IDH   23901
INSTITUTO DE HUMANIDADES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Valoración y Manejo de los Ecosistemas: un enfoque Multiactoral e Interdisciplinario
Autor/es:
CABROL, DIEGO ANTONIO
Lugar:
Villa La Angostura
Reunión:
Congreso; IV Congreso Nacional de Sistemas Silvopastoriles; 2018
Institución organizadora:
INTA Bariloche
Resumen:
El uso de los ecosistemas en nuestro país comprende una gran variedad de situaciones sumamente heterogéneas en las que diferentes actores sociales acceden de manera diferenciada a distintos servicios ecosistémicos. El desarrollo de políticas o planes de manejo adecuados para cada situación implica el desafío de comprender las estrategias de estos actores. El enfoque multiactoral e interdisciplinario para el análisis del manejo de los ecosistemas, comprende una serie de aspectos a considerar de manera integrada. Esta presentación buscará desarrollar dichos aspectos referenciando de manera recurrente el estudio realizado por miembros del equipo de Núcleo DiverSus (www.nucleodiversus.org) en el oeste de la provincia de Córdoba. Los cambios en el uso de la tierra han transformado gran parte de los ecosistemas naturales en pos de la provisión de determinados bienes y servicios necesarios para el bienestar humano. Estas transformaciones no son aleatorias, sino que responden a un contexto histórico y socioeconómico que define el tipo y la magnitud de los cambios sobre los principales procesos ecosistémicos a distintas escalas temporales y espaciales. El análisis de las consecuencias de los cambios en el uso de la tierra sobre comunidades vegetales es central para comprender la situación actual en términos de manejo y valoración de los ecosistemas por parte de los distintos actores sociales, así como los intereses y conflictos emergentes.En el sector extrapampeano argentino se han desarrollado importantes transformaciones socioproductivas durante las últimas décadas, entre las que se destaca el proceso de acumulación por desposesión que desarrolla David Harvey (Cáceres 2015). Este proceso, involucra la privatización de bienes públicos, el cercamiento de bienes comunes y la desposesión del patrimonio natural y coloca en el centro de la escena a la disputa social, al territorio y a los derechos de apropiación de las comunidades (Harvey 2004). El proceso de desposesión, no implica en todos los casos cambios en los derechos de propiedad, pero necesariamente afecta el acceso a ciertos recursos por parte de los sectores más vulnerables (Cáceres 2015). Mientras la propiedad se determina por el derecho al beneficio, uso, exclusión o transferencia; el acceso se evidencia en la capacidad o el poder de obtener ese beneficio, hacer uso, excluir o transferir (Ribot y Peluso 2003). Si bien en muchos casos el acceso, y por lo tanto la exclusión, están sostenidos en la propiedad y/o el derecho, existen situaciones de propiedad o derecho ambiguos o no garantizados. En esos casos el acceso, o la capacidad de obtener un beneficio, están determinados por otras relaciones de poder. Así, el acceso a los servicios ecosistémicos pueden estar determinados por cambios en las relaciones de poder y dominación entre distintos tipos de productores. Las prácticas sociales Para el análisis de las acciones de los agentes en el marco del estudio, se reseñan centralmente algunas categorías desarrolladas por Bourdieu. En el desafío de plantear una ciencia social total, el autor propone superar falsas dicotomías, como las que suelen presentarse en esta disciplina entre enfoques objetivistas y subjetivistas (Gutiérrez 2002). De hecho Bourdieu define su enfoque como constructivismo estructuralista o estructuralismo constructivista, para hacer referencia a la consideración relacional entre las condiciones objetivas (característica de los enfoques estructuralistas) y un sentido vivido o disposiciones incorporadas por el agente en su trayectoria (característico de los enfoques constructivistas). Las condiciones objetivas o estructuras sociales externas, están dadas por los factores exteriores al agente, que escapan a su voluntad y están contempladas en el concepto de campo de posiciones sociales históricamente construidas. La posición del agente en estos campos se define por la dotación de capitales específicos (económico, social, cultural, simbólico) (Bourdieu et al. 2001; Gutiérrez 2004; 2012). Por otro lado, el concepto de habitus define a las estructuras sociales internalizadas, siendo éstas las disposiciones incorporadas a lo largo de la trayectoria del agente y que funcionan como principios generadores y organizadores de las prácticas y las percepciones (Bourdieu 2008). Así, las prácticas de los distintos agentes se estructuran desde la posición que ocupan en el campo (y su trayectoria) y desde el habitus incorporado (Gutiérrez 2012).Existe una diversidad de campos específicos en función de los distintos capitales en juego e