Enfermedades foliares de la soja e incremento de la mancha anillada en la Argentina

PLOPER, L.D.

Córdoba

Taller; 13° Encuentro Nacional de Monitoreo y Control de Plagas, Malezas y Enfermedades; 2017

Halcón Monitoreos

Los cultivos de soja en la Argentina son afectados por diversos factores, entre los cuales figuran las enfermedades. Algunas patologías afectan las raíces y parte basal del tallo, y tienen consecuencias severas ya que usualmente provocan la muerte de las plantas en los estados reproductivos. En tanto otras enfermedades afectan las partes aéreas de la planta, tales como tallos, hojas, vainas y semillas, y muestran un potencial de daño menor que el grupo anterior, aunque con algunas excepciones. Los daños provocados varían en función del patógeno, del año, de la región, del lote, del cultivo antecesor, de la variedad sembrada, de las prácticas agronómicas utilizadas, de las condiciones ambientales durante los diferentes estadios de crecimiento, entre otras variables. Desde mediados de la década de 1990 se viene observando un gradual incremento en los niveles de severidad de las enfermedades que afectan las partes aéreas del cultivo. Esto se atribuye a diversos factores; por un lado, como la mayoría de estas patologías se transmite por la semilla, a las prácticas inadecuadas en la producción de simiente, agravado por la falta de uso de semilla de origen legal. A esto se le suman otros factores, entre los cuales se puede mencionar la difusión de variedades susceptibles, la falta de rotación de cultivos, la adopción generalizada de sistemas de labranza conservacionista, el aumento de la densidad poblacional de plantas y la ocurrencia de condiciones ambientales favorables para el desarrollo de esas enfermedades. La mancha ojo de rana (causada por Cercospora sojina), la mancha marrón (Septoria glycines), el tizón de la hoja y la mancha púrpura de la semilla (Cercospora kikuchii) la roya asiática (Phakopsora pachyrhizi), la mancha anillada (Corynespora cassiicola) y la podredumbre de semilla por Phomopsis (Phomopsis spp.) son las más importantes patologías de este grupo en el país. Su manejo se basa especialmente en la aplicación oportuna de fungicidas foliares.En el caso de la mancha anillada, se trata de una enfermedad endémica en el noroeste de la Argentina (NOA), una región que incluye las provincias de Tucumán, Salta, Jujuy, Santiago del Estero y Catamarca. La macha anillada se detectó por primera vez en esta región en 1988, pero fue recién hacia fines de la década de 1990, que su prevalencia y severidad comenzaron a incrementarse, especialmente en el norte de la provincia de Salta. Actualmente, se la considera en el NOA como una de las principales patologías del complejo de las "enfermedades de fin de ciclo" (EFC). Afecta hojas, pecíolos, tallos, vainas y semillas, aunque puede infectar también raíces cuando las temperaturas del suelo son moderadas. Para su manejo se recomiendan el uso de cultivares resistentes, la rotación de cultivos, y la aplicación de fungicidas a la semilla y al follaje.Los relevamientos anuales de enfermedades en el NOA llevados a cabo por la EEAOC han mostrado el incremento de los valores de incidencia y severidad de mancha anillada en la región durante la última década. Evaluaciones realizadas a un cultivar susceptible en distintas localidades evidenciaron este incremento gradual de la severidad de la mancha anillada desde la campaña 2008/09 a la 2010/11. En todas estas campañas, las condiciones ambientales favorecieron el desarrollo tanto del cultivo como de la enfermedad. Esta tendencia se modificó en las campañas 2011/12, 2012/13 y 2013/14 por severas sequías que afectaron la región, disminuyendo significativamente los niveles de la enfermedad. Las condiciones ambientales de las últimas tres campañas (2014/15 a 2016/17) fueron favorables nuevamente para la mancha anillada y los niveles de severidad alcanzados así lo confirmaron.En otras regiones del país se viene registrando un gradual incremento de las detecciones de mancha anillada, aunque todavía con niveles bajos de severidad. Sin embargo, en función de lo ocurrido en el NOA y a la menor eficacia que muestran los fungicidas foliares para su control en comparación con otras EFC, es recomendable tener en cuenta las condiciones que pueden favorecer el incremento de esta patología para prever un manejo adecuado de la misma.