INCIHUSA   20883
INSTITUTO DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y AMBIENTALES
Unidad Ejecutora - UE
libros
Título:
Culturas evaluativas: Impactos y dilemas del Programa de Incentivos a Docentes-Investigadores en Argentina (1993-2018)
Autor/es:
BAYLE, PAOLA; ERREGUERENA FABIO; BEIGEL, FERNANDA (COORD.); ALGAÑARAZ VICTOR; SALIM ROBERTO; BEKERMAN, FABIANA (COORD.); GALLARDO OSVALDO
Editorial:
CLACSO/IEC-CONADU.
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2019 p. 320
ISSN:
978-987-722-478-8
Resumen:
Desde la década de 1980 comenzaron a desarrollarse políticas de evaluación de la calidad en las universidades de los países de Europa Occidental, como corolario del surgimiento del denominado Estado Evaluador (Neave, 1988). La preocupación por las políticas de evaluación en la educación superior fue constante hasta bien entrado el siglo XXI y fue extendiéndose su aplicación a escala global, impactando profundamente y generando cambios en las lógicas universitarias precedentes.En Argentina, estas políticas de evaluación de la calidad comenzaron a instalarse a principios dela década del noventa y representaron una versión local de aquel programa de modernización dela educación superior impulsado a escala mundial. Así, a través de la creación de organismosparticulares, la puesta en marcha de una variedad de programas y acciones específicas, comenzóa desarrollarse una política pública cuyo núcleo político-ideológico estaba constituido por laevaluación (Krotsch, 1998, 1999) y, específicamente, se sostenía en base a tres pilares:competición por recursos financieros, acceso individual o grupal a ellos sobre la base de la rendiciónde cuentas. La implementación de estas políticas provocó una serie de modificaciones yaprendizajes, tanto en los actores individuales como en las instituciones, que generaron unanueva cultura para la regulación de la educación superior y, paralelamente, impulsaron elsurgimiento de estudios tendientes a comprender el impacto de estos cambios.La bibliografía disponible sobre las reformas ocurridas en el sistema de educación superior y enel complejo científico y tecnológico durante la década del noventa, señala el surgimiento de unafuerte vinculación entre la evaluación y el financiamiento (Castro, 2003). Sarthou (2003) afirmaque estas reformas irrumpieron a través de diversas vías: un marco legal, programas y proyectosespecíficos de carácter nacional e internacional y, organismos de regulación, evaluación ylegitimación. En el contexto nacional y regional de esa época se dio una paradoja: mientras que lanorma era la reforma estructural y el recorte de la presencia del Estado, en la esfera de laEducación Superior y de la CyT, se incrementó y se diversificó la participación del Estado. Variasmedidas se tomaron en ese sentido con la sanción de la LES y PRES o la creación de la CAP y laCONEAU, entre otras. A través del CIN, el propio sistema universitario intentó asumir la iniciativasobre la cuestión de la evaluación, pronunciándose sobre el tema y proponiéndose como órganolegislador y ejecutor de la evaluación de las universidades nacionales. Sin embargo, fue elMinisterio de Educación a partir de la acción de la SPU, creada en 1993, quien finalmente seencargó de la definición de la política de evaluación. Al poco tiempo de su creación, lanzó elPrograma de Incentivos a docentes-investigadores (en adelante, PROINCE) en las universidadespúblicas, por Decreto N0 2427 del PEN en noviembre de 1993, el cual fue puesto en marcha apartir de 1994.El PROINCE se proponía incrementar las tareas de investigación y desarrollo a nivel nacional,reconvertir la planta docente en las universidades, fomentar la mayor dedicación de la actividaduniversitaria y la creación de grupos de investigación (Considerandos, Decreto N0 2427). Paracumplir estos objetivos el programa otorgaba un plus salarial a los docentes que participaran enun proyecto de investigación acreditado, dictaran cierto número de horas de clase y atravesaranun proceso de evaluación de sus antecedentes y su producción (categorización) que era paraleloal sistema de concursos y que permitía el acceso a un escalafón adicional al de los cargos docentes,conformado por una jerarquía de categorías equivalentes de investigación (CEI). Desde 1997 sedefinieron categorías desde la I a la V, siendo las dos primeras (I y II) habilitantes para formarparte de un Banco de Evaluadores que son quienes realizan la evaluación ex