intereses de los agentes involucrados. En otras palabras, para que exista un campo debe haber un capital a disputar y agentes con un interés por ese capital. La noción de capital hace referencia a los bienes en juego (no sólo bienes económicos), que se producen, disputan, invierten y pierden en un determinado campo. En cada campo se ponen en juego un tipo de capital específico. El interés por otra parte es el involucramiento del agente en el campo, la búsqueda de mantener o agrandar su capital en un campo determinado. Esta intención se canaliza a través de las prácticas específicas llevadas a cabo por los agentes. Las estrategias de reproducción social son esas prácticas que desarrollan los agentes tanto para conservar su posición de privilegio en el campo, como para luchar por el espacio perdido (Bourdieu 1988).Un aporte significativo desde esta perspectiva, que permitirá analizar las prácticas sociales de los agentes de manera más acabada, es la extensión de la lógica económica para comprender las prácticas en otros campos. Con la noción de interés (illusio) pueden explicarse prácticas que buscan manifiestamente mostrarse desinteresadas o altruistas pero que persiguen un fin de maximización de un beneficio generalmente simbólico. Al ampliar los marcos del análisis del interés a campos distintos del económico, se observa que la renuncia o cesión de un beneficio material tiene recompensas en el marco de otros campos. A estas valoraciones o ?interés por el desinterés? Bourdieu las denomina ?beneficio de universalización? (Bourdieu 1997; Gutiérrez 2012:52) entendiendo que en estas prácticas hay una valoración simbólica por la sumisión a lo universal (un reconocimiento sobre el altruismo, la generosidad, la voluntariedad). Esta ley fundamental del interés, que está presente en las prácticas, rige sobre todos los campos.Establecidas estas nociones básicas, se puede determinar que las estrategias de reproducción social se constituyen como sistema de prácticas a través del cual los agentes, insertos en una realidad social e histórica concreta, crean las condiciones materiales y simbólicas para su continuidad (Bourdieu 1997). Esta tendencia a la preservación de las condiciones está inscripta en estructuras objetivas -campos- y subjetivas -habitus-. Entonces las estrategias de reproducción social no tienen por principio una intención consciente y racional, sino que están condicionadas por las disposiciones del habitus (que tiende a reproducir sus propias condiciones de producción). Por otro lado, el volumen y la estructura de capitales, también son sostenidos a través de la transmisión intergeneracional favoreciendo la continuidad de las condiciones originales (Bourdieu 2011). Por último se destacan algunas nociones de poder y dominación en la teoría de Bourdieu. Tomando elementos de los desarrollos teóricos de Marx y Weber, Bourdieu concluye que el poder, así como existe en las cosas (campos) y en los cuerpos (habitus), tiene un componente objetivo pero también un componente simbólico (Gutiérrez 2002). Así, la dominación, si bien puede ejercerse desde la violencia física, difícilmente pueda sustentarse eternamente sólo desde la coerción. Para sostenerse, debe existir o generarse algún mecanismo de legitimación en juego que permita la aceptación de esa relación de dominación. Una forma de adhesión, por parte de los dominados, a la relación. Esta legitimación se logra a través de otro tipo de violencia, la violencia simbólica que consiste en la imposición de significaciones, y es el ejercicio de un poder simbólico (Bourdieu y Wacquant 1995). Así, se encuentran en los mecanismos de dominación componentes de violencia objetiva, manifiesta, física o económica y componentes de violencia simbólica, eufeminizada (Bourdieu 2011). Esta violencia simbólica, tiene sus dinámicas propias de reproducción, en ?ciclos de consagración? que logran transformar relaciones arbitrarias o de hecho en relaciones legítimas u oficialmente reconocidas. Así, se genera una ?plusvalía simbólica? que le da legitimidad a esa dominación (Bourdieu 2011:71). Conflictos y resistenciasComo se menciona más arriba, el proceso de acumulación por desposesión implica la apropiación privada de bienes comunes, públicos o de los agentes más subordinados, por parte de los agentes con mayor poder. Esta expropiación y concentración conlleva a disputas de intereses que se manifiestan en conflictos de distinto tipo. Desde la perspectiva de la ecología política, los que están vinculados con el acceso a los ecosistemas, se enmarcan dentro de los ?conflictos ecológico distributivos? (Martínez Alier 2006). El análisis de los conflictos sociales en general, involucra algunos desafíos. Muchas veces los conflictos entre actores no tienen una manifestación explícita, visible o violenta y no pueden ser detectados si no se observan con detenimiento y se realiza una indagación profunda. Precisamente, con