MAZZUCA MARCIA; SCHUSTER, VERÓNICA; MORENO, EDUARDO
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; XX Congreso NAcional de Arqueología Argentina; 2019
Institución organizadora:
Universidad NAcional de Córdoba
Resumen:
El bajo de Sarmiento es una depresión de origen tectónico-erosivo, formado por laderas relativamente abruptas y un fondo de valle plano. El bajo se conecto con la cuenca del rio Senguer formándose un gran cuerpo de agua denominado paleolago Sarmiento que cubrió casi la totalidad del bajo. Se ha postulado que este fenómeno se vincula con la última desglaciación, es decir el límite Pleistoceno-Holoceno alcanzando un nivel de 60 metros sobre el nivel actual del lago Musters. En el Holoceno medio el paleolago se hallaría unos 30 metros por encima este nivel y hacia el Holoceno tardío final se desarticularía el paleolago dando lugar a los lagos Musters y Colhué Huapi y exponiendo el fondo del actual valle de Sarmiento. Las ocupaciones humanas más antiguas registradas hasta el momento se ubican en las laderas y van desde Ca. del 5000 hasta el 1600 años AP, se trata de ocupaciones breves, probablemente basadas en la caza de animales terrestres. Con posterioridad al 1500 empiezan las ocupaciones en el fondo del valle (aunque obviamente continúen ocupándose las laderas), hallándose sitios arqueológicos de gran tamaño y densidad de artefactos con fuerte estructuración intrasitio y particularmente en el perilago del Colhue Huapi una fuerte concentración en la captura de recursos fluviales particularmente peces, de acuerdo con la evidencia arqueofaunística (Svoboda y Moreno 2017) y alta frecuencia de pesos de red es decir artefactos vinculados directamente a la pesca.En muchos de estos sitios es frecuente el hallazgo de fragmentos cerámicos, que son muy escasos en los sitios de las laderas. Por la reconstrucción del paleolago estos sitios y por lo tanto la cerámica serian posteriores al 1500 AP, lo que es coherente con la cronología de la cerámica en Patagonia central. Esta cronología coincide con el inicio de la actividad intensiva de pesca por parte de los cazadores recolectores del bajo, lo que sugiere la posibilidad de que ambos fenómenos estén relacionados. Más específicamente que la cerámica esté vinculada con el procesamiento y/o consumo de peces.Las microestructuras porosas de los artefactos cerámicos de origen arqueológico tienen la propiedad de absorber y preservar materia orgánica de productos procesados o almacenados en el artefacto durante su vida útil. De hecho, la arcilla cocida funciona como matriz que permite conservar moléculas orgánicas que en condiciones normales serían fácilmente degradadas. Estos residuos de material orgánico no presentan morfologías características, por lo que la única forma de caracterizarlos es a través de su composición química. La cromatografía gaseosa combinada con espectrometría de masas es una técnica química analítica que permite revelar información molecular sobre los componentes de los residuos que puede vincularse directamente con el uso de las vasijas en la antigüedad. Existen interesantes trabajos en donde se han identificado moléculas de productos de origen vegetal tales como aceites, ceras y resinas que han sido procesadas, almacenados o transportados en artefactos cerámicos, pero los componentes más frecuentemente identificados son los ácidos grasos saturados y monoinsaturados. Particularmente las grasas conservadas en las vasijas cerámicas sin esmaltar constituyen una valiosa fuente de información cultural y paliodietaria.A efectos de comprobar si existe una vinculación entre los artefactos cerámicos hallados en el sitio de estudio y el procesamiento y/o consumo de peces, se tomaron 10 fragmentos cerámicos procedentes de ocho localidades arqueológicas y se analizó la materia orgánica presente mediante cromatografía gaseosa combinada con espectrometría de masas.Los resultados arrojaron en su mayoría una alta abundancia relativa de los ácidos grasos saturados palmítico (P, 16:0) y esteárico (E, 18:0), que son característicos de las grasas de origen animal. El índice P /E de siete de estas muestras indican valores cercanos a 1 y en las tres restantes próximos a 3. En algunos casos, este índice ha servido de uitilidad para diferenciar presencia de grasas animales de vegetales, dado que una mayor cantidad de ácido P respecto del E es típico en los aceites de origen vegetal. Los valores obtenidos en este trabajo no son muy elevados y este hecho podría atribuirse a la presencia de grasa animal o a mezclas de grasa de procedencia animal con aceites vegetales, en especial en los casos en los que el índice es mayor que 1. Dada la procedencia de las muestras, debe además tenerse en cuenta que existen reportes sobre grasas de animales patagónicos con índices similares a los que pueden calcularse a partir de datos disponibles sobre plantas patagónicas por lo que en este caso, su uso puede dar lugar a errores de interpretación. Además los índices dejan de prestar utilidad cuando hay mezclas de grasas de distinto origen. Más aún, se ha postulado que el índice no se mantiene constante durante el tiempo arqueológico, debido tanto a diferencias en las propiedades físicas como químicas de estos dos ácidos. Aunque el índice es relativamente bajo en todas las muestras estudiadas, la presencia del ácido linolénico (18:3n6) al menos en cuatro de ellas confirma la presencia de componente vegetal.La alta concentración del ácido monoinsaturado 18:1 que oscila entre el 25 y el 33 % en 9 muestras se correlaciona con datos de literatura de éste ácido en grasa de choique (32%), aunque los datos disponibles sobre otros animales patagónicos son escasos, lo que no permite una confirmación. Un dato interesante fue la pequeña proporción del isómero trans del 18:1hallada en 5 de las muestras, que se correlaciona con presencia de grasa de rumiantes que en este contexto arqueológico estaría representada por el guanaco. La presencia de contenidos relativamente elevados en ácidos grasos insaturados como 16:1, 18:1 junto con los contenidos en ácidos grasos 18:2 y 18:3 detectado en varias de las muestras denota un buen grado de conservación de los residuos en sus matrices cerámicas.Las grasas animales han tenido una gran importancia en las culturas pasadas. Además de su valor nutricional, estas han servido como selladores, lubricantes, aglomerantes, abrillantdores, barnices, bases para perfumes medicinles y ungüentos cosméticos utilizados en rituales religiosos y prácticas funerarias y como materiales de arte.En el presente estudio no se han identificados ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega 3, que están normalmente presentes en grasas de organismos acuáticos, por lo que sería importante ampliar el análisis hacia la búsqueda de otros biomarcadores de relevancia que permitan confirmar o descartar la hipótesis de vinculación entre cerámicos y consumo de peces por los antiguos cazadores recolectores que habitaron el bajo Sarmiento.