IHEM   20887
INSTITUTO DE HISTOLOGIA Y EMBRIOLOGIA DE MENDOZA DR. MARIO H. BURGOS
Unidad Ejecutora - UE
congresos y reuniones científicas
Título:
La infección con el Virus Junín activa la vía de la autofagia
Autor/es:
ROLDÁN, J. S. ; DELGUI, L.R.; CANDURRA, N.A.
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; XI Congreso Argentino de Virología; 2015
Institución organizadora:
Comisión organizadora perteneciente a la Asociación Argentina de Microbiología
Resumen:
LA INFECCION CON EL VIRUS JUNIN ACTIVA LA VIA DE LA AUTOFAGIARoldán J. S.1, Delgui L. R.2, Candurra N. A.11Dpto de Qca. Biológica, IQUIBICEN, FCEyN-UBA, Buenos Aires 2IHEM, UNC-CONICET, Mendoza, Argentina.Autofagia es un proceso degradativo conservado en mamíferos que cumple una función fundamental en el mantenimiento de la homeostasis celular a través de la eliminación de proteínas y organelas dañadas. El proceso inicia con la formación de vesículas de doble membrana, denominadas autofagosomas, que luego se fusionan con lisosomas donde ocurre la degradación enzimática. Este proceso tiene, además, un papel protagónico en la protección de la invasión viral en las células. Sin embargo, algunos agentes virales han desarrollado estrategias para utilizar esta vía durante su ciclo de replicación. El virus Junín (JUNV) pertenece al clado B de la familia Arenaviridae. Es el agente etiológico de la fiebre hemorrágica Argentina, una enfermedad endemo-epidémica que afecta a una gran parte de la población Argentina. En este trabajo, analizamos la participación de la vía autofágica durante la infección por el JUNV en una línea celular humana. Utilizamos la proteína LC3 como marcador de la modulación de la vía luego de la infección. LC3 es una proteína citoplasmática (LC3-I) que se asocia a la membrana de las vesículas (LC3-II) luego de inducción de la vía. Cuando se observa en el microscopio de fluorescencia, las vesículas conteniendo la proteína LC3-II se ven como un puntillado verde. Observamos que las células sobreexpresando EGFP-LC3 e infectadas con el JUNV mostraron un aumento en el número de células positivas para autofagia de manera similar a las tratadas con medio de ayuno o con Bafilomicina A1, los cuales inducen la formación o acumulación de autofagosomas, respectivamente. También monitoreamos la conversión de LC3-I (citosólica) a LC3-II (asociada a autofagosomas) mediante Western blot, detectando niveles similares de LC3-II en las células infectadas y en células tratadas con medio de ayuno. Por otro lado, el pre-tratamiento de las células con rapamicina (un inductor de la autofagia) o con medio de ayuno durante 2 hs incrementaron el número de células infectadas, mientras que el pre-tratamiento con wortmanina (un inhibidor de la vía) disminuyó dicho parámetro. Por último, analizamos la capacidad de replicación del JUNV en células MEF fenotipo salvaje (wt) y MEF carentes del gen Atg5 (gen estructural de la vía, esencial para la activación de la misma), observando que en aquellas células que carecen del gen Atg5, se obtuvo una menor infectividad y un menor número de células infectadas. Por último, analizamos los niveles de LC3-II en células MEF wt y observamos mayor acumulación de LC3-II en las células infectadas respecto de las mismas células sin infectar, confirmando que el virus induce la activación de la autofagia. Estos resultados nos permiten concluir que la infección por el JUNV activa la vía de la autofagia y que dicha vía es empleada para su replicación.