Energía, información, ética y leyes

MAYORGA, L.S.

La unión hace la ciencia

ninguna

Año: 2020; p. 13 - 33

Las leyes de la termodinámica permiten el surgimiento de estructurasordenadas en sistemas en equilibrio y ensistemas fuera del equilibrio . El origen del orden enambos casos tiene causas diferentes; en el primero está dictadopor simetrías propias de los elementos que los componen, en elsegundo en el surgimiento de estructuras disipativas que facilitanlos flujos de materia y energía que necesariamente ocurren en labúsqueda del equilibrio.Si pensamos en sistemas alejados del equilibrio, observamos queel orden en los fenómenos naturales surge espontáneamente, peroen los seres vivos surge a partir de la información codificada ensus genes. Un misterio no abordado en este capítulo es cómo secompiló la información necesaria para generar la primera célula.Pero, con la energía disponible en el planeta y la información codificadaen los genes, la vida no es algo eventual y poco probablesino todo lo contrario, es inevitable.No obstante, la información no se ha transmitido a lo largo de lasgeneraciones en forma pasiva. En el fantástico juego de supervivencia,la presión selectiva ha hecho explorar a los seres vivos lasmás diversas estrategias que conforman el gigantesco conjuntode especies actuales y extinguidas.La información codificada en los genes también exploró la manipulaciónde la conducta de los organismos individuales de modode generar asociaciones que maximizaran las posibilidades de supervivenciay reproducción. En esta rama de estrategias se ubicael humano, en cuyos genes están codificadas actitudes altruistas,de indiferencia o agresividad que le permitieron sobrevivir en tribusexitosas a lo largo de muchos miles de años.Para la organización de la sociedad moderna, la información contenidaen nuestros genes no es suficiente. Surge la necesidad denormas que ahora están codificadas en leyes necesarias para organizarsociedades más complejas que la tribu. Existe entoncesun paralelismo entre genes y leyes que se desarrolla en otro capítulode este libro.Finalmente, para lograr la organización de una estructura disipativasustentable en el planeta tierra que abarque la humanidadcompleta, harán falta leyes todavía no redactadas y lamentablementedifíciles de consensuar dado el egoísmo natural de los gruposde poder imperantes. Es de esperar que la ciencia , con su mirada racionaly neutra, con su capacidad de modelización de escenariosposibles y con el manejo no sesgado de la información sea unapieza clave en la redacción de leyes que permitan avizorar un futurodonde se respete los principios éticos inscriptos en nuestrosgenes aplicados a la humanidad toda.