post, juzgando latrayectoria de los docentes postulados y asignando la CEI (Sarthou, 2014; 2016).Numerosos autores han analizado el PROINCE focalizando sus estudios en la normativa, elcontexto de surgimiento, el desarrollo y la receptividad en la comunidad académica, lasimplicancias para los docentes universitarios (Prati, 2003; Araujo, 2003; Fernandez Berdaguer yVaccarezza, 1996; Sarthou, 2013, 2014, 2015 y 2016; Sarthou y Araya, 2015; Carrizo, 2011;Badano et. al.,2005; Chiroleu, Suasnábar y Rovelli, 2012; Gordon, 2013; Ridel, 2011). Sin embargo,poco sabemos acerca del proceso mismo de evaluación, las disputas presentes en la aplicación delos criterios por parte de los comités evaluadores durante el proceso de categorización y cómoesta dinámica va contribuyendo a la conformación de una(s) cultura(s) evaluativa(s) en lasuniversidades.Este libro presenta los resultados de un estudio ambicioso, que se propuso indagar los modos defuncionamiento del programa a nivel nacional, la dinámica de trabajo de las comisionesregionales y los comités evaluadores, mediante una descripción densa del proceso mismo deevaluación. Surge en el marco de un equipo de investigación que trabaja hace muchos años entorno del desarrollo del campo científico-universitario en perspectiva comparada, el Programade Investigaciones sobre Dependencia Académica en América Latina (PIDAAL). Veníamosobservando ya hace varios años las culturas evaluativas del CONICET y las universidadesnacionales (Beigel, 2014, 2015, 2017; Bekerman, 2018), por ello decidimos encarar un estudioespecífico de la categorización desarrollada entre 2016 y 2017 con el fin de establecer cómotrabajan las comisiones regionales, cómo se conforman los comités evaluadores, quéparticularidades regionales y disciplinares existen. El estudio consistió en 10 viajes deobservación en las distintas comisiones regionales que funcionaron durante el proceso en todo elpaís, incluyendo observación participante y entrevistas a miembros de las comisiones regionales,evaluadores e informantes claves.El libro se estructura en dos partes. La primera, apunta a una mirada histórico-estructural quecontextualiza la aparición, evolución y normativa del PROINCE. En el Capítulo I, se analiza laespecificidad de este programa, sus semejanzas y diferencias en relación a otros programasimplementados en universidades latinoamericanas, sus características, desarrollo,funcionamiento y asimetrías disciplinares, institucionales y regionales. EL Capítulo II pone el focode atención en el involucramiento del CIN en la implementación de este programa, analizando larelación de fuerzas entre el campo estatal y el campo universitario con el fin de determinar cuálfue la participación en los rectores en el la construcción de los criterios de evaluación. El CapítuloIII se dedica a comparar las culturas evaluativas del CONICET y las universidades nacionales,marcando especialmente el papel que juega la evaluación ?internacionalizada? como horizonte dedeseo y a la vez de resistencia. El capítulo IV analiza las revistas argentinas y los circuitosuniversitarios de publicación que han subsistido en buena medida gracias a las recompensas queofrece el PROINCE la publicación local.La segunda parte del libro incluye los resultados relacionados con el costado etnográfico delestudio realizado in situ en las comisiones regionales que funcionaron en todo el país. Incluyecuatro trabajos que abordan aristas diferentes y complementarias. El capítulo V, pretendeadvertir las principales tensiones que surgieron en el proceso de evaluación y analizar el doblerol de los evaluadores: como jueces y como partes del proceso de categorización. El capítulo VI,indaga sobre la dinámica (acuerdos y tensiones) al interior de los comités evaluadores buscandoresponder a la pregunta sobre cuáles son y cómo se aplican los criterios diferenciales deevaluación y promoción. Para ello se examinará críticamente la grilla de evaluación utilizada enla última convocatoria (sus ítems, puntajes sugeridos y cambios respecto a convocatoriasanteriores) y los perfiles de los evaluadores convocados. El capítulo VII busca captar la incidenciade la disciplina en el proceso de evaluación. Finalmente, el capítulo VIII toma como estudio decaso la Comisión Regional Centro-Oeste durante la última convocatoria profundizando el perfilde sus miembros, el modo de organización de las comisiones, para contribuir a la comparacióninter-regional de las comisiones del PROINCE