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INTRODUCCIÓNLa microbiología del suelo es una de las disciplinas que mayor crecimiento ha tenido durante los últimos años. Su objetivo es comprender el conjunto de las comunidades microbianas que habitan en la tierra, y su contribución a la salud de las plantas, a los ciclos de los nutrientes y a la bioquímica del suelo (Cho y Tiedje, 2000). Actualmente, existen numerosas investigaciones destinadas a caracterizar la comunidad bacteriana de los suelos agrícolas, y en particular, a estudiar el efecto que las prácticas agrícolas ejercen en la estructura de las diferentes comunidades microbianas (Ding et al., 2013). La evolución de la flora microbiana constituye uno de los parámetros críticos a tener en cuenta al evaluar la calidad del suelo, debido a que la actividad biológica contribuye al mantenimiento de la fertilidad y funcionalidad del suelo.Entre las bacterias del suelo, Pseudomonas es uno de los géneros más diversos y abundantes en los agroecosistemas debido a su gran capacidad de adaptación fisiológica y genética (Palleroni y Moore, 2004; Silby et al., 2011; Stanier et al., 1966). Algunas Pseudomonas son capaces de colonizar las raíces de las plantas y promover su crecimiento por medio de diferentes mecanismos de acción, e incluso contribuir a la sanidad vegetal inhibiendo el crecimiento de fitopatógenos (Haas y Défago, 2005). Investigaciones realizadas en diferentes sistemas de cultivos, en diversos sitios geográficos y por diferentes autores, sugieren que las comunidades de Pseudomonas que habitan el suelo y la rizósfera están fuertemente influenciadas por las especies de plantas, las condiciones del suelo y las prácticas de manejo de los cultivos (Picard y Bosco, 2008). Por esta razón, las bacterias de éste género se utilizan como indicador biológico de la calidad del suelo y de las prácticas agronómicas sustentables (Agaras et al., 2014).La producción de caña de azúcar