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Impacto de los modos de uso actuales y de los agroquímicos en el ecosistema de humedales del sur de la Provincia de Córdoba. Dra. Mirta Menghi, Centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables, Edificio de Investigaciones Biológicas y Tecnológicas, F.C.E.F. y N, UNC-CONICET El modelo agrícola vigente en la llanura pampeana parece ignorar tanto la variabilidad natural inherente a esa gran región como la existencia de relaciones ecosistémicas, espaciales y temporales, que van mas allá de los límites de un predio rural. De distintas evidencias se desprende que la actividad actual sería de sustentabilidad dudosa en la transición entre la zona subhúmeda y semiárida tanto por el clima impredecible como por que la heterogeneidad espacial en el relieve y en la fertilidad del suelo de algunos sectores no se condicen con la intensidad ni uniformidad del uso actual. La creciente sustitución de cultivos perennes por anuales y su expansión hasta la frontera con humedales, asociada a uso masivo de pesticidas y fertilizantes, a concentración de ganado y sobre-pastoreo en bajos, a regulación hídrica y alteración de zonas buffer, ha aumentado la fuente y el flujo de contaminantes hacia los sumideros al mismo tiempo que reduce su capacidad de regularlos y digerirlos. La influencia natural del clima en la variabilidad en el número y área de espejos de agua (r² = 0.801 and r² = 0.755 respectivamente), y en consecuencia en la concentración-dilución de sedimentos, sumada a la causada por uso tendría un efecto sinérgico negativo en particular durante la fase seca del clima de esta región. Un estudio sistemático reciente de las lagunas (400.000 Ha, SE Córdoba) reveló que su estado es eutrófico en forma generalizado, y que el pastizal inundable que las circunda está deteriorado en composición y cobertura. Ese resultado mostró relación directa con el área bajo cultivo anual hasta 2000 m del espejo de agua, con una tendencia más fuerte en lagunas aisladas inmersas en la pampa localmente elevada más apta para agricultura, contribuyendo a resaltar diferencias espaciales en la potencialidad y/o vulnerabilidad de ese territorio en relación al mismo uso. El impacto incluye alteración de la calidad y disponibilidad de hábitats para la fauna y flora del humedal, y alerta sobre riesgos para servicios de ese ecosistema indispensables para sostener la fertilidad del suelo y calidad del agua de áreas productivas que lo circundan de las que depende directamente el hombre y sus animales domésticos.