IDH   23901
INSTITUTO DE HUMANIDADES
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Spinoza y la militancia política
Autor/es:
DIEGO TATIAN
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Jornada; Spinoza en debate; 2013
Institución organizadora:
Museo del libro y de la Lengua / Biblioteca Nacional Argentina
Resumen:
Una aproximación inmediata a la noción de militancia nos remite a un conjunto de acciones no directamente orientadas al beneficio personal, animadas por una idea o una ideología; su significado convoca muchas veces una indignatio ante la ?vida dañada? y ante un perjuicio hacia personas o grupos de personas aunque no nos afecte directamente; también un uso del lenguaje inspirado por la cuestión social y su transformación ?si bien su origen remoto es religioso y los primeros en usarla fueron quienes en tiempos de la Iglesia temprana se autodesignaron como ?militantes de Cristo?. Militancia remite pues en cualquier caso a una pluralidad, a una ruptura con las motivaciones puramente individuales (aunque como cualquier actividad humana no exenta de los tres grandes poderes que los filósofos clásicos consideraban los más importantes impulsos que rigen el comportamiento de los hombres: la pasión del dinero, la persecución del placer sexual y el ejercicio del poder ?avaritia, libido, gloria). Sin detrimento de lo anterior, la interrogación del militante que se propone en el presente artículo quisiera desvanecer cualquier concesión respecto de su figura y partir de un principio materialista, en el sentido en que Althusser definió alguna vez al materialismo: como la decisión de ?ya no contarse más historias?. La ?historia? que una interrogación materialista del militante comienza por disipar es, precisamente, la de su ?idealismo?; la historia de la juventud idealista dispuesta a todos los sacrificios y motivada sólo por la utopía de un mundo mejor; la historia, pues, cuyo núcleo límpido nos transmitió alguna vez Deodoro al escribir la conocida línea del Manifiesto liminar -que se descontextualiza aquí con fines operatorios- donde afirma que ?la juventud? es desinteresada, es pura?, y por tanto capaz de animar su acción sólo por ideas para entregarla a la justicia hacia los demás. El principio materialista -o ?realista?- que adoptamos como punto de partida enseña en cambio a desconfiar de toda presunta pureza tanto como del desinterés. Ni vocación de servicio, ni sacrificio por los otros, la militancia es el lugar del otro en un sentido más complejo: práctica con otros conforme una lógica de la composición cuyo régimen de signos no excede las aventuras del interés, sólo que según un significado irreductible al ?individualismo posesivo? legado por la tradición liberal como determinación en última instancia de la acción racional ?que solo sería tal si regida por el cálculo y la obtención de beneficio.