"Las voces de los 90. Crónica y testimonio en Cuando me muera quiero que me toquen Cumbia de Cristian Alarcón"

ANA MARÍA CHEHÍN

San Miguel de Tucumán

Workshop; III WORKSHOP DE INVESTIGADORES LAS POÉTICAS DE LA MEMORIA. LOS DISCURSOS SOBRE LA VIOLENCIA POLÍTICA EN EL CONO SUR; 2013

Facultad de Filosofía y Letras UNT

Entre fines del Siglo XX y principios del siglo XXI asistimos a un resurgimiento de narrativas que ponen en evidencia la realidad de las urbes actuales, realidad que muchas veces se presenta como inenarrable. La prosa cronística hoy asume el desafío de contarla al relocalizar las voces de sujetos excluidos y marginados que las habitan, con la impronta de una marcada vocación estética del cronista. Es desde este acecho a lo real, que entre los múltiples discursos sociales que involucra, la crónica se apropia del testimonio para da cuenta de hechos que no son dichos desde los discursos oficiales y desde esa toma de posición política registra "la experiencia del aislamiento de grupos marginales y negados por el sistema central" (Nofal: 2002, 28) y lo hace desde un trabajo estético a partir del lenguaje. En este sentido el testimonio, se vuelve "el estímulo cardinal de la crónica", (Villoro) en tanto constituye una de las materias primas del relato. La crónica-novela o croniquelle Cuando me muera quiero que toquen cumbia. Vida de pibes chorros del escritor Cristian Alarcón publicada en el año 2003 relata la vida en una villa de emergencia del partido de San Fernando en Buenos Aires a partir de la figura mítica de Víctor Manuel el "Frente" Vital. El texto se articula en torno a los testimonios de los parientes y amigos del Frente, cuyas voces e historias muchas veces yuxtapuestas revelan un orden social marcado por la pobreza, el abandono del Estado y la ausencia de la ley.