el objetivo de comprender mejor las resistencias en el ámbito rural, Scott (2014), propone el análisis de lo que da a llamar ?formas cotidianas de resistencia?. Según este autor estas son ??las armas comunes de los grupos relativamente desamparados: actitud reticente, disimulo, falsa aceptación de las normas, hurto, ignorancia fingida, difamación, incendios provocados, sabotaje, etc.? (Scott 2014:87). Estas estrategias, además de no requerir una coordinación previa entre quienes resisten, no implican una confrontación abierta contra los actores dominantes. Estos conflictos no tienen una manifestación visiblemente explícita, se producen cotidianamente y de manera camuflada (Scott 1985) y no son fácilmente perceptibles por un investigador externo.El mismo autor propone dos formas de análisis para las relaciones de dominación en el sector rural. Una de estas formas de análisis, está más vinculada al concepto gramsciano de hegemonía y la victoria ideológica de los dominantes. En esta prevalece la aceptación de la relación de dominación como consensuada entre las partes. La resistencia no se manifiesta porque no hay un cuestionamiento sobre la situación. La otra, se explica por el predominio de la correlación de fuerza física. Una dominación por la coerción real o potencial del dominante sobre el dominado (Scott 2014).Lo interesante de este enfoque para esta ponencia, radica en la identificación y análisis de las formas scottianas de resistencia que ocurren en un contexto de relaciones aparentemente pacíficas y no conflictivas. Se dice que son ?aparentemente pacíficas? porque existe un ?discurso oculto? de los subordinados, que aparece como forma de reacción a la dominación, pero en marcos no detectables de forma directa por parte de los opresores o detentores del poder (Scott 2000). Además del interés particular por poder identificar estas resistencias, los planteos de Scott dan herramientas para poner en duda la posibilidad de una hegemonía total, sostenida desde ningún tipo de violencia y enfrentada a ningún tipo de resistencia. Brinda el marco para poder indagar en el discurso explícito los matices de la desobediencia, de oposición a las relaciones entre clases que se dan en el marco de una infrapolítica de los grupos subordinados (Scott 2000), que integra valores, concepciones, significados y prácticas que enfrentan y rechazan a la dominación. La experiencia de trabajoConsiderando los desarrollos desde las ciencias sociales expuestos, y en constante interacción con un equipo interdisciplinario, se trabajó desde un abordaje pluriactoral con el objetivo de comprender cómo se vinculan las estrategias de actores sociales presentes en el territorio, con la valoración y el manejo que estos realizan de los servicios ecosistémicos que brindan los ecosistemas locales. El planteo metodológico desarrollado constó de tres grandes momentos que involucraron técnicas y síntesis parciales particulares (Díaz et al. 2011 PNAS). En un primer paso, a través de entrevistas individuales (información social) y mediciones a campo (información ecológica), se identifican cuáles son los principales servicios ecosistémicos que los actores sociales reconocen y valoran y cómo se conforma y distribuye la heterogeneidad de ecosistemas en la zona. Así se logran distinguir 22 categorías de servicios ecosistémicos claves y 6 configuraciones ecológicas diferenciadas. También se obtuvieron datos que permitieron identificar las estrategias de los actores sociales, cómo se vinculan los servicios ecosistémicos con los componentes de la diversidad funcional de los ecosistemas (desde las perspectivas de los actores sociales y la de los ecólogos) y cómo se presentan esos componentes de la diversidad funcional en las distintas configuraciones ecológicas presenten en la zona de estudio.Con esa información sistematizada en matrices se procedió a, en una segunda etapa, establecer a través de grupos focales por actor social, un ranking de valoración de los servicios ecosistémicos y cuáles eran las configuraciones ecológicas que mejor proveían esos servicios. De esta forma se pudo observar distintos grados de valoración, por cada actor social, de los servicios ecositémicos y las configuraciones ecositémicas sin tener que apelar a una valoración monetaria o siquiera cuantitativa.En un tercer momento, y persiguiendo el objetivo de sintetizar e integrar los resultados obtenidos entre los abordajes sociales y ecológicos, se realizaron talleres de síntesis. Estos talleres en una primera etapa se realizaron por actor social de manera de lograr síntesis parciales. Como actividad final del proceso se realizó un taller con la participación de todos los actores locales y los investigadores de manera de llegar a puntos de acuerdo sobre los resultados obtenidos y, en los casos que fuera posible, abordar alternativas de manejo para la resolución de conflictos presentes en los territorios.