IHEM   20887
INSTITUTO DE HISTOLOGIA Y EMBRIOLOGIA DE MENDOZA DR. MARIO H. BURGOS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
Bioindicadores de la contaminación ambiental.
Autor/es:
GIRAUD BILLOUD, MAXIMILIANO.; CLÉMENT, MARÍA E.; CASTRO-VAZQUEZ, ALFREDO.
Lugar:
Mendoza, Argentina
Reunión:
Jornada; Jornadas de Investigación 2010, Facultad de Ciencias Médicas, UNCuyo; 2010
Institución organizadora:
Facultad de Ciencias Médicas, UNCuyo
Resumen:
La mayor conciencia de los peligros para la salud humana que derivan de la contaminación del ambiente ha hecho de la ecotoxicología una transdisciplina emergente, que recibe creciente atención. Por ejemplo, para el Instituto Nacional de la Salud de Estados Unidos es la tercer área de investigación prioritaria después de las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. Los bioindicadores de contaminación son sistemas biológicos que responden a los tóxicos ambientales con cambios específicos y más o menos duraderos. Complementan y superan la medición directa del tóxico en el ambiente por dos motivos: (1) guardan memoria de la emisión tóxica, ya que aunque ésta sea de muy corta duración, los cambios producidos en el bioindicador son duraderos; y (2) porque muchos bioindicadores son también bioconcentradores, lo que permite detectar el tóxico en ellos con más facilidad que en el medio, y aun después que el tóxico haya desaparecido del ambiente. Entre los contaminantes del agua, los compuestos organoestañosos (o estañanos) han recibido particular atención. Son hepatotóxicos y neurotóxicos, y son usados como biocidas en la agricultura y en diversos usos industriales, y son vertidos al ambiente, particularmente al agua y al suelo, como consecuencia de esos usos. Curiosamente, uno de estos compuestos (el tributilestaño, o TBT) tiene efectos masculinizantes de las hembras de numerosas especies de caracoles marinos (orden Neogastropoda), y como este efecto es duradero, la masculinización de las hembras es considerada un bioindicador útil de la presencia de TBT en el agua. A este efecto masculinizante se le ha denominado “imposex”. En nuestro modelo de estudio, Pomacea canaliculata, un caracol de agua dulce, también se ha reportado el efecto masculinizante del TBT. Sin embargo, algunas inconsistencias de este trabajo nos indujeron a reinvestigar el efecto del TBT con un enfoque más preciso y cuantitativo, para lo que se midió el largo del pene (evaluándose las diferencias mediante la prueba de Kruskal- Wallis, seguida de la de Dunn) y se estadificó cada caso, calculándose la media del “vas deferens sequence index” (VDSI). En primer lugar, encontramos que el aparato copulatorio rudimentario de las hembras aumenta normalmente su desarrollo con posterioridad a la madurez sexual (que se alcanza antes de los 3 meses). La exposición a TBT (60 ng/L) de hembras de distintas edades durante los 30 días previos al sacrificio resultó en un aumento significativo del largo del pene cuando se las sacrificó entre los 4 y 6 meses de edad, pero no cuando se las sacrificó a los 7 meses, en que los controles ya mostraban un desarrollo importante del aparato copulatorio. Estos resultados obligan a ser cautos en la interpretación del uso del “imposex”en gasterópodos como bioindicador de contaminación ambiental, particularmente cuando se desconoce la edad de los animales, como ocurre en la mayor parte de los estudios de campo.