IDH   23901
INSTITUTO DE HUMANIDADES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Cognitive Maps in Hard Days for Representationalism
Autor/es:
AGUILERA MARIELA; DESTÉFANO, MARIELA
Lugar:
CABA
Reunión:
Workshop; Workshop de Filosofía de la Neurociencia Cognitiva y Neuroética / Workshop on the Philosophy of Cognitive Neuroscience and Neuroethics,; 2019
Institución organizadora:
GIFICC, Programa de Neuroética del Centro de Investigaciones Filosóficas
Resumen:
El cognitivismo clásico se caracteriza por sostener que las capacidades cognitivas involucran representaciones mentales. Desde hace varios años, esta tesis ontológica acerca de la cognición ha sido objeto de numerosos embates antirepresentacionalistas (Thelen y Smith 1994, Van Gelder 1995, Ramsey 2007, Chemero 2009, Friston 2010, Sterling y Laughlin 2015, Hutto y Myin 2013). En un sentido general, el debate representacionalismo -antirepresentacionalismo en filosofía de la mente y la ciencia cognitiva puede reconstruirse en términos de dos grandes ejes de discusión. El primero está centrado en el contenido de las representaciones. Un rasgo característico de las representaciones mentales es que tienen propiedades semánticas como la de ser acerca de algo, en virtud de lo cual se dice que tienen contenido. Gran parte de la discusión clásica a favor de la postulación de representaciones estaba asociada a la posibilidad de naturalización del contenido mental (Fodor 1987, Dretske 1988). Sin embargo, lo que denominaremos la ?estrategia semántica? no sólo deriva en lo que Hutto y Myin (2013) denominan ?The hard problem of content?- según el cual las teorías semánticas de la cognición no logran dar una descripción científica respetable de cómo surge el contenido mental- sino que, aun resolviendo dicho problema, sólo alcanzaría a explicar un aspecto de las representaciones mentales, dejando de lado la cuestión de sus propiedades sintácticas. Lo cierto es que las representaciones mentales también tienen propiedades formales; pues pueden ser vistas como un vehículo que porta el contenido mental (Weiskopf 2007). Según lo que denominaremos la ?estrategia sintáctica?, se ha intentado defender la postulación de representaciones mentales estrictamente en términos de sus propiedades formales (Stich 1996). Sin embargo, esta estrategia también es débil frente a los ataques del antirepresentacionalismo. Asumiendo que desde una teoría representacional/computacional de la cognición sólo las propiedades sintácticas son las que permiten a las representaciones ser objeto de las computaciones que subyacen a las capacidades cognitivas, entonces el abordaje sintáctico no puede explicar el contenido representacional, algo que ha sido considerado tan central a la noción de ?representación? (Searle 1980). Esto ha abierto el juego a posiciones interpretativistas, que sostienen que las representaciones sólo tienen un aspecto semántico en virtud de que el científico se lo atribuyen. En esta línea, Egan (2018) encara una defensa deflacionada de las representaciones con su noción de ?glosa?. Las glosas son un complemento semántico de ciertos modelos computacionales las cuales permiten atribuir significado a las funciones matemáticas del modelo pero sólo por una cuestión de claridad metodológica (Egan 2018, 2014, 2010)Desde hace unos años, el debate acerca de las representaciones ha girado en torno a las representaciones estructurales (O´Keefe y Nadel 1979, Shea 2014, Morgan 2014, Shagrir 2012). En particular, Ramsey (2007) defendió la idea de que estas representaciones cumplen con el ?job desctription challenge? en el sentido de que son explotadas por y para el sistema propuesto para explicar una tarea cognitiva. Sin embargo, creemos que esta defensa depende de discusiones que son primordialmente epistémicas y secundariamente ontológicas. En este trabajo, en cambio, intentaremos sostener que una defensa metafísicamente viable del representacionalismo consiste en tomar en consideración un tipo particular de representaciones estructurales: las representaciones cartográficas. Desde las neurociencias, se ha defendido la hipótesis de que el cerebro opera con este tipo de representaciones, conocidas también como mapas cognitivos. Este tipo de representaciones se caracteriza por explotar un isomorfismo espacial entre los elementos del mapa y los del entorno (Shea, 2014). Esta hipótesis se basa en una serie de descubrimientos en el hipocampo de animales de distintas especies en las que se pudieron observar conjuntos de células que respondían selectivamente a lugares, a la dirección de la cabeza, etc. (place cells, grid cells, head cells, border cells) (O?Keefe & Nadel, 1978; Epstein, Patai, Julian, & Spiers, 2017). Las neurociencias cuentan con modelos matemáticos detallados que describen cómo las place cells, head cells, grid cells, etc. son utilizadas para la navegación (Rescorla, 2018). No es difícil sostener que esta variedad de representaciones estructuradas son científicamente respetables debido a que participan en muchos de los modelos de la ciencia cognitiva y la neurociencia cognitiva. Con todo, nuestra motivación no es defender un representacionalismo que se asiente en razones instrumentales que surgen de un análisis epistémico. La tesis general del trabajo es que, independientemente de que cumplan con el ?job description challenge?, al explotar una relación de isomorfismo, estas estructuras se volverían interesantes para el debate estrictamente ontológico sobre las representaciones mentales. Más puntalmente, tendrían propiedades formales que además de tener poderes causales en el sistema en el que participan también darían lugar a propiedades semánticas. Este tipo de estructuras han sido fuertemente rechazadas por los enfoques clásicos, entre otras razones, porque no disponen de una diferenciación clara entre propiedades semánticas y sintácticas. Por el contrario, esto que desde el enfoque clásico sería problemático, podría ser explotado para sortear algunas de las críticas antirepresentacionalistas: pues la existencia de estructuras cartográficas en el cerebro podría sugerir la existencia de particulares mentales con propiedades tanto sintácticas como semánticas íntimamente relacionadas. En este trabajo caracterizaremos de qué manera ambas propiedades quedarían vinculadas en estas representaciones.