IDH   23901
INSTITUTO DE HUMANIDADES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Memoria, identidad y arquitectura. El Regionalismo Crítico en los debates arquitectónicos argentinos de los ochenta
Autor/es:
JUAN SEBASTIAN MALECKI
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Jornada; Jornadas de trabajos de investigación; 2016
Institución organizadora:
Programa de Estudios sobre la Memoria, CEA, FCS, UNC
Resumen:
En la presente ponencia buscaremos reconstruir el debate en torno al regionalismo, prestando particular atención a sus fuentes teóricas y sus formas de articulación. Esto nos permitirá dar cuenta de la circulación de ideas arquitectónicas del periodo, en el que es notable un vuelco hacia la filosofía -en contraposición con el peso que había tenido la sociología, y las ciencias sociales en general, en los debates del 70-. ¿Qué se entendió por regionalismo? ¿Cuáles eran las fuentes teóricas con que se construyó esa categoría? ¿De qué formas se articulaba el regionalismo con la crisis de la modernidad y la pregunta por la identidad? ¿Qué se entendía por una y otra? La hipótesis que quisiéramos poner en discusión es que el debate en América Latina venía precedido por un debate internacional en torno al regionalismo crítico que, en la formulación de Kenneth Frampton, procuraba ser una respuesta a la crisis de las vanguardias -en el marco de la derrota de los movimientos contestatarios de los 70, del auge del neoliberalismo y de la derecha política de Ronald Reagan y Margaret Thacher-, en el que América Latina era entendida como el reducto de creatividad y negatividad que le permitiría cumplir el papel de ?retaguardia? y ?resistencia?. En el continente, el debate se formuló bajo otras coordenadas. En primer lugar, el abandono del adjetivo ?crítico? respondía a que no era el problema de las vanguardias el que animaba la discusión -o por lo menos no centralmente-. En segundo lugar, a diferencia del texto de Frampton que se ofrecía como una salida posible a la crisis de la modernidad, en América Latina primaba más bien una crítica o cuestionamiento a la modernidad. Crítica que señalaba el carácter importado de una modernidad que era equiparada a la Ilustración y en la que entraban, además, desde el liberalismo político a la arquitectura moderna. Lo que se objetaba, en síntesis, era el carácter eurocéntrico del conjunto de ideas políticas y culturales que habían predominado en las élites locales. Lo singular del caso, es que los diferentes críticos no recayeron en la cuenta de que sus cuestionamientos a una modernidad europea estaban sustentados en pensadores europeos. En tercer lugar, todo el debate muestra un notable provincialismo, no sólo porque las referencias a la filosofía o de la sociología de la cultura a las que se recurría eran desactualizadas, sino también porque muestra una desconexión, con algunas pocas excepciones, respecto a los debates contemporáneos en las ciencias sociales latinoamericanas que estaban igualmente problematizando la modernidad del continente. Incluso son escazas las referencias a la ?filosofía latinoamericana? o las teorías postcoloniales, con la cuales mostraba una importante afinidad terminológica e ideológica. En cuarto lugar, el regionalismo fue pensado como una oportunidad para superar el esquema centro/periferia, pero en sus distintas formulaciones -?modernidad apropiada?, ?otra arquitectura?, ?arquitectura divergente?- sólo lograban invertir la valorización entre los polos, pero no desarmar la estructura valorativa. Al respecto es sintomático que Marina Waisman sostuviera que la ?región? podía sustituir la noción de ?periferia?. En quinto, el debate no vino a dar voz a un movimiento que se estuviera gestando, sino que reagrupaba diversas prácticas profesionales ya realizadas -algunas tan viejas como de la década del 50- y que, hasta el momento, no habían tenido conexión entre ellas.